Capítulo 1

Una semana antes…

-RAÚL, despierta – le grito su madre 

El chico jaló la sabana y se cubrió la cabeza, dejando sus pies al descubierto, otra prueba de lo mucho que había crecido el último año 

-es la última vez que te lo digo, levántate – la mujer salió de la habitación cerrando la puerta 

Raúl se levantó molesto, salió de su habitación y entro al baño a hacer sus necesidades y lavarse la cara. Cuando llego a la cocina su madre estaba bastante molesta.

-vas a llegar tarde tu primer día –

-pues no debiste haberme cambiado de escuela el último año de clases – le reprocho él 

-lo hice por tu bien –

-¿por mi bien, o por el tuyo? –

-no empecemos de nuevo con esto Raúl, ya lo hablamos muchas veces –

-entonces déjame desayunar en paz – respondió él y se sirvió un tazón de cereal 

-acomódate bien el uniforme –

-¿era necesario que me metieras a un lugar donde hay que llevar uniforme? – 

-trae tus cosas, te espero en el auto –respondió su madre y sin decir más salió de la cocina, con las llaves del auto en la mano, y la hermana pequeña de Raúl tras ella, esta volteo a ver a su hermano mayor y le sonrió antes de irse, él le devolvió la sonrisa y termino de desayunar tranquilamente.

......................

Raúl no dijo una palabra en todo el camino, se puso sus audífonos y miro por la ventana del auto. Seguía molesto con su madre por haberlos echo mudarse, justo en su último año de preparatoria, cuando el más inseguro se sentía. Había crecido mucho el último año, y aun no se acostumbraba a su nueva altura y eso lo hacía algo torpe, ya recibía algunas burlas de parte de su amigos en su antigua escuela, y ahora tener que empezar de nuevo. 

-Raúl – le llamo su madre, y el no respondió – Raúl – repitió, ahí fu cuando el volteo, sin decir nada tomo su mochila y se bajo sin decir palabra.

Al llegar a la entrada fue detenido por un profesor – arréglate bien ese uniforme, fájate la camisa y quítate esos audífonos, el hizo lo que le pidieron sin muchas ganas. 

-es todo un fastidio ese profesor – le dijo una chica, mientras el caminaba por el pasillo.

-¿me hablas a mi? – pregunto él un tanto confundido 

-¿ves a alguien más? – pregunto ella sonriendo 

Era una joven bajita con el pelo rizado, y alborotado, o era muy bajita, o el era muy alto, pues le llegaba como al hombro, pero parecía amigable.

-¿eres nuevo? – le pregunto 

-¿tan obvio es? – 

-por tu altura es difícil que paces desapercibido – comento ella – ¿en qué grado estas? –pregunto 

-quinto semestre – respondió 

-yo también, bienvenido -  le dijo la joven sonriendo y mostrando sus hoyuelos – por cierto, me llamo Miranda ¿y tú? – 

-Raúl – respondió el 

-bueno Raúl, pues vamos al salón.

Al entrar al salón, sintió que todos los que ya estaban ahí, lo veían, por razones como eso odiaba ser alto. Miranda lo llevo hasta la parte de atrás del salón y se sentó a su lado.

-¿y a todo esto, porque me estas hablando? – 

-porque yo se lo incomodo que es ser nuevo – respondió ella.

En ese momento entraron tres chicos, y llamaron toda la atención del salón, incluso de otras chicas que estaban en el pasillo, hasta a Miranda le cambio la cara.

-¿quiénes son ellos? –le pregunto 

-el equipo de natación – respondió ella con una sonrisa de oreja a oreja.

Raúl se volvió a poner los audífonos, pues no le parecía gran cosa, de hecho le parecieron un tanto engreídos.

......................

El resto de la semana fue más o menos igual, a donde quiera que entrara a la equipo de natación eran el centro de natación. Por otro lado Miranda era la única que seguía hablándole, se podría decir que se habían hecho amigos, a Raúl le parecía un tanto extraño que ella no hablara casi con nadie más , pero no le pregunto.

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El día del incidente… 

Después de caer en la piscina, y ser rescatado por uno de los integrantes del grupo de natación Raúl salió casi corriendo del lugar y Miranda fue tras él.

-Raúl ¿a dónde vas? –

- a mi casa, no me voy a quedar aquí a hacer el ridículo – respondió el mientras caminaba para buscar su mochila al salón, estaba escurriendo de agua y dejando todo el pasillo mojado 

- deja que yo la traiga por ti, espérame afuera o se van a molestar, porque estas mojando todo –

Raúl se salió y espero a Miranda en la entrada, en cuanto esta vino tomo su mochila y empezó a caminar se fue tras él.

-camina más despacio – le pidió ella 

Raúl se detuvo - ¿y tú a dónde vas? – le pregunto 

-¿no es obvio? – Dijo ella como si nada – voy contigo –

Raúl no dijo nada, pero empezó a caminar más despacio.

Adrian 

Salió del recinto y fue tras el joven que acababa de sacar de la piscina. Sabía que era el chico nuevo lo había visto con Miranda toda la semana, pero le sorprendió que no supiera nadar, siendo tan alto en realidad no era necesario, pero parecía nervioso y el sentía que había sido un tanto grosero con él.

Lo vio hablando con Miranda, ella se fue al salón y este se salió del plantel, Adrian quiso ir tras él, pero fue detenido.

-Adrian – lo llamo Camila 

El se detuvo –dime –

-¿vas a venir a mi fiesta el sábado, verdad? – le pregunto 

-sí, claro – respondió el, sin pensarlo demasiado – nos vemos – se despidió cortando la conversación, pero para cuando llego a la salida, ellos se habían ido.

Así que regreso adentro para cambiarse 

-¿Dónde estabas? – pregunto su amigo, que estaba terminado de cambiarse 

-fui a buscar al chico que se cayó en la piscina –respondió el buscando una toalla en su casillero para ir a las duchas 

-¿al grandulón? –pregunto este 

-¿sabes cómo se llama? –pregunto Adrian 

-¿el chico nuevo? Se llama Raúl – respondió otro de los chicos que ya se iba 

-¿en serio? – 

-tiene toda la semana en nuestro salón, pedazo de bruto, como es que aun no saben su nombre, mide como dos metros, no es como que pueda pasar desapercibido – su compañero salió negando con la cabeza y dejo a Adrian y a su otro amigo solos.

-¿de verdad se llama Raúl? – le pregunto Adrian a su amigo, cuyo nombre era Luis 

Este lo miro – no sé, y la verdad tampoco me importa, yo solo sé que él y Miranda son inseparables desde el día uno –

Adrian se comenzó a reír - ¿celoso? – 

-por supuesto que no – respondió este enojado, tomo su mochila y se fue 

Adrian solo lo vio negando con la cabeza, le gustaba Miranda, era obvio, pero no lo aceptaría. 

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