Capitulo 4 Doctora Tsunade Senju

Desperté en una cama de hospital, rodeado de mi propia versión de la Liga de la Justicia: Khira a punto de soltar un río de lágrimas, mi abuela con cara de "esto no es nada, hijo", y mis dos amigos con expresiones que iban desde la preocupación extrema hasta el intento fallido de ocultar una sonrisa nerviosa. Ni siquiera sentía dolor, solo un extraño hormigueo en el lado derecho que seguramente era una combinación de las heridas y la anestesia, ¡pero hey, al menos tenía una buena excusa para no tener que mover un dedo!

Khira, con sus ojos más grandes que una pelota de playa, se acercó a mí como si fuera a revelarme el secreto mejor guardado del mundo. "¡Oye, Obito! Prometo que te pondrás en forma en un abrir y cerrar de ojos. Bueno, quizás no en un abrir y cerrar de ojos literalmente, ¡pero sí bastante rápido! Por ahora, no puedes charlar ni hacer el moonwalk, pero es solo temporal. ¿Me aprietas la mano si estás al tanto y captas lo que te digo?" ¡Cómo no iba a hacerlo! Le apreté la mano con todas mis fuerzas, lo cual la descolocó un poco, ¡pero qué se le va a hacer!

Después, Khira se acercó para darme un beso en la mejilla, y yo, astuto como un zorro con un plan maestro, aproveché la situación para acariciarle la cara y secarle esas lágrimas rebeldes que se resistían a quedarse en su lugar designado. Sus ojos brillaban como dos faros en la noche, y en ese momento supe que, aunque no pudiera moverme ni hablar con claridad, podía hacerle saber lo mucho que la quería solo con un gesto. ¡Quién necesita palabras cuando tienes una mano dispuesta a recorrer el camino hacia el corazón de alguien!

"¡Eres tan hermosa, mi amor! No derrames más lágrimas, porque lo único que quiero es celebrar que has salido ilesa de este rollo. ¿Sabes qué? En realidad, soy yo el que sale ganando en todo esto," le susurré mentalmente a Khira, mientras observaba cómo mi abuela se acercaba a la escena. Esperaba una regañina por mi papelón en el accidente, pero en vez de eso, ¡me plantó un beso en la mejilla! ¡Vaya sorpresa!

"Voy a hacer unos papeleos para organizarte un traslado a otro hospital donde dicen que son unos magos en esto de curar gente como tú," me dijo mi abuela con ese tono decidido que no admite réplica. Vi cómo Khira se le unía en esa misión, probablemente para echarle una mano con los trámites que yo de seguro haría más complicados de lo necesario.

Mientras tanto, Kakashi y Rin se quedaron a hacerme compañía un rato, ofreciéndose a ser mis superhéroes de la vida real por si necesitaba algo. Pero en cuanto mi abuela y Khira hicieron mutis por el foro, me dejé llevar por el sopor que me provocaba la charla de Rin y Kakashi. ¡Esos dos podrían hacer dormir a un gremlin con sus historias! Así que me eché una cabezadita, solo para encontrarme de repente en un sueño donde los padres de Khira, desde algún lugar celestial, parecían querer soltarme unos cuantos mensajes misteriosos. ¡Menudo popurrí de emociones! ¡Esto es mejor que una telenovela!

¡Obito, despierta! ¡No puedes dejar a nuestra niña sola! Necesito que vivas para cuidarla y protegerla de las personas que nos arrebataron la vida. Además, mi padre y el resto de nuestras familias están en peligro," me dijo el señor Tatsumoto con una urgencia que me erizó la piel.

"¿Qué peligro corren y de qué familias hablas?" pregunté con desconcierto.

"Además de los Senju Uzumaki, los Uchiha como vosotros estáis en la mira de un tipo llamado Danzo Shimura, responsable de un montón de desgracias, incluyendo las muertes de tus padres y la nuestra," explicó el señor Tatsumoto mientras mi mente intentaba procesar toda esa información.

De repente, como si la vida misma me diera una patada en el trasero, desperté de golpe gracias a una reanimación cardiopulmonar. ¡Menos mal que Rin estaba ahí para ponerme en marcha de nuevo! "¡Obito, despierta, idiota! ¡Casi la palmas! No sé qué demonios te pasó, pero tienes suerte de que esté aquí. ¡Imagínate si Khira hubiera llegado justo en el momento en que te reanimaba, la habrías dejado hecha un mar de lágrimas!" me espetó Rin, mientras un equipo de médicos y enfermeras se abalanzaba sobre mí para asegurarse de que todo estuviera en orden.

Khira llegó junto a mi abuela en ese momento, y en medio de la confusión, solo podía recordar las palabras del padre de Khira en mi sueño. Fue entonces cuando tomé una decisión: iba a recuperarme cueste lo que cueste, porque tenía una promesa que cumplir, un deber que asumir. Protegería a Khira con todo lo que tenía, sin importar las amenazas que se cernieran sobre nosotros. ¡Que empiece la batalla!

"

Narra Khira

Llegamos al hospital de Konoha como si nos persiguiera un zorro de nueve colas con prisa. ¡Daba miedo ver a Obito en ese estado! La abuela de Obito movía más hilos que un titiritero en un día ocupado, ¡hasta llamó a los médicos más top de la villa!

Yo, por mi parte, andaba buscando a la tal Tsunade Senju, una doctora que parecía tener más apellidos que un cuento de hadas. ¡Y vaya que los tenía! Al enterarme de su linaje, me temblaron las piernas más que a un gato en un baño de agua fría. Pero decidí buscarla igual, ¡porque cuando la salud de Obito está en juego, no hay apellidos que valgan!

Después de localizarla, la doctora me pidió que la esperara en la planta del hospital, junto al mostrador de las enfermeras. ¡Qué nervios! Sentía que mi estómago bailaba breakdance mientras esperaba ese encuentro.

—Está bien, yo también quiero hablar con usted —le dije, imaginándome a una Tsunade un poco más mayor que yo, con la sabiduría de un maestro anciano y la energía de un ninja en su mejor momento.

Al abrirse las puertas del ascensor, me encontré con una mujer rubia tan espectacular que podría hacer que incluso las flores de primavera se sintieran celosas. Su figura esbelta y bien proporcionada me dejó boquiabierta, ¡casi tanto como sus ojos, que parecían sacados del mismísimo álbum de fotos de mi madre!

Con toda la valentía que pude reunir, le solté: "¿Eres tú la neurocirujana que puede hacer maravillas con mi novio? ¡Hemos venido al hospital porque nos dijeron que aquí están los cracks en medicina! Por cierto, ¿sabes qué? Creo que podríamos ser familia lejana, ¡nuestros rasgos son sospechosamente parecidos!" Pero claro, le aclaré que no quería que me ayudara solo por eso, ¡que estaba dispuesta a pagarle hasta con ramen de por vida si era necesario!

Luego, le rogué que salvara la vida de Obito y le informé de que la abuela de Obito andaba por ahí cerca, dispuesta a soltar algunos billetes si era necesario. Pero le dejé claro que yo me encargaría de todo, porque realmente les debía la vida a ambos, ¡y no es algo que se pague fácilmente con dinero!

A pesar de mis súplicas y explicaciones, la doctora me miró con una soberbia digna de un gato ninja y soltó: "Bueno, me haré cargo de tu novio, pero prepárate para el tercer grado y, dependiendo de tus respuestas, te pediré un favorcito a cambio". ¡Vaya trato más misterioso!

Con lágrimas en los ojos, le dije: "Está bien, pero por favor, ve a ver a Obito ahora mismo. ¡Por ellos daría mi vida sin pensarlo!" Mientras tanto, ella hizo oídos sordos y se fue directo a la habitación de Obito, donde se puso a hurgar en su historial médico como un ninja buscando información clasificada.

Después de su inspección, la doctora salió con la noticia: "Por ahora no podemos operarlo hasta mañana, pero no te preocupes, ¡se salvará! Solo necesito que confíes en mí, Khira." Me quedé boquiabierta al escucharla mencionar mi nombre, ¡pero al mismo tiempo sentí un alivio que me invadió como un jutsu curativo! ¡Por fin Obito estaba a salvo! ¡Qué alivio!

Durante aquella noche, Obito dormía plácidamente bajo el hechizo de los sedantes, mientras la abuela se marchaba a casa para descansar un poco y traer todo lo necesario para la estancia en el hospital. Kakashi y Rin la acompañaron en esa misión logística, pero yo decidí quedarme a su lado, ¡porque sentía que no podía abandonar a Obito ni un segundo!

En medio de la tranquilidad de la habitación, mi mente no dejaba de darle vueltas a lo que esa enigmática doctora me pediría a cambio. Así que, decidí hacer un poco de investigación sobre ella y su apellido, ¡porque algo me decía que era crucial para mi vida! Armada con mi fiel ordenador, me adentré en un viaje virtual por la historia de Tsunade Senju y su familia, descubriendo que eran más importantes en Konoha que el ramen en un día de lluvia.

Entre tanto dato y rumor, una pregunta seguía atormentándome: ¿qué conexión hay entre ella, mis padres y yo? ¿Por qué me buscaban esos parientes lejanos que ahora parecían querer algo de mí? ¡El misterio me estaba volviendo más loca que un ninja con alergia al polen!

¡Vaya giro inesperado en esta intrigante historia! Mientras investigaba más sobre la familia de Tsunade Senju, ¡tropecé con una revelación que me dejó helada como un témpano de hielo en el Monte Cumbre Nevado!

Resulta que una mujer que se parecía sospechosamente a mi madre formaba parte de esa familia. ¡Pero la trama se complicaba aún más! Descubrí que años atrás, esa mujer desapareció misteriosamente con un hombre que parecía ser mi padre. Sin embargo, según algunas páginas de internet chismosas, ¡afirmaban que mi padre había secuestrado a mi madre! ¡Menudo drama familiar digno de una telenovela ninja!

Para añadir más leña al fuego, recientes descubrimientos indicaban que ambos habían fallecido en un incendio en una casa donde vivían, ¡justo en la misma época que yo tenía conocimiento de esos eventos! ¡El misterio se espesaba más que una sopa de fideos mal removida! ¡¿Qué secretos ocultaba mi pasado?! ¡Y ahora, ¿qué papel jugará la doctora Tsunade en todo esto? El futuro se abría ante mí como un pergamino sin desenrollar, lleno de sorpresas y emociones ninja por descubrir! ¡Qué intriga!

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