¡Recuerdame!

Stavros Kyriakos recorría los pasillos dé su oficina, se dirigía a la sala de juntas.

Todos los directivos lo esperaban. En cuanto ingreso a la sala, se sentó en la cabecera de la mesa.

— Acabo de suspender la fusión con el Corporativo Denakis anunció el sorprendido a sus directivos.

— ¿No era la idea expandirnos?, Pregunto su vicepresidente comercial.

— No puedes dejar que tus asuntos personales nublen tu juicio profesional.

— No lo estoy haciendo, en cuanto el Corporativo Denakis colapse comenzaremos la expansión.

— ¡Tú no puedes hacer eso!, exclamó Bastian Kyriakos. Tengo una amistad con Vasilios desde antes que tú nacieses.

— Soy el presidente y tengo la autoridad suficiente para tomar las decisiones. Si Vasilios quiere salvar su patrimonio tendrá que venderme su empresa y ya se lo informe a su abogado.

Stavros se puso de pie y dio por terminada la reunión.

Estaba furioso, Isadora lo había sentenciado si darle la más mínima posibilidad de defenderse se dirigió a su oficina. Tomó él porta retrato que tenía sobre su escritorio.

Maldito fuera el día que se dejó embaucar por ese rostro, la odiaba profundamente lo habia puesto en ridículo.

Arrojó él porta retrato en el último cajón.

Bastian ingresó a la oficina de su hijo.

— No estoy de humor para aguantar tus reclamos exclamó Stavros molesto.

— Pues te aguantas no soy uno de tus empleados. ¿Qué demonios te propones?, pregunto Bastian.

— Ahora que lo recuerdo tú eres el responsable de que esa niñita me pusiera en ridículo exclamó Stavros.

— Solo los presente en una fiesta, tú saliste a buscarla al día siguiente.

— No voy a beneficiar a Xandro Denakis con mi dinero. Isadora se fue con el a Londres, me abandono y me puso en ridículo. Mi nombre antes inspiraba miedo y respeto. Ahora soy el hazme reír de todos.

— Es su tío, respondió Bastian

— ¡Él no la ve así!, exclamó Stavros.

— Tal vez te equivocas, exclamó Bastian.

— No, sé muy bien leer a las personas. Es a lo que me dedico. Además, no lo negó.

— Eso no cambia nada, es la percepción de tu esposa de lo que estamos hablando para ella es su tío y siempre lo será. Si pretendes cortar todo lazo con los Denakis eso significa que dejaras de buscarla, pregunto Bastian.

Stavros no respondió a ese último comentario ni él conocía la respuesta .

...****************...

Era de noche y había sido un día difícil de trabajo.

Ed O'Neil firmo los últimos papeles tomó su chaqueta y salió de su oficina.

— Ed, te esperamos mañana para la noche de póker, le dijo uno de sus compañeros.

— Llevaré las cervezas respondió él. Iba saliendo cuando en la mesa de entrada vio a Thomas Asher.

O'Neil se acercó a él para averiguar lo que estaba ocurriendo.

— Quisimos dejarlo todo como estaba pero tal vez sea hora de cambiar las cosas, respondió Thomas.

— Ven te acompañare con los muchachos así te iras pronto a casa.

— Gracias, Ed ¿ Cómo está tu hija?

— Fue aceptada en la academia, más orgulloso no podría estar. Muy bien muchachos quien llamó a Thomas Asher.

— Fue Jimmie, allanaron la casa de su hijo el sospechoso esta aprendido, esta en el cuarto de interrogatorios y no tiene documentación.

Thomas Asher suspiró estaba harto de los bandidos que ingresaban a la casa.

Jimmie miró al delincuente que tenía frente a él.

— Vamos dinos tu nombre para el registro. Te pasaras una buena temporada en prisión, allanamiento de morada, bandalismo y resistencia a la autoridad.

Isadora lo miro, casi le había dado un infarto cuando escucho pasos detrás de ella, penso que sería atacada y solo se defendio, pero no quería dar su nombre, tenia miedo que al ingresar su nombre Stavros diera con ella y fuera a buscarla.

Siempre lo había considerado un hombre considerado y amable con ella.

Pero también conocía su reputación cuando algo no se hacía como él quería.

En los negocios era despiadado y calculador.

Thomas Asher se encontraba del otro lado de la puerta.

Ed O'Neil golpeó la puerta, Jimmie se puso de pie y abrió la puerta.

— Jimmie, podrías ocuparte de que Thomas firme la denuncia.

— ¿ Qué fue lo que se quiso robar?, pregunto Thomas.

— Nada, toma aquí tienes mi bolígrafo. En realidad rompió una ventana del garaje ingreso a la propiedad estaba en una de las habitaciones, se resistió al arresto y me dio unos buenos golpes tendré que tirar mi camisa. Creme será una maldita reina de belleza en prisión comento Jimmie.

— Una mujer te dejo la nariz así comento Ed riéndose.

Thomas se acercó al vidrio el bolígrafo y los papeles cayeron al suelo.

No podía ser, debía estar soñando como tantas otras veces.

No podía ser que su hermosa y dulce nieta con esos ojos grande y soñadores estuviera del otro lado del cristal. Como si hubiera sido evocada la bella mujer de piel color aceituna y grandes ojos miró a Thomas Asher como si lo estuviera viendo.

Al ver el pálido rostro de Thomas Asher, Ed O'Neil se acercó a él y miró hacia la habitación.

No necesito escuchar la confirmación de Thomas para saber quien era. Jamás olvidaría el rostro de esa niña preguntando por sus padres.

— ¿La conocen?, pregunto Jimmie.

— ¡Es Isadora Asher!, exclamó Ed O'Neil.

— ¿Están seguros?, pregunto Jimmie.

— ¿Crees que podría olvidar a esa niña?, pregunto Ed.

Minutos después Jimmie volvió a ingresar a la habitación.

Se acercó a ella y le sacó las esposas.

Le ordenó que lo siguiera hasta una oficina.

Vestido con una campera gris y unos pantalones caqui Thomas Asher se encontraba de espaldas cuando ella ingresó a la oficina.

En cuanto se dio la vuelta Isadora pudo ver la emoción reflejada en los ojos de su abuelo.

— ¿Me recuerdas?, pregunto Thomas mirando a su nieta.

Isadora asintió intentando controlar su propia emoción. — ¿Puedo abrazarte?, pregunto él.

Ella asintió y ya no pudo evitar llorar en cuanto estuvo entre los brazos de su abuelo…

La noche había sido un sin fin de emociones. Thomas Asher salió del destacamento policial en compañía de su nieta. Ed O'Neil convenció a Jimmie para que hiciera la vista gorda ante el golpe recibido y no se presentaron cargos después de todo quien no conocía la trágica historia de la familia Asher.

Thomas Asher condujo el auto hasta su casa...

— Nos mudamos hace tres años tu abuela ya no podía subir escaleras y la casa era demasiado grande para nosotros dijo Thomas en cuanto estacionó el auto en la puerta.

Isadora bajo del auto siguiendo a su abuelo.

Thomas abril la puerta de su casa, siempre habían soñado con ese momento, pero con el paso de los años solo se había convertido en un sueño muy lejano e imposible.

Thomas abrió la puerta, Isadora ingreso a la casa y mientras su abuelo iba por su esposa ella esperó ahí de pie.

— ¿Querido donde estabas?, me tenías preocupada dijo su esposa. Thomas se acercó a su esposa y le dio un beso en la frente.

— ¡Tenemos visitas!, anunció él.

— Visitas a esta hora, respondió ella.

Él la tomó de la mano y la llevó a la sala. Isadora se encontraba viendo las fotografías que había de un pequeño. Mary Asher se llevó la mano a la boca en cuanto vio a la joven parada en su sala.

— ¡Hola abuela!, ¿no vas a abrazarme?, dijo Isadora.

Mary se abalanzó sobre su nieta y la abrazó con fuerzas...

Tres horas después Mary y Thomas abrieron la puerta del cuarto de invitados. Isadora había insistido en irse en un taxi, pero ellos insistieron en que se quedara.

Isadora cayó rendida esa noche y por primera vez en muchos días no soñó con Stavros.

Estaba bañada en sudor cuando despertó asustada, había soñado otra vez con aquella noche y aquellos ojos.

A la mañana siguiente Isadora despertó y luego de vestirse se dirigió a la cocina.

Sus abuelos ya se encontraban ahí preparando el desayuno.

— Buenos días, dijo ella

— Buenos días, cariño, ven siéntate dime que te sirvo comento Mary

— Cafe, gracias.

— ¿Cómo has dormido?, pregunto su abuelo.

— Bien gracias, dijo ella. Saben no quiero incomodarlos, pero hay muchas preguntas que me he hecho últimamente ¿por qué paso? ¿Quién fue?.

— Nuestro hijo, tu padre era fiscal estaba detrás de una banda de traficantes, Benjamín operaba bajo la idea de que esta banda tenía conexión con la policía.

La muerte de tus padres lo probó, los vecinos escucharon los gritos y llamaron a policía, pero ellos no llegaron hasta una hora después. Suponen que fue esa banda nadie fue acusado. La policía hizo tan buen trabajo que las pocas pruebas que había fueron contaminadas.

La única persona que sabía lo que pasó eras tú pero eras pequeña. Pese a nuestras diferencias con Vasilios en algo estuvimos de acuerdo tú no podías verte involucrada en eso estábamos aterrados ante la idea de que algo te pasara. Te dejamos ir.

— Me siento fatal con ustedes, nunca los volví a buscar solo di por sentado que se habían olvidado de mi.

— Por supuesto que no y no tiene porque sentirte así podriamos haber insistido pero si olvidandonos tu eras feliz bien valia la pena el sacrificio. Sabes unos meses atras una amiga de nosotros fue a Grecia y nos trajo esto dijo Mary mostrandole una revista bien cuidada..

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