-Papá es de madrugada, entrenaremos más tarde.
Y enseguida me envolví otra vez con las cobijas, pero nada más ver esto mi papa volvió a descobijarme y me miró frunciendo el ceño, conocía ese rostro estaba a punto de regañarme.
-Jade tú me pediste que te entrenara como un militar y es justo lo que are… no voy hacer suave contigo solo porque eres mi hija, por tratarte como una princesa de cristal toda la vida, es que te lastimaron de esta forma, todo esto es mi culpa si yo te hubiera enseñado a defenderte nada de esto hubiera pasado.
-Papi…tu no tienes la culpa de nada, yo fui una tonta….
Me acerqué a mi papa y le di un cálido abrazo
-pero tienes razón debo poner mi mayor esfuerzo en ser tu mejor alumna, es más hasta voy a superarte
-Jajaja claro que si mi princesa
-No que ya no era tu princesa. Dije haciendo un puchero
-Nunca dije eso, solo que ya no voy a tratarte como princesa, pero siempre lo serás
-Está bien papi
-Ya levántate hice el desayuno… pan francés, huevos con tocino y chocolate tus favoritos.
Solo sonreí muy feliz, mi papá quería hacerse el severo conmigo, pero no podía, incluso después de levantarme de esa forma, ya me tenía listo el desayuno.
Desayunamos los tres, Joey se fue a su misterioso trabajo, tenía bastante ya que a causa de mis problemas emocionales dejo del lado su empleo y descuido sus asuntos, a veces pienso que tal vez mi primo sera un mafioso, un narco o tal vez un gigoló, más que nada gigoló, porque antes cuando lo conocí, era delgado y sin ninguna gracia, pero ahora está hecho un dios, esta mal que yo lo piense pero, no pude evitar notar esos sexis y bien definidos pectorales, esos brazos fuertes, y ya ni hablar de todo lo demás que se le marca, muy, pero muy bien, es el pecado hecho hombre…bueno ya basta, ya voy dejar de pensar en mi primo de esa forma o me voy a ir al infierno.
Ese día me la pasé entrenando, en el edifico hay una cancha de basquetbol y mi papá me puso a subir y bajar escaleras, hacer lagartijas, abdominales, sentadillas y demás ejercicios, según el para tener más resistencia, termine exhausta, todo el cuerpo me dolía, mis piernas temblaban y sudaba a montones, mi padre dijo que era normal solo me recomendó comer muy bien, de manera saludable y pronto tendría más resistencia y podríamos empezar con el entrenamiento de combate.
Después de todo lo que había pasado recordé que aún hay algo que tengo que resolver…mi madre Meredith.
Cuando terminé mis asuntos de trabajo, me dirigí a la mansión de mi madre, llegue después de 2 horas en transporte público.
La mansión se encontraba más retirada de otras casas, al ser una zona exclusiva, todas las propiedades tenían grandes extensiones de terreno por lo cual de una mansión a la otra había una distancia considerable, me anuncie por el intercomunicador en el portal de entrada, me dejaron pasar, camine como por 20 minutos más, por un largo sendero con muchos árboles al costado, el cielo se veía con amenaza de lluvia, al ser ya tarde el camino parecía lúgubre y tenebroso, ni un alma se observaba en ese lugar, de no ser porque en la entrada me dijeron que mi madre se encontraba adentro, juraría que me perdí.
Llegue por fin a la mansión, era majestuosa, pero muy sombría y rara, con muchos detalles de pequeños ángeles tristes en la fachada, y demás esculturas en las paredes de la mansión de personas sufriendo, al parecer en el purgatorio, no sabía que mi madre tuviera esos gustos, tan peculiares.
salió a recibirme una chica, se presentó, su nombre era Lucy, pero por su expresión intuí que algo grave pasaba y más porque dentro de la mansión no parecía haber más personal de servicio y todo estaba muy solitario, la luz era escasa solo había unas pequeñas farolas con luz muy tenue, todo estaba en completo silencio que podía escuchar perfectamente el sonido de unos insectos, la sala estaba vacía no había ni un solo mueble, solo unas tétricas esculturas de mas ángeles como de 2 metros de altura, cubiertos con una capucha, todos completamente negros, se podía escuchar el sonido del viento entrar por una ventana y reclinar la madera del techo, pronto el cielo comenzó a rugir con fuertes truenos y relámpagos que iluminaban la casa dando un aspecto más terrorífico a la mansión y cuando creí que ese lugar no podía ser más siniestro apareció mi madre…..
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