Los lamentos atormentados de Jade eran ensordecedores.
Meredith la veía con una mirada y una sonrisa siniestra, digna de una psicópata desquiciada.
-¡Te mereces lo peor maldita mocosa!
-por tu culpa lo he perdido todo
-eres una maldición jamás debí tenerte......ni siquiera eres hermosa como yo
-me das asco
Jade gimoteaba intentando pedir clemencia, pero las palabras no salían de su boca, por mas que tratara no podía contener su llanto.
Su madre la arrastró por toda la casa hasta el sótano y de la puerta, la tiró con fuerza por las escaleras rodando en todo el trayecto hasta caer al piso de ese frio y oscuro lugar.
-Aquí te vas a quedar, hasta que dejes de avergonzarme y de ser una gorda asquerosa.
Al terminar de pronunciar las últimas palabras gritando, cerró dando un portazo y afuera se escucho el sonido de un candado cerrandose.
La pequeña intentó levantarse con las pocas fuerzas que le quedaban, pero solo logró llegar hasta la primera escalera y ahí con la poca voz que le quedaba grito lo mas que pudo suplicando perdón, pidiendo que la sacaran de ahí porque le aterraba la oscuridad, llamando a su padre, pero fue en vano nadie vino a su rescate, sus incesantes quejidos, se prolongaron hasta que no le quedaron mas lagrimas y cayó dormida completamente agotada de tantos lamentos.
el tiempo parecía interminable, no sabia ni a que hora era, en ese sótano no entraba ni un rayo de luz, anteriormente ya la habían encerrado ahí como castigo pero solo unas horas y siempre se quedaba en la puerta pero ahora sus pequeñas piernitas no la sostenían, le ardían demasiado, la piel lacerada estaba al rojo vivo, no podía dar ni un paso, se arrastró como pudo a una pequeño candil antiguo y lo prendió, la luz era escasa pero suficiente para no sentir tanto miedo, ella sabía que esta vez era diferente su madre la golpeó como nunca antes lo había hecho y por lo visto no la dejaría salir tan fácil, y por lo que entendió, su padre no regresaría en un buen tiempo, el la rescataría pero debía aguantar lo mas que pudiera, no se rendiría tan fácil, quería ver a su amado Papá al menos una vez más.
La madre de Jade solo iba una vez al día, pero solo a dejarle una ración escasa de comida, unas tristes hojas de lechuga y un pequeño vaso de agua.
La niña pedía entre suplicas que la dejara salir, se portaría bien, aria dieta y ejercicio para que ya no se avergonzara de ella, pero su madre no tenía compasión, y al contrario enfurecía más.
Pasarón unos meses de sufrimiento puro, al principio Meredith iba una vez al dia a dejarle una miserable comida a jade, si es que, se le podía llamar comida a unas cuantas hojas, pero después, podían pasar días y no iba ni a dejarle un vaso agua, la niña a pesar de que, no tenía modo de saber cuánto tiempo había pasado, podía intuir que bastantes meses, porque sentía los huesos de sus costillas, donde antes había una pequeña lonjita, ahora solo era su piel pegada a los huesos y asi se encontraba todo su cuerpo, de su hermosa cabellera roja, solo le quedaban unos cuantos mechones.
Ya no le quedaban fuerzas, se sentía morir, aquel candil que alumbraba sus días, se extinguió por completo solo dejando la absoluta oscuridad reinante, tuvo que acostumbrase a las tinieblas, la única ventaja es que pasado unas semanas podía ver perfectamente en la oscuridad, y al estar sola sus oídos se agudizaron y oía mejor que antes, incluso el pequeño arrastre de un insecto, pero su cuerpecito se encontraba al borde de la muerte, su estómago ardía horriblemente, sentía un hambre voraz, sus labios estabas secos y agrietados, a pesar de que sus heridas se curaron por sí solas y volvió a caminar con normalidad, esto no duro mucho porque debido a su mala alimentación su cuerpo ya no tenía energía ni para levantarse del suelo.
Pero un día escucho que muchas cosas eran lanzadas por todas partes, y una fuerte discusión, se oyó un estruendo y vio por primera vez la luz entrando por la puerta del sótano, solo alcanzo a ver una sombra que bajo corriendo por las escaleras, estaba perdiendo sus sentidos que no sabia si aquello era verdad o solo una alucinación.
Se acercó a ella, la tomo suavemente entre sus brazos y la saco de ahí.
Jade miro el rostro de aquel hombre parecía un ángel completamente de blanco y parecía que volaba, ella tenía la vista borrosa y no lograba enfocar bien, y en un ultimo intento por verlo mejor, se esforzó una vez más. Era un hombre con una barba perfectamente cuidada, unos ojos color esmeralda y ese hermoso cabello rojo. La niña dio un fuerte suspiro, después de tanto esperar su amado padre la rescataba de aquel infierno, había valido la pena resistir, desde ese momento, él se convirtió en su héroe, en la única persona que la amaba de verdad, se sentía a salvo, al fin podía dormir tranquila y con una voz cansada y casi sin aliento.
-Papi viniste por mi……
Y la pequeña se desvaneció en brazos de su padre…..
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Updated 39 Episodes
Comments
Stella Paez
cómo es que el papá siguió con esa maldita mujer
2023-08-01
1
Ana Muñizsanchez
hay que matarla a la infeliz
2023-06-22
1
ana luisa
Esa vieja es un víbora no es madre
2023-05-15
2