capitulo 16

Mi hermano, por Dios, ¿por qué él no puede ser el que está acostado en esa cama muerto? No paraba de llorar. A mi madre la llevaron a un cuarto porque ya estaba muy mal y la doparon para calmar su dolor.

Yo estaba tranquila porque tenía una sensación de que ese que estaba en esa cama no era mi hermano. Ya había quedado sola en la habitación con él. Le revisé el cuerpo para ver si tenía una cicatriz que se hizo una vez que se lanzó a la piscina, en la mano izquierda.

Cuando levantó la sábana que lo cubría, la cicatriz no estaba. Además, este tenía tatuajes. Mi hermano le tenía miedo a los tatuajes. Me sequé las lágrimas. Este tipo no es mi hermano. Salí de la habitación y fui a la de mis padres.

Llamé a mi padre: "Ese hombre que está en esa cama no es mi hermano". Mi padre estaba asombrado: "¿Cómo que no es tu hermano, si tiene la misma estatura y color de cabello?". "Solo vieron eso ustedes, porque yo me quedé un rato a solas y lo revisé porque la cara desfigurada no me cuadraba. Ese hombre tiene tatuajes y no tiene la cicatriz que se hizo en la piscina. ¿Te acuerdas de esa? Ese hombre no es mi hermanito". Mi padre se quedó pensando en todo lo que le dije.

"Vamos, yo quiero verlo con mis propios ojos, cuando llegue y la noticia no le deje pensar con claridad". Cuando llegamos a la habitación, estaban entrando para llevárselo. Ya tenía mucho tiempo.

"Esperen un momento, necesito revisar una cosa". Los señores salieron y esperaron afuera. Cuando mi padre iba a revisar, entró mamá: "¿Qué pasa?". "Cariño, este no es nuestro Enzo, este es otro muchacho. Que Dios le dé paz a su alma". "¿En serio? ¿Y dónde está mi Enzo?". Mi madre prendió a llorar, pero esta vez era un tanto de dolor y otro de alivio. Entraron los señores y mi padre les dijo: "Este niño no es mi hijo". Los tipos se sorprendieron y llamaron al doctor de cabecera. Le indicaron lo que estaba diciendo mi padre y el doctor le preguntó si estaba seguro de que no era su hijo. "Estoy cien por ciento seguro de que no es. Mi hijo no tiene tatuajes".

Yo me dirijo a la habitación de Bastian y al entrar, él me dice:

—¿Cariño, dónde andabas?—

—Es un cuento largo. Ahora quiero saber, ¿dónde está mi hermano?—

—Tu hermano… —y se queda pensando.

Bastian:

Alana me está preguntando por su hermano. Me quedo pensando en lo que sucedió.

Flashback:

Íbamos los tres en la camioneta. Enzo nos dice que quiere hacer una parada en la casa de una amiga. Cuando llegamos, al cabo de unos minutos, él sale y me dice:

—¿Por qué ustedes no se adelantan? Yo quiero pasar la noche aquí con mi amiga.— No me parece, pero le digo:

—Pilas, que si te pasa algo, tu hermana me mata.—

—Tranquilo, yo no voy a cometer estupideces. Me voy en la mañana, pero de igual forma, yo le envío un mensaje.—

Ya habíamos dejado a Enzo y vamos de regreso con las cosas. La vía está un tanto oscura y solo escucho los cauchos vaciarse y la camioneta se voltea. Damos varias vueltas. Miguel salió del carro. Yo quedé en la ventana y no sé por qué pensé que Enzo estaba con nosotros, porque a lo lejos vi un tercer cuerpo hasta que me desmayé.

Cuando desperté en el hospital, lo primero que dije fue: "¿Y Enzo?" La doctora me pregunta: "¿Quién es ese, el otro chico que estaba a unos metros de ustedes?" Solo le dije "Enzo" y me desmayé.

Fin del flashback.

Alana:

"Enzo está en la casa de una novia". Yo sentí que mi alma volvía a mi cuerpo. Me levanté y le propiné varios besos y le dije:

—Ya regreso, voy a darle la noticia a mis padres.—

—No te alteres mucho, porque las bebés se van a angustiar.—

—Tranquilo.—

Salgo de la habitación y voy a donde está Miguel para saber de su estado. Al entrar, lo veo riendo con toda la familia. La mamá de Bastian me pregunta si pueden pasar a verlo. Yo solo asiento.

—Mamá, papá, Enzo se quedó donde una amiga. Bastian me acaba de decir que, antes de que sucediera, Enzo le pidió que lo dejaran donde la chica.— Respiramos todos profundamente.

—¿Y por qué cuando intento llamarle sale fuera de servicio?—

"¿Por qué Enzo dejó el teléfono en la camioneta?" - Mi madre me abrazó y luego se fue a la habitación de Bastian. Al cabo de unas horas, nos fuimos a casa. Los padres de Bastian se quedaron con ellos dos. Ya estaba súper cansada de tantas emociones por el día de hoy, pequeñas, lo dije acariciando mi barriga.

Llegamos a casa. Todos fuimos a dormir. Yo, en cuanto toqué la almohada, me quedé rendida.

A la mañana siguiente, nos levantamos y Enzo aún no había llegado. En cuanto terminé de decir eso, tocaron la puerta. Cuando la abrí, era Enzo. Me lancé con cuidado a sus brazos y empecé a llorar.

- Hola, buenos días. ¿Qué pasa? - preguntó él.

- Es que Bastian y Miguel tuvieron un accidente después de dejarte a ti, y había otro muchacho que pensábamos que eras tú y lo lloramos porque murió en el accidente, pero luego yo me acordé de la cicatriz en tu mano izquierda y fue que noté que no eras tú, también por un tatuaje.

- Tranquila, yo estoy muy bien. Mírame, no llores. Aquí estoy.

Mis padres bajaron a abrazar a Enzo.

Ya habían pasado tres semanas de ese accidente. Hoy me tocaba visita al médico para saber cómo están mis bebés. Bastian me acompaña. Ya en la clínica, era nuestro turno de entrar. La doctora nos saludó y me dijo:

- ¿Te gustó la sorpresa que te di?

- Fue una gran sorpresa - habló Bastian esta vez.

- Bueno, mis amores, veamos cómo están estas nenas.

Enseguida que la doctora colocó el gel, las gemelas empezaron a moverse. Y cuanto puso el ecógrafo en la panza, ellas estaban tranquilas. La doctora las midió, pesó y escuchó su ritmo cardíaco. Es espectacular la naturaleza humana.

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