LO LOGRÓ.

Desde que llegó al palacio, Luna aún no despertaba, el príncipe ordenó que la dejaran en una habitación cualquiera, pero no lo iba a dejar solo, aún no confiaba en él.

Cuando lo vió dormir sintió algo extraño, por su mente se le cruzó que era lindo ya que lo vió desde otro ángulo, uno donde no se le veía un lado masculino, fue algo que no le gustó y le tiró todas las sábanas y almohadas encima para no verlo.

- Cómo llegué aquí?._ Dijo Luna tratando de quitarse lo que tenía encima.

Había pasado una hora más en que quedó inconsciente.

- Al fin despiertas.

- Me trajo sin mi consentimiento._ Habló más que desconcertada.

- Es como si hubiera dado una orden y tenías que obedecer.

- Definitivamente es un idiota.

Susurró para ella misma molesta, pero aparte de idiota, tenía un físico y un atractivo que no podía negar que llamaron su atención aunque el mal carácter que se cargaba era insoportable y lo quería mil metros a distancia por más guapo que estuviera.

- Quiero que veas a mi hermana, cuidado con hacer algo extraño.

- La princesa solo desea una amistad sincera.

- No estoy seguro que tu le puedas brindar eso.

- Con usted no se puede hablar.

- Tampoco me interesa.

- Y a mí tampoco.

A Alessandro se le estaba cruzando mil maneras de cerrarle la boca a Luna, la manera en que le respondía hacía que se enfadara, pero no le podía hacer nada solo por su hermana.

- Sigueme.

- Como ordene príncipe.

Respondió sarcásticamente Luna, a pesar de tener unos zapatos que eleven su altura, no podía igualar a Alessandro, ahora entiende porque su papá la descubrió a pesar de parecerse mucho a Lúan.

A medida que caminaba y seguía a Alessandro, observaba desde lejos el gran bosque que estaba a una distancia demasiado lejos, quería escaparse y correr allí pero primero debía conocer más de eso antes de meterse a la boca del lobo.

- Elissa abre.

- Vete! No te quiero ver.

- Yo.. .

Alessandro quería disculparse pero no podía, alejaba esos pensamientos de ser gentil con alguien e ignorar los sentimientos de otras personas.

- Princesa, vine a verla.

Habló Luna tocando la puerta y recibiendo por respuesta un *entra*, antes de imgresar, ella le dió una sonrisa de burla a Alessandro dejandolo con unas ganas de querer ahorcarla.

- El idiota de mi hermano te trajo? No lo puedo creer.

- Al parecer se siente culpable de que usted se la pase encerrada y no esté comiendo.

- Pero aún así ni siquiera se disculpa conmigo..

- Tiempo al tiempo princesa, su hermano es un cabeza hueca.

- Que insultes a mi hermano junto conmigo me levanta los ánimos.

Ambas hablaron cómodamente sin ninguna interrupción, Elissa no sospechaba para nada de que Luna era una mujer.

- Entonces si ha estado comiendo?

- Si, a escondidas, solo quería hacer sentir a mi hermano culpable.

- Y lo logró.

Salieron de la habitación y empezaron a caminar por los alrededores del palacio.

- Príncipe, buenos días.

- Un gusto verla princesa, es bueno que haya salido y por lo visto está con buena compañía.

Luna maldijo la suerte que tenía por haberse encontrado con ese príncipe que ya la había visto como mujer y es notorio que va a recibir un sesión de preguntas ya que notó la mirada que le estaba dando.

- Si, pero no interrumpimos más su paseo con su acompañante.

- Para nada, la dama a mi lado ya se iba.

Él no estaba solo, desde que llegó de visitante varias mujeres se le acercaban y el como buen galán, no rechazaba a ninguna.

- Vendré a seguir visitandolo para que su estadía aquí sea cómoda.

Dijo la mujer acariciando el brazo del príncipe.

- Princesa nosotros debemos seguir nuestro camino.

Sostuvo la mano de Elissa y se la llevó antes de que René se uniera a ellas, no quería un interrogatorio.

- Es sorprendente.

- Qué cosa princesa?

- El príncipe no paraba de verlo, y si a él tal vez le gusten?.. no no lo creo, imposible.

Elissa notó también como René miraba a Luna.

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