El despertar

Muchos se deben estar preguntando quién soy. Me presento, mi nombre es Lili. Soy una bruja sin poderes, aunque aún tengo la esperanza de que estos despertarán. Tengo 18 años y vivo en el Imperio Demon, en la ciudad de Shur.

Shur es un país en la frontera de Demon. En este país se encuentra la mejor universidad de los 5 imperios, la cual pertenece a Demon. La universidad se llama Fantom. Todos quieren entrar a Fantom, pero no todos pueden hacerlo porque la universidad no se enfoca solamente en el poder mágico. En cambio, ofrece carreras universitarias y el entrenamiento del poder mágico es solo un plus que se ofrece. Yo estudio administración de empresas, ya que quiero poder tener mi propio sustento.

Casi todos los alumnos viven en la universidad, pero algunos que tienen casas en la ciudad prefieren irse a ellas.

Estamos a unos días de volver a entrar a clases. Hoy estoy trabajando en una cafetería de la ciudad. Me pagan bien. La verdad, en ninguna vacación vuelvo a mi país porque acá estoy bien. En Greng era tratada como basura porque no desperté mi poder, pero acá en Demon, el poder no es lo primordial. El imperio tiene humanos que no tienen ni una pizca de poder. Y la verdad, no tengo nada allá. Mi familia me desprecia y yo los desprecio a ellas. La verdad, el amor y el cariño es algo que no busco. Lo único que quiero es poder superarme y ser una buena empresaria. Ya tengo algo en mente del negocio que quiero tener, pero para eso necesito dinero. Por eso, en las vacaciones aprovecho y trabajo en todo lo que pueda. Después de terminar mi turno en la cafetería, me voy a un bar. Allí trabajo como mesera y te dan buenas propinas. Quiero poder conseguir un lugar y poder comenzar con mi proyecto de vida.

-- Buenas, un café por favor-- un cliente llega a la tienda y tengo que encargarme de ello.

-- Claro-- preparo el café y se lo entrego-- son 4 balt (moneda oficial).

Ella se retira y yo he terminado mi turno. Tengo que apurarme para no llegar tarde al bar. Las calles están solitarias y la verdad me da un poco de miedo. Cuando estoy a una cuadra de llegar, escucho gritos.

-- AHHHH AYUDA POR FAVOR -- es una voz un poco infantil y no sé si acercarme a ayudar. No tengo poder, pero sé algo de defensa personal -- SUELTAME-- sigo escuchando los gritos y decido acercarme.

Eran unos matones que tenían a un niño de más o menos 8 años acorralado. El niño se defendía como podía.

Los ojos del niño brillaban, lo que me hizo agarrar un palo que estaba en el callejón para poder ayudar. Con eso, comencé a pegarle a los tres bandidos. Uno de ellos me lanzó contra la pared y me golpeó la cabeza. Ellos pensaban que estaba inconsciente. Cuando vi que se estaban llevando al niño, me dio mucha rabia no poder ayudar.

En ese momento, comencé a sentir como una onda de energía recorría todo mi cuerpo y empecé a atacar a los bandidos. Cuando ellos estaban muertos, recién volví a la normalidad.

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