Rodolfo llego a casa después de 5 meses. Se encontraba en una misión del ejército, la maestra de su hija, intento contactarlo lo busco por meses sin resultados, hasta que encontró la dirección de la base militar, y de ahí sus superiores lo contactaron.
Haciéndole saber que su hija no asistía a clases, y su madre no respondía las llamadas, y desde ese terrible incidente en la escuela, castigaron a los culpables, porque los maestros descubrieron que la silla que supuestamente Jade rompió, en realidad estaba podrida, y con un leve roce esta se habría roto, hecho que algunos niños sabían he intercambiaron las sillas para jugarle una pesada broma a Jade.
El padre de la niña estaba muy angustiado, así que sin importarle nada más que su hija, dejo su misión y regreso a casa de inmediato, la buscó por todas partes de la casa, discutiendo con Meredith en su intento, hasta que vio algo raro, la puerta del sótano con candado, a esta nunca se le ponía llave, forzó la puerta a puñetazos y patadas, imaginado lo peor y no se equivocó, entro rápidamente encontrándose con la pequeña tirada en el piso, apenas si podía respirar y con voz muy débil alcanzo a decirle algunas palabras.
En el hospital, los médicos estaban sorprendidos por el aguante de la pequeña niña no podían creer como resistió por tanto tiempo, desafortunadamente con daños severos, tenía un avanzado estado de desnutrición, que se le empeoró convirtiéndose en anemia, y una deshidratación muy severa, esto sumado a varias infecciones estomacales y urinarias, el medico pidió una revisión exhaustiva de su ambiente donde estuvo encerrada la niña para determinar de que se había alimentado en su encierro y así poder tratar las infecciones con más precisión.
se descubrió que Jade al verse privada de su sustento, terminó por comer insectos, desde cucarachas, grillos, gusanos y hasta ratas y en un momento desesperado por agua bebió su propia orina.
esto le trajo severas consecuencias a su organismo, además que debido al intenso frio del sótano, le dio pulmonía, y sin contar con el trauma y daño a su salud mental.
lamentablemente la pequeña, se debatía entre la vida y la muerte.
Rodolfo pasó semanas en el hospital tratando de salvar a su hija de las garras de la muerte, buscando a los mejores médicos y el mejor medicamento, ya que tuvo varias complicaciones más. Se encontraba física y mentalmente cansado, en cualquier momento se sentía colapsar, se culpaba a si mismo por el sufrimiento de su hija, sentía que no era digno de ser padre , mientras el comía bien, su princesa se alimentaba de insectos, mientras él dormía calientito, ella dormía en el frio suelo, sin nada que la cubriera, mientras el veía los maravillosos días soleados, ella solo veía tinieblas, mientras el tenia amigos que lo apoyaban y escuchaban sus problemas, su niña solo se tenia a si misma en ese oscuro sótano con olor a muerte. Sin saber que más hacer Rodolfo comenzó a castigarse a sí mismo, pasaba días sin probar bocado y a veces sin dormir, creía que se merecía eso y mas por no estar con su princesa cuando más lo necesito.
Por otro lado ya no tenia la fuerza de lidiar con Meredith, habían tenido una terrible discusión y unas ganas asesinas de matarla, nunca odio a nadie en su vida, pero quien le hiciera daño a su pequeña se ganaría su odio y esa persona era ella, la odiaba tanto que de volver a verla la mataría, ese monstruo que se hacía llamar esposa y madre, así que hizo lo ultimo que hubiera querido hacer, buscó a la persona que tanto despreciaba a la pequeña Jade para que se hiciera cargo de Meredith y sus terribles acciones.
Después de un tiempo la niña se recuperó y se fue a vivir con su papá, a las afueras de la ciudad, en la hermosa y acogedora casa de su abuela paterna, que más tarde le heredaría a su adorada nieta, la casa era rustica pero cómoda y sobre todo era muy grande, con enormes extensiones de terreno, donde crecían árboles frutales, y un pequeña cascada que desembocaba en un tranquilo riachuelo, tenían varios animalitos domésticos que Jade comenzó a cuidar con esmero.
así paso su niñez viviendo en el campo, conviviendo son su abuelita quien le enseñó a cocinar delicioso, tenía increíbles recuerdos de ellos, cuando salía con su papá en bicicleta a ese pueblito pintoresco cerca de casa por un helado, o iban al parque a jugar y con sus nuevos compañeros de escuela que si la respetaban y querían, se perdían en ese laberinto pueblo, después de su tragedia la niña nunca pudo volver a subir de peso, comía bastante bien pero al andar de un lado para el otro su cuerpo hacia bastante ejercicio, siempre se mantuvo naturalmente esbelta, así paso su infancia llena de felicidad y alegría, que tanto merecía.
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