capitulo 16

-- Samantha López --

Siento como si algo o alguien estuviera abrazándome por la cintura, así que decido abrir los ojos, pero la luz me da en la cara y los vuelvo a cerrar. Cuando abro completamente mis ojos, lo primero que veo es mi celular y miro la hora. Es casi medio día. Luego miro la habitación y me doy cuenta de que no es la mía. Comienzo a ver a los lados hasta que veo a José y me asusto. Estaba a punto de gritar, pero me tapé la boca con la mano.

"¿Qué demonios hice?" pienso. Decido levantar la colcha y verme. Cuando me doy cuenta de que estoy desnuda, ya me puedo imaginar lo que pasó, pero no recuerdo nada. Me siento en la cama y bajo de ella de forma lenta para no despertar a mi acompañante, o mejor dicho, yo soy su acompañante. Cuando me paro, caigo y siento que me duelen las piernas. Miro hacia la cama para ver si José se despertó, pero él sigue durmiendo. Parece que tiene el sueño muy pesado. Luego me levanto y me sujeto de la mesa de noche para no volver a caerme. Cuando siento que ya estoy más estable, comienzo a buscar mi ropa, pero no encuentro mis bragas. Así que decido vestirme para poder irme. Cuando salgo de la habitación y comienzo a bajar las escaleras, veo algunos empleados y salgo corriendo de esa casa. ¡Qué vergüenza la que sentí!.

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Luego de que Samantha se fuera de la casa de José, él despierta unos cinco minutos después y comienza a buscar a Samantha, pero no la encuentra.

-- Ja me dejó -- dice José con una sonrisa -- Samantha, Samantha, Samantha -- dice levantándose de la cama -- ni creas que te vas a escapar, ya eres mía y solamente mía.

José se da un baño y se viste, baja y se sienta en el comedor a esperar que le sirvan el almuerzo.

-- ¿Hace cuánto se fue? -- pregunta José a su mayordomo.

-- Hace como media hora, mi Lord -- le responde.

-- Da está orden -- toma una copa de vino -- que cuando ella venga tienen que tratarla como la señora de esta casa.

-- Sí, señor -- le dijo su mayordomo.

José termina de comer y se retira al castillo. Hoy no tienen trabajo, pero igual va por si Fergus lo necesita para algo.

El emperador despierta con una sonrisa y comienza a besar el cuello de Lili, y mueve su mano por la cadera y cintura de la chica. Para él fue el mejor regalo haber pasado una noche tan apasionada con la mujer de la que está locamente enamorado, porque lo está.

Lili comienza a moverse y se da la vuelta para acurrucarse en el pecho de Fergus, abrazándolo. Él le besa la cabeza y también le corresponde el abrazo.

-- Cariño -- le dice Fergus al oído.

-- Tengo sueño -- le responde Lili -- casi no me dejaste dormir.

-- ¿Quién pedía más? -- le dice Fergus besándole el cuello -- vamos arriba, amor.

-- No, un rato más -- se acurruca más a Fergus. Él mira la hora en el reloj que está en la mesa de noche y se da cuenta de que son más de las diez.

-- Amor, es tarde, tengo que irme - le dice él.

-- Un ratito más -- dice Lili alzando la cabeza para que le vea el puchero.

-- Me encantas -- dice Fergus besándole el puchero -- arriba, amor.

Fergus se levanta y carga a Lili en forma de princesa y se dirige al baño. Él la sienta en el lavabo y prepara la tina para que se puedan bañar juntos. Cuando termina, la mete en la tina y luego se mete él detrás de ella. Él comienza a sobarle la espalda y Lili se recuesta en su pecho. Él pasa su mano al frente y comienza a moverla por el estómago de ella y la sube hacia sus senos y los estimula.

Lili se da la vuelta y se sienta en el regazo de Fergus. Así, el baño se hizo más largo de lo que debería ser porque ellos volvieron a disfrutar de estar juntos de esa forma tan íntima.

Después salieron en bata de baño y Fergus comenzó a vestirse. Lili le ayudó a ponerse la camisa y ahí aprovechó y dejó uno que otro beso en el pecho de Fergus. Después de estar vestido, él se sentó en la cama a ponerse los zapatos y Lili entró al vestidor a ponerse la ropa, pero dejó la puerta abierta para que Fergus la mirara.

-- No me tientes de esa manera -- le dijo Fergus cuando terminó de ponerse los zapatos -- sabes que no me puedo resistir a ti.

-- Pues te aguantas -- le dijo Lili de forma juguetona -- siempre me visto con la puerta del closet abierta -- le dijo y se terminó de vestir.

Ellos salen del cuarto y van al comedor. Ahí ya está servido el desayuno. Los empleados los dejan solos y hacen como si no ven nada. Ellos son muy leales a la familia de Samantha, y saben que Lili es como una hermana para Samantha, haci que también le son leales a ella. Ellos terminan de desayunar, aunque yo diría que es un almuerzo, y Lili acompaña a Fergus a la puerta. Ahí, él la besa y solo se separa cuando escucha a alguien hablar.

--Buenos días, su majestad-- saluda Lili haciendo una reverencia.

--Señorita López, buenos días-- contesta el emperador-- Me voy, cariño. Hablamos después-- le dice a Lili y le da un casto beso.

--Chao, amor-- dice Lili con una sonrisa de enamorada.

El emperador se sube a su auto y Lili lo despide moviendo la mano.

--Amor-- le dice Samantha a Lili haciendo burla.

--Cállate-- le dice Lili agarrándole la mano y entra a la casa.

--Tan duro te dio el emperador, que caminas como Bambi-- dice Samantha alzando las cejas.

--Cállate, Sam-- dice Lili-- ¿Y tú dónde estabas?-- le pregunta.

--Por ahí-- dice Samantha y sale corriendo a su habitación.

--Samantha, ¿con quién estuviste?-- dice Lili siguiéndola.

--Con nadie-- entra al cuarto e intenta cerrarlo.

--Eso sí que no, señorita-- Lili entra al cuarto de Samantha y se sienta en la cama-- Dime.

--Es que fue producto de la borrachera-- contesta Samantha.

--¿Con quién?

--Lord Prain-- dice de forma triste.

--¿Lord Prain dijo que se arrepentía?-- pregunta Lili preocupada, porque sabe que a su amiga le gusta ese Lord.

--No, me fui antes de que esperara.

--Ahhhh, o sea que lo dejaste plantado.

--Aja.

Cuando terminaron de conversar, Lili se fue a su habitación a seguir durmiendo porque todavía está muy cansada, mientras Samantha se da un baño y se toma una pastilla anticonceptiva y se acuesta a dormir.

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En el palacio, José llega y no está el emperador, así que decide esperarlo en su despacho. Cuando Fergus llega al palacio, primero va a su habitación a cambiarse de ropa para poder ir a adelantar trabajo. Ahora que tiene una novia, quiere tener tiempo para ella.

Fergus llega a su despacho y lo primero que ve es a José acostado en el mueble.

-- ¿Qué haces aquí? -- le dice Fergus -- ¿Es que no tienes casa?

-- Buenas tardes, su majestad. ¿Cómo está? Yo estoy bien, muchas gracias por preguntar -- le dice José de forma sarcástica.

-- Déjate de estupideces -- dice Fergus, sentándose detrás del escritorio.

-- Vine para ver si necesitas algo -- le dice José -- pero veo que no, con ese chupetón que tienes en el cuello.

-- ¿En serio? -- dice Fergus sorprendido. No pensó que Lili le hubiera dejado marcas.

-- Sí, tuvisteis una noche muy movida.

-- Por lo menos yo sí tengo con quien pasar bien las noches, no como otros -- dice Fergus, orgulloso.

-- ¿Y a ti quién te dijo que yo no?

-- ¿Quién es? -- pregunta Fergus.

-- Pareces vieja chismosa -- le dice José, burlándose.

-- Habla, soy tu mejor amigo -- insiste Fergus.

-- Tu linda asistente, me encanta -- dice con una sonrisa.

-- ¿Pasaste la noche con ella?

-- Sí, pero me dejó solo.

-- Jajajajajajaja, te dejaron. Jajajajaja -- se ríe Fergus, pero luego se pone serio -- Ni se te ocurra jugar con ella. Es la mejor amiga de Lili y no quiero problemas por tu culpa.

-- No te preocupes, Sam me gusta mucho y estoy seguro de que será mi esposa.

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