Presentaciones IV

Soy Avril Thompson Miller, hija adoptiva de Daniela Miller y Lorenzo Thompson.

Ahora tengo 15 años, pero cuando Máximo me encontró en el estacionamiento de un Shopping yo tenía cinco años...

Llegue a esa condición, ya que mis padres biológicos eran drogadictos y fueron a prisión por eso y más motivos, lo supe por boca de mi familia, pero también porque me presenté en la comisaría para quitarme esa duda, no los quería cerca y necesitaba saber cuanto tiempo podría estar tranquila, y en efecto, todavía les faltan 15 años, solo van diez de su condena, aunque me dijeron que tal vez no vivan muchos años más.

Luego de ellos, el estado me mandó a una casa temporal en el cual vendieron a todos los niños a hombres malos o familias millonarias, y yo, escapé. Tiempo después, supe que también estaban en prisión.

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Sé que soy adoptada desde el día uno que los conocí y no pude pedir mejores padres. Ellos lograron tener biologicamente su descendencia, pero no hicieron diferencias conmigo, tal vez porque soy la única mujer o por amor, ¿Quién sabe?

Actualmente, soy la Princesa de Papá y no deja que ningún chico se acerque; no me interesa, el único que quiero cerca y me gusta es mi mejor amigo, pero él no lo sabe.

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Después de una linda charla que mi madre tuvo con papá, entendió que el ciclo de la vida es así, Naces- Creces- Te enamoras- Te reproduces- Envejeces y mueres, obviamente, en el camino también habrán momentos malos, como la primera desilusión o momentos buenos como el primer amor.

Si me preguntan, prefiero que mi primer y último amor sea Máximo, la primera ilusión, mi primer beso, mi primera vez sexualmente. Con quien me casé, tenga hijos, una casa, un futuro, nietos, y morir a su lado.

Puede sonar muy extremista querer a una sola persona en tu vida, pero sé que es lo más sincero.

Un día jugamos a verdad o reto y bueno... Conocí cosas que hubiese preferido no saber, creo...

Inicio del Flashback

- ¿Ya has dado tu primer beso? - Pregunté. Era como la décima pregunta, pero la primera tan personal y es que eso era algo que no sabía. Siempre estamos juntos, menos cuando va al liceo, los horarios son los mismos y él está al otro lado del edificio, por más que quisiéramos no podíamos juntarnos hasta la salida.

Máximo- Sí - No me miró, incluso miraba el piso un poco avergonzado, pero eso dolió. - ¿Verdad o reto?

- Verdad - ¿Qué más podía hacer? Un reto sería inútil, él nunca me pediría un beso.

Máximo- ¿Te gusta alguien?

- Sí - Lo admití, total, nunca sabría quien es. - ¿Verdad o reto?

Máximo- Verdad

- La misma pregunta, ¿Te gusta alguien?

Máximo- Sí, de hecho, mi primer beso fue para aprender a besarla cuando tuviera la oportunidad. - Pensé que diría que ella fue su primer beso.

- ¿Quién es? ¿La conozco? - Ya tenía curiosidad, no sólo como amiga, sino como enamorada, saber contra quién podría competir por su atención.

Maximo- Eso es trampa, es mi turno de preguntar.

- Bueno, lo sé, pero saliendo del juego, ¿Conozco a la chica que te gusta? Prometo responder la misma pregunta sobre mi chico.

Máximo- Bueno, entonces sí, la conoces muy bien, ¿Y yo? ¿Conozco a quién robo tu corazón?

- Sí.

Máximo- Suerte para él, tu padre será difícil de tratar, tus tíos y abuelos también. Ni hablemos de tus diabólicos hermanos, o de mí, no lo aceptaría en nuestra dupla - Sonrió, pero no pareció sincero.

Fin del Flashback

De este año no pasa que me confiese ante mi mejor amigo, aunque eso implique el rechazo o perder una amistad de tantos años.

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