AMENAZA DE ABORTO

Ya llevo unos meses en Italia y mi embarazo empieza a notarse. Todo ha sido tranquilidad desde que vine. De vez en cuando pienso en Sebastián y me entra esas ganas de llamarlo pero cuando tengo el celular en la mano me arrepiento y lo apagó.

Me he acercado un poco a Joan como amigo aunque somos familia algo lejanas.

Muy a menudo me da cumplidos, de un hombre a una mujer pero pensar en una relación con él, en este estado y amando a Sebastián no sería justo para él. Además, Cecilia y mis padres no estarían de acuerdo.

— Deja de pensar tanto Ari. Siempre te mantienes con el entrecejo fruncido— decía Joan con una mirada fija en mis labios.

— Deja de verme así. No te creo que no tengas ninguna loca enamorada aquí en toda Roma, yo he visto muchas mujeres muy bonitas.

— Lo desconocido atrae.

— Tú estás loco.

— Yo se. Estoy muy loco. Tú me gustas con todo y regalo.

— Tu mamá jamás estara de acuerdo. Además, yo aún amo al padre de mi hijo. Ya te lo he dicho varias veces.

— Yo se. Quieres que vayamos a caminar por el vecindario.

— Quiero descansar—Joan salió del cuarto.

Me acosté en mi cama y empecé a acariciar mi abdomen. Lo primero que pensé fue en Sebastián. Creo que si esa mujer lo hubiese dejado cuando nos casamos, Sebastián y yo en estos momentos seríamos felices en la dulce espera de nuestro hijo. No pude contener mis lágrimas. ¿Qué estará haciendo él? Tan fácil dejó de amarte que ni un mensaje preguntando por su hijo me envía. Debo aceptar que la vida continua sin él.

— ¿Puedo pasar?— preguntó doña Cecilia.

— Si— inmediatamente sequé mis lágrimas.

— ¿Estabas llorando otra vez? No le hace bien al bebé.

— Solo pensaba un poco.

— Si amas tanto a Sebastián, ¿Por qué no haces las pases con él? — en eso entró Joan al cuarto.

— Mamá, deja de decirle esas cosas a Ariana. Ella está bien aquí con nosotros.

Doña Cecilia miró a su hijo con mucha seriedad.

— A lo que vine. Mañana vamos a la clínica, tenés control prenatal. La cita es a las 8 de la mañana. Vas conmigo. Quería recordarte.

— Gracias doña Cecilia. Usted es muy amable conmigo. Puede regalarme un abrazo. Es que también extraño a mis padres— Doña Cecilia me abrazó.

— Tranquila Ariana. Tú papá vendrá pronto. Tú debes comprender que no es fácil llevar una empresa. Y sé que te sentís solas, lejos de tu hogar y de todas las personas que amas pero debes ser fuerte por tu bebito.

— El embarazo me tiene sensible.

— Mamá quiero ir con ustedes mañana.

— ¿Y la empresa? Eres el CEO, no lo olvides.

— Yo se pero me gustaría acompañarlas.

Cecilia y Joan salieron de mi habitación.

CECILIA

Salimos del cuarto de Ariana.

— Joan vamos a mi cuarto. Necesito hablar contigo.

Caminamos a mi habitación.

— Cierra la puerta hijo— Joan cerró la puerta.

— Yo se que me vas a decir y antes que me preguntes, te diré. Me gusta Ariana.

— Estás loco. Ella es hija de mi primo.

— Mamá, ustedes son primos pero no sanguíneos, son primos por unos familiares lejanos y políticos. Realmente no son nada.

— Puede ser pero no. Ella es un mujer divorciada y tú ni siquiera te has casado ni una sola vez, eres joven, solo tenés 23 años y no llevas ni dos años como CEO. Además, ella está embarazada de su exesposo y ella lo ama. Aterriza a la realidad. Habiendo tantas mujeres en el mundo y te fijas en ella. No quiero volver a hablar contigo de esto. Okey Joan.

— Que tiene que sea divorciada o este embarazada o si lo ama. Te dije que es a mi a quien me gusta. Ya le he dicho varias veces que le gusta y ella me ha rechazado un millón de veces.

— Entonces no la molestes que si está acá es para estar tranquila, no para que tú la molestes. Me alegra saber que ella es consciente.

— Tengo 23 años y yo voy a decidir con quién casarme, a quien amar, tu crees que no lo he pensado mil veces su condición pero es algo que no puedo evitar.

— Si quieres una novia buscaré una buena opción.

— No puedo más contigo mamá— Joan salió del cuarto.

Mi hijo es un testarudo terco.

ARIANA

Me senté a orilla de la ventana me gustaba ver el jardín desde aquí.

Joan entró sin pedir permiso.

—Ariana, podemos hablar seriamente pero no aquí.

— No quiero caminar.

— Vamos a un café.

— Solo déjeme buscar un suéter— Me puse el suéter— listo.

Bajamos las escaleras y llegamos al garage.

— Sube— Joan abrió la puerta de su auto.

— Gracias.

Salimos de la mansión. Llegamos al café.

— ¿Puedo pedir por los dos?— preguntó Joan.

— Si puedes— Joan hizo el pedido.

— Bueno, aquí voy. ¿Tú sigues enamorada de tu exesposo?

Lo miré con mucha seriedad.

— Eso ya lo sabes. Aún tengo sentimientos por él.

— Tú me gustas mucho. Se que estas embarazada, se que eres una mujer divorciada y también se que amas a tu ex esposo pero me gustas y no lo puedo evitar.

Quedé con la boca abierta.

— Eso era lo que me ibas a decir.

— Permíteme ser algo más de lo que somos.

— Ya Joan. Te conozco como seis meses y no sé nada de ti. Somos familia lejanas pero somos familia.

— Realmente no somos nada. No se si me estoy encaprichando contigo pero entre más lo pienso más quiero estar contigo.

— Déjame cerrar este ciclo con Sebastián. No me presiones. Me gusta hablar contigo como amigos pero no me siento lista para nada. Solo quiero que mi bebé nazca bien. Te agradezco que te fijes en mi aun estando embarazada pero te mereces algo mejor.

Conversamos un poco más. Regresamos a la casa. Doña Cecilia nos quedó viendo con cara de molestia. Subí a mi habitación y ya no salí.

A la mañana siguiente, me levanté y me alisté para a la cita. Bajé a la sala y estaba doña Cecilia y Joan discutiendo. En cuanto me vieron se callaron.

Joan nos llevaba a la clínica. Un silencio gobernó todo el camino. Llegamos a la clínica.

— Quédate aquí Joan— le dijo doña Cecilia.

— Que chiste tiene que haya venido.

Entré con el médico.

— Le haremos una ecografía para ver que todo esté bien.

Me llevaron a la sala de ecografía. Joan entró.

— ¿Y tu mamá?

— Fue al baño.

El doctor hacia la ecografía.

— Es varón. Tiene 26 semanas. Todo bien.

— Es tan pequeñito— Me solté a llorar.

El doctor terminó de hacer la ecografía.

— Doctor me da un minuto con ella.

— Está bien. Los espero en el consultorio.

Joan me abrazó. Era la primera vez que él me abrazaba.

— Tranquila. Ya escuchaste que el bebé está bien. ¿Por qué lloras?

— Me siento sola con mi bebé.

— Aquí estoy yo, no soy el padre del niño pero no estás sola— me volvió abrazar y acarició mi cabello— Vamos al consultorio.

Salimos del cuarto de ecografía. Entré al consultorio. Joan se quedó afuera.

— Ya se calmó señora. Su bebe está sano y fuerte. Solo le voy a recetar vitaminas nada más. Ya estamos un poco más cerca del parto. Este último trimestre será un poco más cansado y le pediré que descanse de verdad.

Salí del consultorio y estaba doña Cecilia y Joan otra vez discutiendo y otra vez callaban cuando me veían. Yo sé que es por mi. Porque Joan es más evidente que le gusto y doña Cecilia no está de acuerdo. ¿Quién lo estaría?

Llegamos a la casa. Joan se fue a su empresa y yo subí a mi cuarto. Llamé a mi mamá.

— Hola hija. ¿Cómo estás? ¿Por qué me llamas?

— ¿No puedo llamarte ahora?

— ¿Estás bien?

— Quiero regresar.

—¿Por qué?

— Mamá quiero regresar y ya.

— ¿Te dijo algo Cecilia?

— ¿Pasa algo? Cecilia sabe algo que yo no sé.

— Hija debo colgar— mi mamá colgó la llamada.

Salí del cuarto y fui a buscar a doña Cecilia a su cuarto. Llegué casi llorando.

— ¿Qué te pasa Ariana? ¿Te sientes bien?

— Hablé con mi mamá.

— Ya te dijo entonces.

— Si ya me dijo— Realmente no me había dicho nada pero necesitaba saber.

— ¿Qué vas hacer? ¿Vas a viajar?

Me sentía más confundida. Evidentemente algo sucedía.

— Usted que me aconseja— le pregunté.

— Siéntate. La noticia te ha impactado.

Sentía mi corazón en zozobra.

— Dígame Cecilia, ¿Qué haría usted?

— Si amas a Sebastián, ve. Se que no será fácil verlo en esa condición.

— ¿Sebastián? ¿Qué le pasó a Sebastián?

Doña Cecilia tenía una cara de asombro.

— No era eso lo que te dijo tu mamá. Me va a matar. Ya ni modo. Sebastián está en coma desde que viniste a Italia y me pidieron que no te dijera nada hasta que tuvieras al bebé.

Mis piernas temblaban y caí al piso.

— No tenía el derecho de ocultarme nada. Me voy a Los Ángeles.

Me levanté, cogí mis cosas y fui al aeropuerto. Tomé el primer avión que salió.

Sebastián en coma. Tiene varios meses en coma, no lo puedo creer. Es por eso que no me llamaba.

Llegué a Los Ángeles. Llegué a casa. Ahí estaban mis padres esperándome. Era obvio que doña Cecilia había llamado.

— ¿Por qué? Díganme.

— Hija. Él ya no es nada tuyo. Además, no quería preocuparte.

— Eso lo decido yo, no ustedes— les grité— él es el padre de mi hijo. ¿En qué hospital está?

Mi papá me llevó al hospital donde estaba Sebastián. Entré al cuarto y cuando lo vi me solté a llorar. Estaba lleno de aparatos. Lo veía y mordía mis labios.

— Hija calmate. Piensa en el bebé.

— Papá. ¿Qué le pasó? ¿Por qué está así?

— El día que llegó borracho sufrió un accidente, su auto fue impactado por un auto y terminó chocando contra un camión de carga pesada.

Me temblaba el cuerpo. Sentí un dolor fuerte en mi vientre.

— Me duele— Me sujeté fuerte de mi papá.

En un rato, yo estaba siendo atendida en emergencia.

— Es una amenaza de aborto por la impresión.

— Doctor, dígame, Sebastián Montenegro, el hombre de la habitación 1267, va a estar bien.

— Lamento decirle esto y espero no lo reciba mal. Sebastián tiene muerte cerebral. Sus padres están pensando en desconectarlo. Ya no se puede hacer nada por él.

— ¿Qué? ¿Qué dice? Esto no puede ser real. Me dijeron que era coma pero muerte cerebral. PAPA, DOCTOR DIGAME QUE NO ES REAL. NO, NOOOOO— grité.

Me bajé de la camilla y corrí hacia al cuarto donde estaba Sebastián.

— Sebastián no. Sebastián yo aún te amo. Sebastian. SEBASTIÁN levántate.

Mi papá entró.

— Papá no, papá. Sebastián no puede morir. NO PUEDEN DEJARLO MORIR.

— Doctor haga algo— dijo mi papá.

Mi papá me abrazó y el doctor me puso un sedante.

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Comments

San Aguirre

San Aguirre

¿Doña Cecilia? es su tía, lejana pero su tía

2024-03-02

3

Erica Godoy Silva

Erica Godoy Silva

no es se esa mujer lo hubiera dejado cuando se casaron, es SE EL LA HUBIERA DEJADO CUANDO DU PADRE DIJO QUE SE CASARIA pero tenía la desculpa que Ari no rechazaba como se eso fuera un motivo para infidelidad

2023-08-21

4

rosa isela meza castillo

rosa isela meza castillo

para la joha es mejor hombre que sevastian el no la merece

2023-07-04

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