Cara a cara

Luego de un par de horas, decidí ir a visitar a Máximo, de sorpresa, porque en realidad quería ver a Celeste.

Lyna - Papi, ¿A dónde vas? - Me pregunta con su pijama de barbies.

Federick- Pequeña, te has despertado de tu siesta...

Lyna - Sí, mami sigue durmiendo.

Federick- Bueno...

Lyna - ¿A dónde vas?

Federick- Iré a ver a Máximo

Lyna - ¿Puedo ir? Extrañé mucho a mi hermano- Preguntó entusiasmada.

Federick- Bueno, pero ve a cambiarte.

La niña salió corriendo y Santiago llegó enseguida

- ¿No te has ido? -

Federick- Sí, solo soy el alma de tu amigo - Dije sarcástico.

Santiago- Ja ja, que chistoso, ¿Qué pasó?

Federick- Cuando me iba, Lyna apareció y estoy esperándola para que vaya conmigo

Santiago- No me parece buena idea, pero tú sabrás. ¿Tu esposa no irá?

Federick- no, Lyna me dijo que está durmiendo, además, quiero ver a Celeste, no podría llevarla a ella.

Santiago- En algún momento se van a cruzar y ¿Qué pasará?

Federick- Nada, ambas son mujeres sensatas, no armarían ningún problema, Claro, tampoco tienen un motivo.

Santiago- Tú eres un gran motivo para una pelea entre ellas, son madres de tus hijos, una de corazón y la otra legal.

Federick- Santiago, lo diré así, Michelle sabe su lugar en mi vida y Celeste no me daría uno en la suya.

Santiago- Espero que no te equivoques con tu esposa, pero sí con Celeste.

Federick- ya no entiendo lo que quieres decir.

Santiago- En simples palabras, ojalá la señora Baker NO reclamé un lugar en tu cama y ojalá Celeste, te DE lugar en su vida.

Federick- Gracias, supongo.

Lyna- Vamos papi, ya quiero ver a Máx.

Federick- Sí pequeña, Santiago, cuida de Michelle mientras no estoy, dile que no puede salir, por seguridad.

Santiago- Sí señor Baker -Serio.

...

Unos minutos más tarde, bajamos del Auto en el departamento que Daniela le regalo a Máximo y Celeste. Subimos en el ascensor y estando frente a su puerta, golpeamos.

Una bella mujer abrió la puerta y quede mudo...

- ¿Diga? - Abrió sin mirar quien había del otro lado.

Lyna - Hola señora, ¿Está mi hermano? - Le Sonrió bien grande, por la emoción.

Celeste- ¡Federick! - Susurró, pero pude oírla.

¡Qué linda esta! Los años le han hecho tan bien, en cambio, a mí me ha pasado la vida por encima.

Federick- Hola Celeste

Celeste- Hola - Sus ojitos brillaban y yo solo deseaba que fuera por mí.

Lyna - Señora - Le tocó la mano y Celeste la miró - ¿Está mi hermano?

Celeste- Tú debes ser Lyna, Máximo me ha hablado mucho de ti. Eres muy hermosa. -Dijo poniéndose a su altura

Lyna - Gracias, señora, ¿Usted quien es?

Celeste - Soy la mamá de Máx, por cierto, él está en su habitación, ¿Quieres que te lleve?

Lyna - Sí, por favor.

Celeste le tendió la mano y la pequeña sin dudar la agarró.

- Pasa y ponte cómodo - Me dijo para luego irse con mi hija.

Al verlas así, desee haber luchado más por Ella, pero sabía que no me quería en su vida, sino, a pesar del tiempo y la distancia, Max me lo hubiese dicho, lo que me lleva a pensar que aún ahora, no me quiere.

Máximo- Papá, que alegría verte - Llego a mí, me levanté del sillón y nos abrazamos, al separarnos, miré a una niña rubia

Avril - Señor Baker, un gusto conocerlo personalmente. - Me dice sonrojada

Federick- Hola, ¿Tú eres...? - Pregunto al no saber el nombre

Máximo- Ella es Avril Thompson - Ahora sé quien tiene babeando a mi hijo

Federick- Niña, el gusto es mío, ¿Cómo están tus padres? Bueno, la familia en general.

Avril - Están bien, gracias por preguntar

Federick- Mándales un saludo de mi parte, diles que me quedaré un tiempo, por si precisan algo.

Avril- Claro

Máximo- Pá, ¿Cuánto tiempo te quedarás?

Federick- tres o cuatro meses, debo vigilar el trabajo aquí.

Máximo- Que buena noticia, ¿Has traído a Lyna nada más?

Federick-No, Michelle también vino. - Que incómodo, pero no pude evitar mirar a Celeste y noté que se removió en su lugar.

Máximo- ¿Está afuera?

Federick- No, hijo, se quedó en casa.

Máximo- Ah, luego iré a saludarla.

Federick- claro.

Celeste- ¿Les ofrezco algo de beber?

Lyna- ¿Qué tienes mamá de Máximo?

Celeste- Jaja puedes llamarme Celeste, tú pide y te traigo, tengo de todo.

Lyna- ¿Leche?

Máximo- Uy hermanita, mamá hace la mejor Leche chocolatada, debes probarla.

Lyna - ¿Me harías mamá? - Todos nos quedamos en silencio, mirándonos

Federick- Celeste, lamento lo que dijo... - Levantó la mano para silenciarme

Lyna - ¿Dije algo malo?

Celeste- No cariño, pero no puedes decirme mamá, sino tu mami se pondrá triste. ¿Bueno?

Lyna - Bueno - Miró al piso.

Celeste- Vamos a preparar una rica Leche Chocolate ¿Sí?

Lyna - ¡Sí! - Gritó

Ambas se tomaron de la mano y mi hermosa amada se la llevó, a lo que supongo que es la cocina.

Avril - Iré con ellas, permiso - Dijo levantándose y dejándonos solos.

Federick- Mmmh hijo, ¿Por qué nunca me mostraste una foto de esa niña? Pasé vergüenza al saludarla.

Máximo- Papá no digas bobadas, además, no te pase una foto porque sino harías lo mismo que con mamá

Federick- Shhh, Cállate niño ingrato, te haría un favor si ahuyento a los adolescentes de su alrededor.

Máximo- Sé que sí, pero prefiero ganarme su corazón, además antes que llegarás la había halagado y se sonrojó.

Federick- Me alegro, pero espero que no intentes hacer amores en tu habitación.

Máximo- No, solo la ayudaba con la tarea de matemáticas

Federick- Que excusa tonta tuviste

Máximo- ¿Por qué? Fue ella quien me pidió ayuda

Federick- Bueno, entonces te lo digo así, es una tonta excusa, toda su familia es buena con matemáticas, sino no serían Administadores.

Máximo- ¿Dices que lo hizo para estar cerca de mí?

Federick- Claro que sí.

Máximo- entonces, me gusta esa tonta excusa. ¿Y tú? ¿Cómo te sentiste al ver a mamá?

Federick- Bien, ¿Por qué preguntas?

Máximo- Sin mentir, nombre a Michelle y solo mirabas a mamá

Federick- Todavía eso, ¿Para qué la nombras?

Máximo- ¡Es tu esposa Papá! ¿Cómo no nombrarla?

Federick- Creo que necesito hablar de algunas cosas contigo, pero no será hoy, eso sí, no vuelvas a hablar de ella enfrente a tu madre.

Máximo- ¡Bien! Pero no le digas que Lyna le dijo "mamá" a mi madre

Federick- Tú tampoco. - Señalé con mi dedo - ¿Quieres ir de paseo? No quiero incomodar aún más a Celeste.

Máximo- OK, iré a cambiarme de ropa.

Él se fue y minutos después aparecieron las tres mujeres importantes para Máx, su madre, hermana y enamorada.

Avril - ¿Dónde está Máx?

Federick- Cambiándose de ropa, iremos de paseo, ¿Quieres venir?

Avril - Claro, iré por mis cosas - También se fue.

Lyna - Papi, Celeste hace una Leche muy rica, deberías probarla.

Federick- Otro día, cariño.

Lyna - ¿Me traerás nuevamente? Mi mamá y ella serían grandes amigas

- Que incómodo- Pensé.

Federick- Claro - Dije solo para que no dijera nada más. ¡Error!

Lyna - ¿Verdad que mi mamá es igual de linda que Celeste?

Federick- Sí- afirme entre dientes, pero me hubiese encantado gritar que Celeste es mil veces más linda, claro, no podía hacerlo, no quería lastimar a Lyna.

Máximo- Listo pá, vamos. - Dijo llegando con Avril.

Celeste - Pequeña, ¿Por qué no dejas tus cosas aquí y luego vienes por ellas? - La vio con la mochila y una campera.

Avril- Claro, tía. Dejo solo la mochila, por si luego hace frío.

Celeste- Impecable... Cuídense.

Lyna - Señora, vendré otro día. - Le dio un abrazo

Celeste- Claro, princesa, pórtate bien y disfruta el paseo.

Máximo salió con Lyna de la mano y Avril detrás, dejándome solo con su madre... Maldito niño.

Federick- Un gusto volver a verte Celeste.

- Igualmente - Dijo secamente.

Federick- Hasta luego - Ay dios, como me sudaban las manos, mis labios picaban y creía que solo su boca podría calmar eso. Moría por besarla, su perfume estaba torturandome.

Celeste- Hasta luego, Federick, saludos a tu esposa.

- Al diablo mi esposa, mujer - Pensé.

Federick- Serán dados- La vi apretar sus manos con rabia y deseaba que me reclamará algo, pero no, salí del departamento y cerró la puerta.

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