capitulo 20

Habían pasado como dos meses, las bebés estaban sanas y felices. Bastian volvió al trabajo y yo estoy en casa con mis bebés. Mi madre sigue conmigo ayudándome, y eso se lo agradezco mucho.

Bastian ya había llegado del trabajo y nos preguntó: "¿Qué quieren comer?".

"Podemos ordenar pizza, tengo rato sin comerla", dije. En ese momento, Bonnie empezó a llorar. Fui por ella, la calmé y Bastian llegó a donde estaba y me dijo: "Vamos a salir los cinco para cenar fuera de casa". Yo lo pensé por un rato y solo asentí.

Ya estábamos todos listos e íbamos en la vía para el restaurante. Todo pasó en cuestión de segundos: el carro esquivó algo y la camioneta se volcó. En mi mente, lo único que estaba eran mis bebés.

Volteé para todos lados. Mi madre y Bastian estaban inconscientes. Las bebés estaban bien, pero estaban llorando. Estábamos de cabeza cuando, en eso, abren la puerta y sacan a una de las bebés. La persona que lo hace se va. Yo gritaba: "¡Mi bebé, mi bebé!" y me desmayé.

Cuando desperté en una cama de hospital, lo primero que hice fue tratar de levantarme y preguntar por mis bebés, pero no pude hacerlo. Detrás de la cama había un timbre. Lo toqué desesperada y, en eso, llegó una enfermera.

"¿Dónde están mis bebés? ¡Respóndeme, dónde!", mi respiración estaba entrecortada.

"Por Dios, respóndeme que no le escuchas", el silencio de esta mujer me estaba desesperando hasta que habló.

"Su bebé está bien, está en el retén. Ya le digo que se la traigan".

"Disculpa, solo estás hablando de una sola bebé, yo tengo dos", mis ojos picaban, las lágrimas amenazaban por salir.

"Señora, cuando la trajo la ambulancia venían con una sola bebé", no, esto debe de ser una pesadilla. Quiero despertar. ¿Dónde está mi bebé?

En eso, a la habitación entra Bastian con mi bebé en los brazos. Él solo tenía rasguños en la cara, pero estaba bien.

"Mi pequeña, estás bien. Bastian, dime que mi mamá tiene a Bonnie", él me ve y su cara está triste.

"Mi vida, la niña no está con nosotros", cuando escucho eso, siento una presión en el pecho. El monitor estaba avisando una baja de presión. Bastian me quita a la bebé y las enfermeras vienen a poder estabilizarme.

"Entendido señora, pero es importante que no contamine la escena del crimen, déjenos hacer nuestro trabajo y nosotros le informaremos de cualquier novedad". Yo asentí y me alejé un poco, pero no podía dejar de pensar en mi bebé y en quién podría haberla secuestrado.

—Yo entiendo que esté desesperada por encontrarla, pero así solo va a entorpecer la búsqueda que estamos haciendo —

—Yo quiero ayudar a buscar a mi hija, no meterme en el medio mientras ustedes investigan. Yo buscaré por mi parte con mi instinto de madre —

Pasaron tres días y en los análisis que hicieron de lo que se encontró, no arrojó nada. Las huellas ya estaban borradas. En tela es difícil encontrar eso.

Yo no paraba de caminar en la casa porque estaba pensando en la bebé. Esto de verdad es una tortura y no se lo deseo ni siquiera a mi peor enemigo.

Todo está un tanto calmado. Bastian buscando por su lado, yo en la casa sin poder hacer nada. Mi madre me decía: —Ten mucha calma, mi cielo. Que ya vendrán momentos mejores. Ya encontraremos a mi nieta—.

Ya había pasado mucho tiempo y nada que encontraban a mi hija.

Hoy le tocaba visita al pediatra. Nos preparamos. Mi madre me acompaña al pediatra porque Bastian está ocupado.

Ya en el médico, la pediatra pregunta: —¿Cómo están? ¿Han sabido algo de Bonnie?—

—Lamentablemente no, doctora—.

Ella revisa a Addison y me dice: —Esta muchachita está creciendo muy bien. Está en un peso óptimo para su edad. Todo está en perfecto estado—. Yo me alegro mucho de que mi bebé esté en perfecto estado. Le agradecimos a la doctora y nos fuimos a la casa.

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