UNO DE ELLOS.

No pensé que fueran estúpidos para ponerse al frente mío.

- Solo haga como si nunca nos hubiera visto, usted tiene este bosque, que le cuesta dejar que nos quedemos con algunas bestias de aquí!

El que habló tenía una cicatriz en el rostro y los otros tres tipos habían llevado con ellos a un grupo de mujeres para amenazarlo.

- No dejaré que las bestias divinas caigan en sus manos, dejaré que ellas mismas los maten a ustedes.

- Si no nos deja escapar, estas mujeres también estarán muertas.

- Cree que me importa? Ustedes son carne muerta una vez que entran a mi territorio.

- Qué dice? Ayudelas no sea cobarde!

Gritó Luna molesta, también tenía miedo de estar ahí pero la situación hace que se olvide del miedo y se preocupe por las rehenes que tenían esos hombres.

- Tu también eres uno de ellos, aléjate de mi.

El principe empujó a Luna hacía esos hombres e hizo un llamado a las bestias de ahí, estas veían a Alessandro como su amo y no dudaron en obedecerlo.

Las bestias de aquel bosque comenzaron a devorarse a ese grupo de personas que estaba al frente del príncipe, muchos gritos de horror se volvieron a escuchar.

Alessandro no tuvo nada más que hacer ahí y se volteó para salir del bosque, pero el llanto de alguien lo detuvo.

- Tuve mucho miedo, este es el peor día de mi vida._ Dijo Luna entre lagrimas.

- No esperaba esto.

- Es un maldito, ¿cómo se le ocurrió empujarme y querer que me coman?

- Si eras inocente no te iban a devorar, entonces no tenía nada que temer._ Respondió Alessandro serio.

- Por qué se le ocurre decirme recién?!!

- Para ser un hombre resultó ser muy llorón, silencio.

- Quiero irme.

- Por su vestimenta parece un noble, ahora me rendirás cuentas, me dirás quién diablos eres y que haces aquí.

Luna no sabía que fue lo que exactamente había pasado, de un momento a otro se encontraba en un lugar distinto y ahora iba a ser interrogada por alguien que decía ser el príncipe heredero.

Siguió al hombre que estaba delante de él y mientras más llegaba a la salida, menos reconocía aquel sitio, los caballeros por donde pasaban saludaban con una reverencia a Alessandro, pero él los ignoraba siguiendo su camino.

- Nombre.

- Me llamo Luna.

- Luna? Es nombre de mujer.

Por un momento se olvidó que no estaba vestida como era en realidad, prácticamente ahora era su hermano, dio un suspiro y tuvo que retractarse.

- Me disculpo, mi nombre es Lúan.

- Cómo llegaste al bosque en el que estábamos?

- No lo sé, no recuerdo, solo de un momento a otro aparecí ahí.

- No te creo.

- Se lo digo de verdad, no sé porque aparecí allí.

Después del interrogatorio, Alessandro la encerró en una celda, no estaba convencido del todo de las respuestas que le dio Luna.

~ AL DÍA SIGUIENTE ~

- Me enteré que encerrastes a alguien.

- Parece sospechoso, lo encontré en el bosque de las bestias divinas.

- Y sobrevivió?

- Si.

- Entonces déjalo libre, las bestias no se comen a las personas que tienen malas intenciones.

- Padre eso no explica el por qué apareció allí? sus respuestas claramente no me convencen.

- Daré la orden de que lo liberen, para mi el que las bestias no se lo hayan comido es respuesta suficiente.

Derec dejó a su hijo en su habitación, había ido a verlo por ese motivo, cada vez que lo veía le hacía acordar a su juventud pero con Alessandro algunas cosas parecen distintas, el no actuaba, el de verdad tiene resentimiento en su corazón.

- Eres el joven que mi hijo encerró ayer?

Luna no reconocía al hombre que lo había ido a ver, cayó en cuenta de que estaba en un lugar desconocido para ella y que de verdad el joven con el que conversó ayer era un príncipe, eso quería decir que su padre era el emperador pero de qué imperio? Se preguntó Luna.

- Si... su majestad..

Respondió al fin, cuando se dio cuenta de la similitud que tenía el hombre parado delante de ella con el que la encerró allí.

- No necesito que me respondas nada más, vine personalmente aquí porque por única vez voy en contra de mi hijo, saldrás libre pero si por a o b tratas de hacer algo, morirás en mis manos.

Esas palabras y aquella voz hicieron que el cuerpo de Luna se pusiera tieso, maldecía su suerte, pero ahora que sabía que iba a salir libre, tuvo un rayo de esperanza.

- Gracias su majestad, le aseguro que no haré nada en contra de nadie.

Dijo inmediatamente con palabras firmes mientras se arrodillaba delante de Derec.

El emperador se fue y los guardias comenzaron a abrir la celda en la que estaba Luna, la escoltaron hasta muy afuera del palacio y ella ahora no sabía a dónde ir.

- Sube.

- Usted..

- Que subas!

- Si..

Ella obedeció a las palabras de Alessandro y se subió al carruaje en donde estaba el.

- Te doy una advertencia, si veo que haces algo sospechoso morirás en mis manos.

- No se preocupe, ya sé le adelantaron, su padre me dijo exactamente las mismas palabras._ Habló Luna ya cansada.

- Ahora sí bájate.

- Principe.. me podría decir en que imperio o Reino estamos? De verdad no se nada de aquí.

- Seguirás fingiendo?

- Se lo juro, no sé..

- Este es el imperio Cristal, ahora bájate.

Luna no tenía a donde ir, bajó del carruaje en el que estaba con Alessandro y este se fue rápido.

Ella vagó todo el día haciendo preguntas a los del pueblo, preguntaba por el imperio Darkus de donde era originaria pero nadie le sabía dar razón de ello, ni siquiera se les hacía conocido un imperio con ese nombre.

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