Las luciérnagas

Evy dudo entrar al auto un estaba asustada, miraba a Víctor y tenía miedo que se la llevara. Víctor al verla entendió que no debió hacer eso, y comprendió la razón por que las esposas de los antiguos líderes tenían prohibido entrar o presenciar como torturaban a sus enemigos, y es que ella no habían sido educadas como las mujeres de su familia y para ellas eso era mucho.

Víctor abrió la puerta y le hizo una señal para que subiera, al final ella obedeció y entró.

Víctor empezó a manejar y salieron de ese lugar. El ambiente era tenso ambos estaban en completo silencio, abecés Evy derramaba una que otra lagrima.

Un suspiro salió de los labios de Víctor, y continuo manejando. La luz de sol se estaba apagando y la noche se estaba haciendo presente.

-          ¿A dónde me llevas? – la voz de Evy era temblorosa

Víctor no contesto y permaneció en silencio sin decir  nada y después de 40 minutos habían llegado a una residencia en el bosque, las grandes puerta fueron abiertas y el auto se adentro.

Víctor detuvo el auto a la entrada de una gran mansión bajo y le abrió la puerta a la un aturdida Evy.

Ella bajo de forma lenta, el la tomó de la mano y camino junto a ella, empezaron a subir unos escalones y al final una fila de 10 empleados estaba esperándolos.

-          Joven nos agrada si presencia.

Víctor asintió con la cabeza y una leve reverencia de todos se hizo presente, el camino junto a Evy y entraron.

-          Bajen el equipaje de la señorita lo llevan a la habitación continua a la mía, quiero que la cena sea llevada a una de las terrazas, quiero todo en menos de 30 minutos.

Ellos corrieron a seguir las órdenes de su joven maestro, Víctor ayudo a Evy a llegar a su habitación, vio la mochila de Evy en la pequeña mesita.

-          ¿Quieres ayuda para bañarte?

Ella volteo y miro el perfil de Víctor, movió su cabeza diciendo que no y con pasos lentos entró al baño. Se quito lentamente su ropa y se dejó caer en la bañera, y dejó que su cuerpo se relajará.

-          Suspira he inhala, tranquila, no paso nada.

Trato de calmarse ella sola hasta que por fin después de una hora de estar en la bañera pudo relajarse, salió poco a poco se puso una bata y una toalla sobre su cabello.

Víctor estaba sentado en sillón esperando a que ella saliera, el ya tenia un atuendo diferente.

-          Cámbiate la cena esta lista.

-          Puedes salir.

El paso junto a ella, Evy pudo ver otra vez una parte de las cicatrices de Víctor, y es que esta vez el no estaba cubriendo en su totalidad su cuello.

Ella solo se puso una falda larga, una blusa blanca y una sandalias dejó suelto su cabello, salió de la habitación. Víctor estaba en la puerta esperándola, la miró con detenimiento como si quisiera comérsela.

Evy sintió su mirada y agacho la cabeza, el la tomó de la mano y la llevó a una terraza muy bonita, la mesa estaba puesta y la comida servida, los dos se sentaron. Evy miro la comida en el plato y agacho la mirada.

-          Lo siento – una disculpa salió de la boca de Víctor, Evy levantó la mirada. – fui un idiota no debí mostrarte eso, no me gusta verte a sí.

Evy estudio la mirada de Víctor y sintió que realmente lo sentía, el tenía su  cabeza un poco baja y su ánimo era un poco complicado.

-          Víctor porque torturarlo si de todos modos lo ibas a matar.

-          A lo mejor piensas que es una exageración, pero no lo es,el se lo merecía.

-          Solo por que les robo quienes se merecía ese tipo de muerte.

-          El no solo robo, hizo otras cosas feas

-          ¿Que hizo? – contesto Evy un poco irritada.

Víctor dudo un poco pero si no le decía la verdadera razón ella pensaría que el es el malo en esta historia.

-          El y Perales a parte de robarnos hacían cosas malas

-          ¿Y tu eres un santo? – hablo con sarcasmo.

-          No, no lo soy pero no hago lo que ellos hicieron, mira Evy en mi familia nos educan con 5 reglas importantes la primera nadie se puede lastimar algún Reymer, dos nadie puede tocar o dañar lo que nosotros protegemos, tres no pueden meter sus narices en nuestros asuntos, cuatro tenemos prohibido matar por matar, cinco ayudamos  a todos aquellos que mueren por nuestra culpa y son inocentes. Efectivamente Evy no soy un santo pero todos los que han muerto en mis manos o en manos de alguno de mi familia lo tienen bien ganado

-          Están locos a nadie se le desea la muerte.

-          Mira Evy tienes razón, pero hay personas en este mundo que son basura y se esconden bajo una máscara asquerosa de rectitud.

-          Y tu eres uno de los vengadores o que.

-          Jajajaja vengador, Evy te voy hacer una pregunta simple yo se que Damián a matado, cuantos eso si no se, pero la pregunta es porque.

A su mente llegó el recuerdo de cómo Damián mato a esas dos personas.

-          El – ella se quedó callada y no supo responder

-          Lo ha hecho porque se vio amenazado y además que ellos perturbadas los intereses de su familia.

-          Y tu como sabes eso.

-          Todos los magnates son iguales

-          Y entonces porque Mataste al gerente no fue por lo mismo.

-          Si en parte pero el se metió con lo que nosotros protegíamos abuso de algunas de nuestras empleadas y Perales hizo lo mismo.

-          ¿También los vas a matar?

-          De eso se está encargando mi padre.

-          ¿Es igual de despiadado que tu?

-          El tiene paciencia es algo muy característico de él su paciencia pero por si llegas a cansarlo es más cruel que yo. Es más todos los empleados saben que no debemos cansar a mi papá.

-          Te perdono – Víctor levantó su mirada y por dentro quería reírse esta es la primera vez que alguien lo perdonaba – pero se que soy tu asistente y puedo hacer lo que me pidas pero nunca me vuelvas a obligar a ver algo a sí por favor.

-          En parte ti tienes la culpa.

-          Yo la culpa Víctor

-          Si no me hubieras comparado con tu novio y no me hubieras dado esa cachetada no te hubiera mostrado eso.

-          Me besaste a la fuerza

-          Pero bien que me correspondiste – Evy se quedo callada – Evy no me gusta que me toquen si mi consentimiento y menos que me agredan, tu me pegaste.

-          Exageraste por una cachetada.

-          Yo tengo mis razones no me vuelvas a pegar y no volveré a tratarte así. Y si me quieres tocar es porque o me vas abrazar o a besar y si quieres llegar a otro extremo es porque te vas a entregar a mi.

Evy tosió al escuchar eso, empezó ahogarse  con la comida, Víctor se levantó y empezó a darle pequeños golpes en la espalda.

-          Tranquila si no voy a pensar que realmente quieres que te haga el amor ahora mismo.

Evy lo miro y termino de toser.

-          Víctor no me molestes.

Ambos se volvieron a sus lugares terminaron de cenar, Evy tenía la intención ir a su cuarto y descansar pero Víctor la tomó de la mano y la llevó a conocer la casa.

Claro que al ser una mansión estaba rodeada de lujos y aunque a ella ya no le impresionaba si le gusto el estilo de la decoración.

-          Sabes a pesar de que esta casa pertenece a mi familia solo dos personas han vivido aquí, en más ni mi papá y mi mamá la conocen.

-          ¿Qué? ¿Porque?

-          No lose, pero el único que vivió aquí fue mi antepasado Ángel pero solo estuvo aquí un año después se fue América y no volvió.

-          Y la segunda persona.

-          Yo

-          Tu

-          Si, esta es la tercera vez que vengo, este lugar es muy tranquilo me gusta mucho.

-          Si da paz

Víctor caminaba junto a Evy por el jardín, donde había flores de muchos colores y hermosas decoraciones, el la tomó de la mano y la llevó a otro jardín.

-          Este es mi lugar favorito de toda la casa.

-          Es un jardín al igual que el anterior.

-          Pero no es un simple jardín.

El camino al centro del jardín, llevando a Evy de la mano, ambos daban pequeños pasos y mientras eso asían una que otra luz empezó a verse, Evy empezó a fascinarse por esas pequeñas luces. Al llegar al centro del jardín Víctor piso una pequeña llave haciendo que el sistema de riego empezará  funcionar.

Evy se empezó a mover y por instinto intento protegerse.

-          No te tapes solo observa.

Ella levantó la mirada y vio como ya había más luces en todo el jardín, ella bajo sus manos levantó su cara, y miró a su alrededor, había muchas luciérnagas creando una vista hermosa, soltó a Víctor y dio dos pasos y empezó a girar lentamente.

-          Esto es muy hermoso.

El agua caía mientras que las luciérnagas volaban a su alrededor hasta que sus ojos se encontraron con los de Víctor que no la había dejado de mirar en todo momento.

Ese brillo volvió a parecer en los dos, se miraron fijamente y la poca distancia que había desapareció. Las luciérnagas volaban a su alrededor las gotas de agua caían sobre ellos y hacia que el ambiente se romantizara.

 Ambos sintieron ese impulso de besarse que por más que evitara hacerlo no pudieron contenerse, el la abrazo por la cintura mientras que ella pasó sus brazos sobre su cuello y ambos juntaron sus labios, ambos empezaron a besarse con mucha ternura y amor pero después ese beso empezó a intensificarse, Víctor empezó a recorrer sus manos sobre la espalda de Evy.

Ella empezó a sentir una sensación que nunca había sentido, un calor extraño empezó a entrar en su cuerpo, Víctor la tocaba de una forma tan suave y delicada que la había sentir también.

El la cargo y empezó a caminar con pasos largos, quería llevarla a su habitación y hacerla suya, el ya no podía contenerse y solo que ella lo aportará el pararía.

Ella sigue besándolo pero si darse cuenta ella estaba siendo recostada en una cama, su blusa empezó a ser desabrochada y asentír las manos de Víctor en su piel desnuda.

Evy se estaba dejando llevar pero en su mente llegó la imagen de Damián y de forma brusca aparto a Víctor haciendo que el callera al suelo y ella corriera al baño. Puso el seguro lleno la bañera de agua fría y se metió en ella.

Mientras que Víctor miro la puerta del baño se levantó y salió a toda prisa del cuarto también se metió al baño prendió la regadera y se dio un baño de agua helada es más ni siquiera se quito la ropa.

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