mi nuevo trabajo

Ambas salieron de su pequeño departamento, tomaron un taxi y se dirigieron al hotel entraron por las puertas de servicio, y buscaron su lugar de trabajo, Liz entraría a trabajar al restaurante del hotel y Evy ayudaría en la oficinas sería como una asistente pero debajo rango.

Y aunque era un trabajo muy humilde a ninguna de las dos le importo porque era un paso para cumplir  sus sueños.

Liz quería ser una reconocida chef abrir su propio restaurante y reabrir la pequeño restaurante de sus mamá. En su país eran conocidos como fondas y aunque eran para las personas humildes ella quería recuperar lo que un día le perteneció a su madre.

Y Evy quería ser una excelente ingeniera en sistemas, quería ayudar a Damián en todo lo que pudiera cuando tomara la presidencia de su grupo y pensó que la mejor forma de hacerlo era por las empresas de comunicaciones pero ella no quería tomar ese u otro puesto por ser la novia o esposa de Damián ella quería ganárselo como debe ser por su trabajo. Y aunque a Damián no le gusto la idea entendía que tenía que dejarla hacer lo que ella quisiera.

Ella entró en las oficinas se dirigió a la recepción y pidió que le indicaron su lugar de trabajo.

La chica la miró y la llevó a la oficina de recursos humanos, le entregaron su uniforme y le dieron indicaciones.

-          Señorita Rosas como sabrás ayudaras a todos los que te lo pidan, y si trabajas duro te ascenderán a un puesto como secretaría – Evy asintió con la cabeza – todos los días tendrás que venir aquí para indicarte quien pidió de tu ayuda.

-          Si esta bien

-           Hoy vendrán dos personas de las oficinas centrales del grupo RMY y pidieron una asistente, por favor obedece no los hagas enojar y se prudente con lo que hagas.

-          Si no se preocupe

-          Puedes irte, mi asistente te llevará a tu lugar de trabajo

Evy salió y siguió a Catherine.

-          Esa es la oficina en donde estarán trabajando los dos personas, y está será tu área de trabajo mientras ellos estén aquí, bienvenida y suerte en tu nuevo trabajo

-          Gracias

Catherine se fue dejando a Evy sola, miro el uniforme en sus manos, dejo su bolsa y fue a cambiarse y después de unos minutos regreso a su escritorio temporal.

El uniforme no era feo pero si un poco anticuado era un pantalón, una blusa y un saco simple, todos los empleados de bajo rango lo utilizaban y aunque ella no le gustaba no tenía de otra que aguantarse.

Tomo su lugar y leyó el reporte que tenia en el escritorio, le estaban pidiendo que preparada unos libros de contabilidad y fianzas. Algunos reportes de varias áreas administrativas. Y todo eso lo tenia que tener listo antes de que ellos llegarán.

Se levantó camino hacia cada área pidiendo lo que sus nuevos jefes temporales le habían solicitado y si en efecto la mayoría entregaron lo que pidieron, la verdad fueron muy amables pero hubo uno que desde que vio a Evy quedó fascinado con ella y  no era para menos Evy con todo lo que se ponía le hacía ver muy bien, tenia un cuerpo muy bien definido y una cara hermosa.

El gerente Perales la observaba haciendo que ella se sintiera incomoda.

-          Señor Perales me podría entregar el reporte.

El gerente tenia en sus manos la carpeta, pero cuando iba a dársela el la levantó dejando a Evy con la mano extendida.

-          Señorita Rosas porque tendría que darle este reporte.

-          Creí que ya sabían la razón a mi solo me dieron indicaciones que ustedes me tenían que entregar los reportes sin ningún problema.

El bajo su brazo y le dio la carpeta.

-          Gracias

Ella dio la vuelta y disponía a irse cuando el señor Perales le dijo con un tono de voz desagradable.

-          Señorita Rosas bienvenida va hacer un placer trabajar junto a usted.

Evy dio la vuelta lo miro hizo una sonrisa y salió. En sus adentros ella se dijo “que desagradable hombre”

Perales era un señor de más de 50 años, que por la mala vida que se daba había envejecido de una forma desagradable. No era muy alto y su estómago estaba un poco crecido, casi no tenía cabello en pocas palabras era un viejo rabo verde.

En ocasiones molestaba a las mujeres del hotel pero en su mayoría acosaba  a las recamareras, y aunque hacia un buen trabajo abusaba de su cargo.

Pero ninguna empleada se atrevía a quedarse porque ellas pensaban que nadie les creería, ya que el era el gerente y estaba en contacto con los directores principales del grupo y ellas eran unas simples recamareras.

Evy tomo todos los reportes y libros y regreso a su lugar, entró a la oficina ordeno todo por departamento colocándolos en la gran mesa de cristal, al terminar suspiró levantó su cabeza y se disponía a retirarse pero ni bien dio un paso cuando la puerta se abrió y entraron dos personas, la primera en entrar era una mujer muy bonita tenía puesto una falda de tubo con una blusa blanca, un abrigo y sus zapatillas y el pelo recogido en una coleta.

Evy la miró y después al otro chico detrás de ella, el era Víctor, ella al verlo se quedó paralizada no sabía que hacer.

-          Sara- niña – Evy salió de su aturdimiento- ¿Tu quien eres?

-          Disculpe, mi nombre es Evy Rosas Robles y voy hacer su secretaria por el tiempo que estén aquí.

-          Bien mi nombre es Sara y el es Víctor los tres aremos equipo.

-          Si

-          Bueno supongo que eso es lo que te pedimos

-          Si, esta ordenado por departamento.

-          Bien, gracias puedes retirarte.

Evy empezó a caminar, Sara camino hacia la mesa  mientras que Víctor se quedó de pie esperando a que Evy pasara junto a el.

Evy al pasar no pudo evitar mirarlo y el a ella sus miradas volvieron a chocar pero esta vez no pudieron verse por mucho tiempo, ella salió y se dirigió a su lugar.

Dos horas después el teléfono de la oficina estaba sonando ella contestó.

-          Si

-          Podrías venir por favor.

Ella se levantó y entró, Víctor estaba sentado viéndola mientras que Sara estaba revisando unas hojas.

-          Víctor necesita que lo acompañes al grupo hay cosas que tiene que ir a traer y no puede traer todo solo.

Evy miro a Sara que seguía hablando mientras revisaba unos papeles. Pero muy en el fondo Evy pensó  “ y no puede mandar a un mensajero”

Víctor se levantó y empezó a caminar Evy suspiró y empezó a caminar de tras de él.

Ella estaba a acostumbrada a ver a una persona con ese porte y aura porque estaba muy a acostumbrada a Damián pero no sabía quien de los dos era más intimidante.

Estaban a punto se subir al ascensor cuando el gerente y una empleada pasaron rápido, Evy los miró y siguió caminando pero Víctor ni la mirada desvió.

Entraron al ascensor junto al gerente y empleada, ambos se miraban muy nerviosos algo estaba pasando en el hotel, la empleada le había a visado al señor Perales que había un huésped que estaba causando un alboroto y según decía que era un socio del señor Darío.

El gerente pensó que era cierto y entró en pánico era muy grande su nerviosismo que ni cuenta se dio que en el mismo elevador se encontraba Víctor.

-          Quien es la recamarera que le robo.

-          Gerente ella dice que no robo nada

-          Eres tonta, te pregunte lo que ella dice ¿Quiénes es la  ladrona?

Si había algo que a Evy no le gustara era la injusticia y aunque en el fondo quería ver que pasaba no podía hacer nada solo escuchar y guardar silencio.

-          Es Elena

La empleada bajo su cabeza estaba tan asustada, sabia que despedirán a su amiga y le harían pagar ese dinero.

El ascensor se detuvo el gerente bajo junto con la empleada y unos segundos después Víctor empezó a seguirlos, Evy lo siguió.

Unos segundos después estaba viendo como el huésped y el gerente le gritaba a la pobre chica, mientras que ella solo escuchaba y lloraba con la cabeza agachada.

Ambos estaban parados a unos metros de ellos, Víctor tenía la cabeza levantada suspiró y camino hacia donde estaban ellos.

-          ¿Por qué lloras?

Víctor le preguntó directamente a Elena, y evito a los dos hombres, el gerente al ver a Víctor se sobresalto y contestó apresurado.

-          Joven ella es una ladrona, le robo a nuestro huésped, pero ya lo arregle no tiene porque preocuparse.

Víctor contestó con ese porte intimidante que abecés lo caracterizaba.

-          No te pregunte a ti – Elena levantó su cabeza - ¿Por qué lloras? – Elena sintió una calidez en su corazón por fin había alguien que quería escucharla

-          Joven el huésped dice que le robe una cantidad de Dinero pero no lo hice.

El huésped miro con repulsión a Elena y de forma prepotente le contesto.

-          Aun lo niegas, eres una ladrona y quiero que me devuelvas mi dinero, gente como tú debería estar en los basureros.

Evy apretó si puño, Víctor hizo una leve sonrisa.

-          ¿Estas segura?

-          Se lo juro. – Víctor miro al feo hombre.

-          Señor lo que podemos hacer por usted es revisar las cámaras y si es verdad que ella le robo se tomarán medidas.

El huésped se quedo paralizado en su lugar no esperaba que alguien llegara y le diera entender que la empleada era inocente hasta que se comprobará lo contrario.

-          Que no escuchaste que me robo.

-          Si, pero también ella tiene derecho a defenderse.

Indignación eso era lo que sentía el huésped nunca nadie le había hablado de esa manera.

-          Tu quien demonios eres, porque te metes donde no te llaman, vete a limpiar los baños y deja de estorbar.

Víctor levantó sus cejas, el gerente al escuchar eso se quedó paralizado, acababan de ofender al hijo del presidente. Que pensando que habría consecuencias por eso de inmediato se atrevió hablar pero fue interrumpido por Víctor.

-          Señor ya le dije que se puede hacer si no esta de acuerdo es porque sabe que ella no le robo nada.

-          Eres un insolente, tu sabes con quien te estas metiendo

-          No y no me interesa

-          Eres un idiota, voy hablar con el presidente y are que todos ustedes se queden sin trabajo.

-          ¿El presidente?

-          Le diré a Darío que este mugroso hotel es el peor de su cadena. Yo soy socio de las empresas de vienes raíces del presidente y voy hacer que los corran.

Víctor para ese punto ya estaba irritado, a sí que decidió terminar con esa conversación absurda.

-          ¿Cómo te llamas?

-          Leticia.

-          Leticia ve con Elena al departamento de seguridad, revisen las cámaras. Evy dale tu número a Leticia y que te avise los resultados. 

Evy obedeció y entrego su número, y dejó que se fueran las pobres mujeres y al desaparecer Víctor siguió hablando.

-          Y usted señor Perales tenemos que hablar más tarde, valla con ellas y espero que esta vez si haga lo correcto.

El gerente salió  corriendo del lugar muy atemorizado por Víctor.

-          Y usted-

El huésped miro a Víctor, el saco su teléfono e hizo una llamada que segundos después fue contestada, Víctor puso el alta voz para que todos escucharan

-          Darío

-          Víctor bastardo soy tu padre tienes que hablarme con respeto.

-          Lo siento papá creí que una pequeña bromita seria divertida.

-          Niño a mi no hagas tus bromitas

-          Lo siento

-          Bueno esta bien, necesito verte quiero que vengas a mi oficina.

-          Si papá

-          Cuídate te veo después.

El huésped se quedo paralizado no pensó que su estafa fuera descubierta y menos que estaría hablando con el hijo del dueño.

-          Si usted es arrogante, prepotente, engreído yo puedo serlo más, y si usted fuera socio de mi papá sabría quien soy

El miedo apareció en los ojos de huésped, pensó que como siempre podría salir victorioso de su fraude, pero la suerte no dura para siempre y hoy tendría que enfrentar las consecuencias de sus actos.

El miraba a Víctor temblando en su interior el sabía el poder y los rumores de la familia Reymer y nadie se atrevía a meterse con ellos.

Los nervios del señor se hicieron presentes y de forma inmediata se arrodillo enfrente de Víctor.

-          Tus acciones tendrán consecuencias y sabes pude perdonarte la ofensa a la empleada pero ofenderme de esa manera no.

Unos segundo después dos guardias de seguridad llegaron lo tomaron de los brazos al desagradable hombre y se lo llevaron.

Evy que había observando todo no dijo nada es más ni le impresionó del todo sabia que personas como el actuaban de esa manera, pero lo que si hizo que le prestara atención fue cuando defendió a la empleada.

-          ¿Qué esperas vámonos?

“bueno por lo menos la pobre chica estará tranquila ahora” pensó mientras caminaba atrás de Víctor.

Ambos se dirigieron al estacionamiento, subieron a un auto, y salieron del hotel. El ambiente era tenso nadie decía nada, solo inconscientemente ambos de miraban sin decirse nada.

“que incomodidad” pensó ella apretando sus manos.

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