Isadora abrazó a su tío, era la única persona en la que podía confiar.
— Vamos Isadora debemos irnos de aquí te están buscando dijo Xandro ayudando a su sobrina a subir al auto. De haber sabido que esto terminaría así no hubiera dicho nada comento Xandro.
— ¿Por qué me hizo esto mi abuelo?, pregunto Isadora. Le dolía que Stavros no la amara, pero más le dolía la traición de su abuelo.
— Por poder, status en nuestro mundo es lo único que importa. ¿Quieres irte de Grecia?, puedo llevarte a Londres mientras decides que hacer. Pero decídete ya Stavros está buscándote y tu abuelo no va a permitir que lo abandones y pongas en ridículo a la familia.
—¡Quiero irme!, nunca voy a regresar a la casa dijo ella.
— ¡Llévala a donde te indique!, le ordenó Xandro a su custodia. Me ocuparé de prepararlo todo, te veré más tarde.
Dos horas después Xandro se volvió a reunirse con ella, durante esas dos horas había conseguido que uno de los empleados de la casa de Vasilios le entregara la valija y documentación de Isadora. El vuelo privado de Xandro despegó rumbo a Londres.
No permitiría que Isadora regresara con Stavros, ni a la casa de Vasilios.
— ¿Nunca pensaste en la posibilidad de ir a New York?, pregunto Xandro.
— Para que no tengo nada ahí solo malos recuerdos respondió Isadora. Mis abuelos se olvidaron de mí.
— Ellos no se olvidaron, Vasilios impidió que se acercaran a ti.
— ¿Por qué?, preguntó ella sorprendida.
— Porque odiaba a tu padre, porque él le arrebato lo único que Vasilios amo en su vida, a tu madre su única hija biológica, Isadora lo miro sorprendida. Cuando Vasilios conoció a mi madre y se casaron él me adoptó me crío como un hijo, todo lo que tengo se lo debo a él, pero no soy su hijo.
¿Sabes como se conocieron tus padres?, pregunto Xandro.
— No, respondió ella.
— Tu padre había venido de vacaciones a Grecia, se conocieron en la playa. A Vasilios no le importo que tu padre fuera abogado ni que tuviera un buen trabajo. Tu padre no era griego, no era rico. Leonor se había enamorado así que siguió a su corazón al otro lado del mundo.
Naciste tú, cuando la madre de tu papá nos informó lo que había ocurrido, viaje a buscarte. Cuando Vasilios te tuvo en su casa para él fue como recuperar a su Leonor, no te volvería a compartir con nadie así que comenzó a poner trabas para que los padres de Benjamín te vieran, se escudaba en tu seguridad, en tu recuperación, en tus pesadillas. Recuerdas nuestro viaje a New York, cuando regresaste a Grecia tenías otra vez pesadillas él los culpo y de a poco consiguió que ellos no te buscaran.
— Es como si hablaras de un extraño, no se parece en nada al abuelo que me crío respondió ella llorando.
— Vasilios te quiere a su modo, del modo que él ve la vida respondió Xandro.
En cuanto llegaron a Londres, Isadora se fue directamente a la cama solo podía llorar…
Desesperado Stavros Kyriakos recorría cada rincón de Atenas, buscando a su esposa, pero no pudo encontrarla.
Estaba regresando a la casa, cuando recibió una llamada informándole que habían encontrado el auto en un acantilado.
— Al llegar ahí Stavros se quedó paralizados los medios de comunicación se había hecho eco de la noticia y se rumoreaba que su esposa había saltado al precipicio.
— Por mí busquen ahí, pero solo perderán el tiempo. Conozco muy bien a mi esposa. Isadora no haría algo así jamás exclamó Stavros a los oficiales de policía.
Al regresar a la casa Stavros se encerró en su oficina.
Se sirvió un vaso de whisky había perdido a su esposa horas después de haberse casado. Bebió ese vaso y luego se sirvió otro y luego otro, siguió bebiendo.
Cuando despertó estaba por amanecer se puso de pie y se dirigió a la habitación que había compartido con Isadora.
Llamo a su jefe de seguridad, no había novedades.
\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*
A primera hora de la mañana Berenice llamó a su esposo Xandro, se suponía que él estaba de viaje de negocios.
— Es horrible piensan que Isadora se arrojó al mar esta noticia matará a tu padre comento Berenice.
— Volveré esta noche le informo Xandro.
Él pidió el desayuno para Isadora y se lo llevó al dormitorio.
— ¡Vamos princesa debes comer!, dijo Xandro.
— Tío no me digas princesa, me hace sentir más idiota aún dijo Isadora.
— Te digo así por qué te quiero dijo él acariciándole el pelo. ¿Has decidido que vas a hacer?, no quiero presionarte. Pero pronto descubrirán que estás aquí, la policía te está buscando. ¡Isadora creen que saltaste del acantilado!.
Ella lo miró horrorizada, por más daño que le hubiera hecho ella no podía dejar que Vasilios creyera eso.
— No voy a volver a Grecia, estoy confundida no sé qué hacer. Ya ni sé quien soy todo en mi vida fue construido sobre mentiras y secretos.
— Tengo un departamento en París ¿podrías quedarte ahí?, respondió él
— No quiero ir a París, respondió ella.
Ese sería uno de los lugares que visitaría con Stavros dijo ella. La sola idea de visitar esa ciudad sin Stavros y con el corazón roto por su culpa la deprimía aún más.
— Lo siento no lo sabía dijo él. También tengo un departamento en New York, sé que ese sitio no te trae buenos recuerdos, pero nadie irá a buscarte ahí sería mientras buscamos otra opción comento Xandro dándole un trozo de fruta para que comiera.
Ella tomó el cubierto y comió algunos trozos de fruta.
No podía echarse a morir, había pasado por cosas peores. Aunque tuviera el corazón hecho trizas lo superaría.
— ¡Me iré a New York!, exclamó Isadora.
— En unas semanas iré a visitarte, siempre podrás contar conmigo dijo Xandro…
— Lo sé y te estoy tan agradecida dijo ella. Isadora decidió que antes de abandonar Londres había algo que debía hacer, porque ella no quería tener la conciencia sucia.
Los días pasaron Vasilios se encontraba sentado en la sala de su villa cuando una de las empleadas le entrego una caja al abrirla en su interior encontró un pequeño estuche de terciopelo, con una tarjeta al abrirlo vio la inconfundible cadena con la medalla de oro que él había mandado a diseñar para su nieta al dar vuelta la medalla leyó el nombre de Isadora Denakis.
Ella no regresaría, lo supo en cuanto tuvo esa medalla en la mano…
Esa misma noche Vasilios fue ingresado al hospital tras sufrir una descompensación
La policía dejó de buscar a Isadora, pero Stavros no se detuvo sabía que había estado en Londres, así que contrato a un investigador para qué la buscará.
\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*
Isadora caminaba por las calles de New York, sé dio cuenta que no únicamente tenía malos recuerdos también tenía buenos su estado no había mejorado, pensó que huyendo se sentiría mejor, pero Stavros seguía acosándola aun en sueños.
Si estaba despierta su ausencia le dolía, no había llamadas ni mensajes que calmaran el vacío que estaba sintiendo.
Y cuándo esta dormida su presencia, la invadía arrasando todo a su paso haciendo del despertar una tortura.
Llevaba cinco días en la ciudad y era la primera vez que abandonaba el departamento había hablado con su tío en dos oportunidades, Xandro le había reclamado que hubiera enviado un paquete desde Londres.
Su respuesta había sido clara ella no dejaría que todos creyeran que se había arrojado, ella no construiría su nueva vida sobre mentiras.
Ese día en particular se había dado a la tarea de buscar información de sus padres, su tío le había dicho la dirección de su antigua casa y donde estaba enterrado su padre.
Y ahí estaba ella parada frente a la tumba de su padre, después de doce años.
Intentando encontrar respuestas a todas sus preguntas ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué pasó?, siendo tan pequeña nadie le había dado explicaciones y cuando tuvo edad suficiente su abuelo Vasilios no quiso hablar del tema. Solo sabía que de un momento a otro sus padres solo habían desaparecido y que la vida que ella había conocido se fue con ellos.
Sus recuerdos eran vagos, ella estaba en la cama sus padres se encontraban en la cocina o algo así.
Era de noche, cuando escucho el primer grito de su madre, ella se incorporó y fue cuando lo vio por primera vez, vestido de negro parado junto a su cama, cuantas noches de terror le había ocasionado esa sombra.
Se dio media vuelta y comenzó a caminar, tras caminar por horas sin rumbo llegó al lugar donde había visto por última vez a sus padres, ya era de noche.
Era como si el tiempo se hubiera detenido sobre ese sitio.
Nada había cambiado a lo sumo estaba más viejo, se notaba el paso del tiempo camino por la vereda por la que solía correr para abrazar a su padre o dar volteretas bajo la atenta mirada de su madre que solía decirle que sería una gran atleta mientras la aplaudía.
Rodeó la casa intentando ver hacia adentro, sabía que propiedad seguía siendo de su familia.
Al ver una pequeña ventana de vidrio que daba al garaje busco algo y rompió los cristales vio como el vecino encendía la luz y dijo algo que ella no logró escuchar, ya que estaba intentando meterse en la casa.
Los cristales del suelo crecieron bajo sus botas. El auto de su padre aún se encontraba ahí, al igual que la podadora de césped.
Camino unos metros y atravesó la puerta que la llevaba a la cocina los muebles estaban cubiertos por sábanas llenas de polvo siguió caminando, atravesó lo que era el comedor todo estaba exactamente en el mismo sitio, camino unos metros e ingreso a la que era la habitación que su podría usar para trabajar, en los libreros ya no había libros.
Cuantas veces se había sentado a trabajar junto a su padre.
— Por supuesto que si mi niña, ¿tú serás una ruda abogada?, le preguntó él.
— Si como mi papi, respondía ella.
Les había fallado, no había sido ni una gran atleta, ni una ruda abogada. Era una mujer tonta cuál único objetivo había sido verse bonita y agradable para su arrogante y rico novio.
Siguió caminando por la casa hasta llegar a la puerta de la que había sido su habitación.
Su corazón latía desbocado los recuerdos más aterradores de su vida estaban detrás de esa puerta.
Puso su mano en la perilla de la puerta y lo giró.
Estaba tan oscuro como aquella noche tomó la sabana y descubrió su cama.
Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, podía verlo ahí parado.
— ¡No grites o te harán daño!, él se acercó a ella y le cubrió la boca mirándola a los ojos. Era la primera vez que veía unos ojos así de ese color tan extraño él la sacó de la cama cubriendo su boca, camino sacándola de la casa hasta llevarla a ese lugar donde su padre guardaba las cosas que ya no usaban, la volvió a mirar.
— No salgas de aquí ni grites le ordenó el niño grande, era como los niños grandes de sus clases de gimnasia. Fue cuando escucho el primer disparo.
Estaba tan absorta en sus recuerdos que Isadora no escucho el crujir del cristal que indicaba que algo o alguien había ingresado a la casa…
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 112 Episodes
Comments
Andrea Barrionuevo
El amor del abuelo es mezquino malo.
Estamos se caso para complacer al padre y tener kmo dijo una empleada y sexo cuando quisiera.
Es un hombre que no le gusta que le digan no y muchos menos que lo dejen mal delante de todos.
Todavía no hay amor en él para kn ella
2024-09-12
0
Alba Hurtado
xandro los mato el esposo la ama,el abuelo tambien ella se metio a la boca del lobo /CoolGuy//Casual//Toasted//Skull//Bomb//Moon//Blackmoon/
2024-01-31
5
Adoración del Carmen Martinez sonni
por Dios 😱😱😱
2023-12-02
2