resignadas...

_ Por fin subimos al auto, al entrar el chófer nos entrega un antifaz a cada una para después darnos unos breves puntos.

chófer

- Miren chicas, lo siguiente será que cuando lleguemos van a pasar a un camerino por así decirlo. Luego darán unas caminadas como toda una modelo cada una... _Lo interrumpo.

Gabriela

- Disculpe, pero a nosotras nos dijeron que tenemos que ayudar como meseras. _Le suelto confundida.

chófer

- ¿En qué mundo vives niña? ¿Acaso te has visto como andas? Las dos parecen modelos, que te hace pensar que bienes de sirvienta.

Antonia

- El señor que nos mandó, jamás dijo que ayudaremos en otra cosa; creo que se están sobrepasando con las órdenes. No somos sus títeres. _ Habla Antonia con voz fuerte y la mirada directa a los ojos del hombre.

chófer

- Hagamos una cosa, aran lo que se les está pidiendo y después se largan si así lo quieren. Llegando allá les van a indicar lo que harán. _Sin más el hombre se voltea hacia el frente poniendo el auto en marcha.

Nos observamos fijamente para luego asistir con los hombros, nos quedamos tranquilas hasta llegar a la mansión. Exactamente, es una mansión, no es un restauran, nos quedamos boca abierta; las cosas no son como esperábamos o nos habían dicho.

Es un lugar que a simple vista es más que obvio es de gente súper millonaria, cada detalle con la que la construyeron.

Nos miramos directo a los ojos mi amiga y yo. - te vez tan hermosa Antonia.

Antonia

— Tu te vez bellísima amiga, no te quedas atrás.

_ Y como no vernos hermosas, yo opté por un vestido rojo carmín con brillos, es pegado a mi cuerpo y suelto de abajo, con mi cabellera suelta en ondulado resaltando así mis ojos azules. Mi amiga,, por otro lado,, optó por un vestido negro con mismas facciones que el mío, solo que sin brillo, pero igual resalta sus bellos ojos verdes y su precioso cuerpo.

Gabriela

Antonia

Al llegar me percató que el chófer hace unas señas al los guardias de seguridad de la entrada, luego nos abre la puerta para que salgamos. Tenemos las miradas de todos puestas sobre nosotras, es algo tan incómodo, pues son puros hombres. Lo que observamos es que somos las únicas mujeres afuera.

Se acerca una mujer elegante y finísima a simple vista, además de educada.

Yadira

— Buenas noches, hermosas damas, acaban de llegar y ya se están robando todas las miradas de los caballeros. _ Habla con una sonrisa y voz tierna.

Gabriela

- No entendemos que es lo que realmente somos aquí, así que por favor indíquenos para acabar con esto y retirarnos. _Le suelto molesta.

Yadira

- Miren señoritas, mis indicaciones son llevarlas a una habitación donde les darán unas pláticas sobre lo que harán. Pero les aconsejo que sigan todo a pie de la letra, por qué no pienso permitirles ni una falta o falla ¿Me entienden?.

Nos quedamos atónicas y simplemente la seguimos a donde nos lleva. Entramos por la puerta principal, las mesas se están terminando por llenar; lo más sorprendente es que son puros hombres, hasta hay meseros, no hay una sola mujer en este lugar que no seamos nosotras tres. Seguimos avanzando hasta llegar a una habitación, la mujer nos da el paso con sus manos Pero todo se ve oscuro, de pronto se enciende una luz con un aplauso que dio la mujer.

Yadira

-Creo que antes no me presenté, mi nombre es Yadira Ferreira. Soy una de las dueñas de este lugar, nuestro trabajo es el comercio de yeguas finas. En un momento vendrán a darles las indicaciones, ya que ustedes son las únicas que llegaron por si solas, nadie las forzó. _ Sale la mujer con una sonrisa de maldad.

Gabriela

- Creo que nos metimos dónde a nadie le interesa, como todo el tiempo con nuestras estupideces. _Le suelto a Antonia.

Antonia

- Estoy de acuerdo contigo, mejor hay que ver cómo salir de aquí, por qué algo me dice que nosotras somos la yegua y este lugar es donde las subastan. _Me suelta asustada mi amiga.

Me acerco a la puerta para abrirla, pero de pronto la abre alguien por fuera. No lo puedo creer me digo en mis pensamientos, es el hombre del avión.

Alfredo

-Nose si me recuerden, me llamo Alfredo Oliva. No quiero batallar con ustedes, pero si quiero ser franco, su gerente las vendió y por muy buen precio; la verdad es que las venderé por el doble, me encargue de investigar todo de ustedes y descubrí que son huérfanas . La verdad me sorprendo, es al dos por uno, es una oferta que no pude rechazar, además tengo entendido que las dos están más solas que el cementerio. _ Nos habla como si hubiera ganado el premio mayor.

Gabriela

- Sé más específico estúpido, no te andes con rodeos. Crees que alguien no nos va a escuchar cuando gritemos y le hablara a la policía. _ le suelto confiada Pero con miedo, no quiero que vea que nos tiene en sus manos.

Alfredo

-Grita lo que quieras, quiero ver quién vendrá. El punto es que quiero que modelen para estos hombres sin titubear, si intentan escapar las mataré. A estos hombres no les importa lo que ustedes quieran, ellos solo vienen por un juguete, así que cualquier intento de escapar acabará la vida de una y el de la otra; así que piensen bien. Alguien las va a comprar y ustedes se irán con uno de ellos, de ahí lo que hagan en adelante será asunto de ustedes y su dueño.

_ Nos habla como si fuéramos un pedazo de carne, luego se retira.

Antonia

- Tengo miedo Gabriela, no quiero ser vendida a uno de estos cerdos. No puedo ni siquiera pensar lo que me harán, me van a violar sin sesar y luego me mataran._Me habla con lágrimas en los ojos.

Gabriela

- No te asustes Antonia, escúchame bien. Vamos a hacer lo que él dice, por qué es más que obvio que nadie nos va a ayudar; saldremos con la frente en alto y nos arriesgaremos a qué nos compren. Luego de eso nos escaparemos y nos vamos a buscar una a la otra.

_ Nos abrazamos y nos pusimos a llorar las dos como niñas pequeñas, con lágrimas en los ojos me habla Antonia. - está bien amiga, haré lo que me has dicho; jamás dejaré de buscarte, así pasen los años.

Gabriela

- Así será. _ Le hablo firme, nos limpiamos las lágrimas y solo esperamos que vengan por nosotras.

Alfredo en el micrófono

- Como saben, una vez al año nos encargamos de hacer una subasta con la mejor carne. Este año no es la excepción, tenemos nuevas, jóvenes, bellas y vírgenes princesas; claro también tenemos una que otra corriente. _ Habla el hombre con una sonrisa de burla, provocando que los hombres rían. después sigue hablando.

- Cómo les sigo diciendo, tengan listas sus chequeras y por supuesto sus números que son con los cuales los vamos a identificar para ponerle su sello a cada yegua caballeros. _ La función sigue.

Marcello

- Adriel ya mañana cumples años, dime qué vamos a hacer.

Adriel

- Mi tío me tiene todo organizado, quiere que vallamos a una fiesta privada donde habrá sexo sin parar con bellas zorras. _ Le suelto sonriente con mirada pícara.

Marcelo

- A veces me asustas amigo, pero me encanta esto; mujeres, sexo y alcohol. Escuché por ahí que tú tío te tiene un gran regalo exclusivo para ti.

Adriel

- Así es, ya como ansias de ese regalo. Él ya sabe lo que me gusta. _ Le contesto con una sonrisa malvada.

Adriel

Marcello

Alfredo

Tío de Adriel

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Comments

Ernestina Puerto

Ernestina Puerto

ay w horror feos y mañosos pobres chicas..ojalá logren escapar

2025-02-19

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