Capítulo 4

-entonces… le estás dando clases de Inglés a nuestro querido capitán – comenzó a decir Miranda, mientras hacían estiramientos, para la clase de educación física 

-baja la voz, no creo que él quiera que nadie se entere de que no es tan perfecto después de todo – 

-chicos comiencen a correr – le ordeno el profesor 

Raúl se puso de pie y le tendió la mano a Miranda, está, la tomo y se puso de pie también.

-serán cinco vueltas a la cancha –

-estúpido profesor – dijo Miranda en voz baja, siempre es lo mismo con él, solo nos hace correr como idiotas y solo mira – 

-así hasta yo sería profesor – respondió Raúl

Ambos reían, e iban los más despacio que podían, para así poder estar al final del grupo.

-ustedes, la parejita del final, más rápido – grito el profesor 

- como si no supiéramos que solo nos hace correr, para poderle ver el trasero a la las alumnas –

-¿de verdad? – pregunto Raúl 

-a mí no me consta, pero se rumoreaba el año pasado que tenía algo con una alumna, que ahora ya se graduó –

-que pervertido, ¿Qué no está casado? Vi que traía un anillo –

-lo está, pero no tiene mucho respeto por su esposa – respondió Miranda 

Cuando por fin terminaron de correr, el profesor hizo grupos y los puso a Jugar vóleibol, para la mala suerte de Miranda, termino en el equipo de Camila.

-te digo que este profesor me odia – le susurro a su amigo 

Durante el juego Camila y las demás no dejaban de empujarla cada que podían, en una de esos empujones, para ganarle el balón, ella cayó al piso y se raspó la rodilla con el césped. Raúl llegó corriendo a ayudarla.

-¿puedo llevarla a la enfermería? – pregunto 

-solo es un rasponsito – respondió Camila quitándole importancia 

-su compañera tiene razón – respondió el profesor 

-pues lamentó, discrepar y llevarle la contraria, pero ella está sangrando, así que la voy a llevar a la enfermería, si no le parece repórteme a la dirección – respondió Raúl molesto 

-ya llévela a la enfermería – respondió el profesor molesto – pero apúrele y deje de hacerme perder el tiempo.

...****************...

Luis estaba en la enfermería con uno de los alumnos de primer año, que tenia dolor de estomago.

-ya llamamos a su madre no tarda en venir – les dijo la enfermera 

-gracias – respondió el, después tomo su celular para escribirle a  Adrian, mientras hacía eso la puerta se abrió.

-te dije que no me cargaras, peso demasiado –

El conocía esa voz así que levanto la mirada de su teléfono, en efecto, era Miranda, Raúl la traía en su espalda; la rodilla de esta sangraba, un hilito de sangre le bajaba por la pierna y ya le había manchado sus medias blancas.

Raúl la dejo en la camilla libre y se sentó en una silla que había ahí, ni ninguno de los dos parecía haberlo visto.

-¿Qué sucedió? – pregunto la enfermera 

-me caí en educación física y me raspe con el césped – respondió ella 

-traeré el material para limpiar la herida –

-¿quieres regresar a la clase? – le pregunto la chica a su amigo 

-ni de chiste, me va a regañar por haberle respondido frente a todos – respondió Raúl 

-eso estuvo genial, vayamos a comer el fin de semana yo invito – le dijo Miranda 

Luis no podía seguir viendo eso, así que se puso de pie, cuando vio volver a la enfermera.

-yo me retiro, tengo que volver a entrenar – 

-por supuesto – le respondió esta – yo me encargo de tu compañero, su mamá ya no tarda 

-con permiso – le dijo a la enfermera, pues Miranda y Raúl habían evitado su mirada.

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Adrian estaba dando algunas instrucciones cuando volvió Luis, traía un humor de perros, pudo notarlo de inmediato, pues llego regañando a los chicos.

-relájate – le dijo Adrian a su amigo 

-la verdad, sigo sin entender, porque Miranda anda con él, ¿Qué le vio? –

-ellos no son novios, ya te dije-

-¿Cómo estás tan seguro, le preguntase? –

-¿quieres que lo haga? Lo voy a ver al rato – 

Luis era el único que sabía de sus tutorías con Raúl y no parecía feliz con eso 

- se me olvidaba que ahora es tu “amiguito” –

-¿celoso? Suenas como novia toxica –

Luis lo empujo y este término dentro de la piscina 

Adrian termino su entrenamiento más temprano, pero aun así, fue a casa de Raúl hasta las cuatro. Toco el timbre, y esta vez Raúl le abrió a la primera y el no pudo evitar reír al verlo, pues este tenía el cabello recogido en una colita hecha con una liga rosa, la cual tenía un broche de Hello kitty.

-sin comentarios solo entra –

-hola Adrian – le saludo Mariel, sobre la mesa tenía una muñeca de las que se usan para practicar peinados, la niña también llevaba unas colitas, con muchas trencitas.

-recoge todo, es hora de hacer la tarea – le ordeno Raúl a su hermana 

-yo quería seguir jugando, eso es tu culpa – dijo Mariel señalando a Adrián 

-¿mi culpa? – pregunto el 

-si, estábamos jugando mientras te esperaba, porqué no tardaste más –

-¿así que me esperabas? – le preguntó a Raúl 

-Mariel, ya llévate eso – el chico evito su pregunta y se fue a la cocina 

Adrian fue tras el -¿puedo preguntarte algo? –

-si no es sobre Inglés, no – respondió este 

-preguntare de todos modos – 

-entonces para que pides permiso “pequeñín” –

Ignorando el hecho de que se había burlado de su estatura de nuevo preguntó - ¿Cuál es tu relación con Miranda? –

-somos amigos, ¿no me digas que tu también crees que salimos? –

-yo no, pero Luis si – 

-con todo respeto, tu amigo es un idiota, si le gusta Miranda, no sé porque no le habla y se deja de tonterías –

-bueno tal vez en eso tienes razón, se lo he dicho, pero él lo niega –

-pues que lo siga negando, pero que no se queje si ella termina con alguien más –

Adrian se quedo callado, pues Raúl tenía razón, a Luis le gustaba quejarse, pero jamás hacia algo al respecto.

Al día siguiente… 

Era la hora del almuerzo, Miranda y Raúl entraron a la cafetería bromeando, y dándose pequeños empujones. Luis los miraba desde su mesa, frunciendo el seño.

-ellos no están saliendo – le dijo Adrian 

-y dale con eso, ya te dije que no me interesa –

-¿seguro? – Pregunto Adrián – tú sabes que le gustas, para nadie en este lugar es un secreto, que ella tiene un crush por ti, y a ti también te gusta, te conozco mejor que nadie, has estado actuando así desde que Raúl entro a la prepa –

-no quiero hablar sobre eso, así que no vuelvas a mencionarlo –

-como digas, pero cuando ella se canse de perseguirte, y empiece a salir con alguien más no te quejes –

-creí que dijiste que ella y Raúl no tenían nada que ver –

-y no lo tienen, Raúl me dijo que solo eran amigos –

-¿hablaste de mi con él? – pregunto Luis cada vez más molesto 

-solo pregunte, yo tenía curiosidad, se que tu también la tienes, pero eres demasiado orgulloso para preguntarle a Miranda, la has estado ignorando desde que se hizo amiga de el – 

-claro y ahí vas tú de buena gente a preguntar, ya que el perdedor de tu amigo no puede hacerlo – Luis se puso de pie 

-hey no seas así, te hice un favor –

-pues deja de hacerme favores ¿quieres? –

...****************...

Miranda caminaba por los pasillos de la preparatoria, iba rumbo a la biblioteca a buscar a Raúl, quien estaba buscando un libro para una tarea, de el otro lado del pasillo vio a Luis venir hacia ella, por su forma de caminar, ella pudo adivinar que estaba enojado, aunque era raro que anduviera por los pasillos cuando era la hora de entrenar. Se estaba debatiendo en si debía hablarle o no, cuando él se detuvo frente a ella.

-¿podemos hablar? – 

Ella vio a ambos lados del pasillo, no había nadie más, así que asintió. Luis la tomo de la mano y la llevo por el pasillo hasta una puerta, era el lugar donde el conserje solía guardar sus utensilios de limpieza. Luis abrió la puerta y se metió llevándola con él, una vez adentro le cerró.

-¿Qué hacemos aquí? – pregunto ella, en la penumbra podía sentir la mirada, de el chico sobre ella

-solo quiero hacerte una pregunta –

-¿y era necesario entrar aquí? – pregunto ella, dando un paso atrás y deteniéndose al chocar con la pared.

Luis puso amabas manos contra la pared atrapándola a ella en medio – dime una cosa ¿Cuál es tu relación con Raúl? –

-solo somos amigos –

-¿segura? –

-porque me metería con la única persona que quiere ser mi amigo en este maldito lugar –

-dime otra cosa – la respiración del chico era entrecortada, como si hubiera estado corriendo -¿Qué sientes por mi? – pregunto 

-eso tú ya lo sabes –

-¿Por qué aun te gusto? E sido malo contigo –

-no puedo hacer que dejes de gustarme de un día para otro, aun que quiera –

-¿eso quieres? – pregunto el

-eso intento –

Luis la tomo por la barbilla y se acerco más a ella - ¿y funciona? –

-no- fue toda la respuesta que obtuvo de ella 

-eso es suficiente para mí – 

Antes de que Miranda pudiera preguntar a que se refería, él la beso, tomándola por sorpresa un momento, ella tardo unos segundo en reaccionar, y cuando lo hizo, levanto sus brazos, y lo rodeo por el cuello. Sentía que era un sueño, pero estuviera soñando o no, esa oportunidad no podía desaprovecharla. 

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