capítulo 19

Damián se sentó en una mesa en la que no había ninguna persona. Pronto su mirada se distrajo con una pareja de padre e hija.

Los cuales también están sentados en una mesa con su comida en ella. La pequeña niña tiene entre 7 a 8 años, tan linda con un vestido de color rosa, sin manga, la pequeña niña reía de algo que decía su padre.

"¿Será padre soltero?". 

Miro cómo ambos se llevaban muy bien. Sin darse cuenta se tocó el vientre del estómago que tenía usando la tela de la camisa.

"Puedo ser igual a ellos…".

Bajo la cabeza pensando las posibilidades en las que sucedan cosas malas.

'Si sufre por traerlo al mundo sin nada'.

"No".

Cierra los ojos con fuerza, mueve de un lado a otro la cabeza.

'Soy fuerte, no debo de estar triste de esto'.

Damián recogió la hamburguesa para modelar, probando.

'Además, que no es mi responsabilidad el bebé…'.

Damián come toda su orden muy rápido. Cuando termina se va no se siente muy bien que digamos.

Al salir del centro comercial con un ánimo emocional no muy estable. No sabe si es broma del destino o que, pero se encuentra con personas que tienen hijos pequeños.

'Oh, por mi dios'. Lo dijo con mucha frustración, porque ha estado presenciando escenas de padres con sus hijos siendo cariñosos.

Como si el cielo o el mundo le dijera. 'No abandones al niño, el pequeño es muy bueno'.

Se pellizcó la pierna algo molesto.

Al volver a su apartamento, suspiro de alivio.

"Por fin en casa".

Damián dejó sus cosas en el suelo, camino hacia la cama, acostándose.

Pensando en los viejos tiempos cuando era solo un niño que no tenía padre, ni madre.

Su única familia era su hermano mayor, el cual siempre hizo presencia en su vida como si fuera su madre o padre.

Hoy Damián, que vio a muchos niños con sus padres, se dio cuenta de que se parecía a su hermano y a él en sus recuerdos.

Felices estando juntos como familia.

Anhela ese calor familiar, pero a la vez tiene miedo de ser abandonado.

Por eso ya no quiere ser dañado… su padre, la única familia que tenía no quería hacerse responsable de él, aunque tenía alguna ilusión de ser elegido por él, pero eso nunca pasó, él solo eligió a su otra familia como siempre.

Ese día Damián había llorado mucho, no tenía a su hermano más. 

 Se lamentó de no haberlo detenido, si lo hubiera hecho estaría con vida. 

Vivió solo en la casa de su madre… Los vecinos querían llamar a servicios infantiles para qué se llevarán a Damián a un orfanato. Pero rogó a los vecinos que no quería.

Lloro mientras rogaba que los vecinos no querían ceder, pero lo lamentable que era su vida no llamaron a servicios infantiles.

Vivió en la casa de su madre haciendo todo lo posible en mantenerse e ir a la escuela por sí mismo. Ya no tenía la ayuda de su madre y hermano, por lo que comenzó a valerse por sí mismo.

Desde lavar, hacer la comida, limpiar la casa, ganar dinero, hacer las compras, etc.

Al principio nada fue fácil, cuando lavó la ropa por primera vez se mojó con agua enjabonada, arrojó al suelo el detergente, la ropa no estaba tan bien lavada.

La comida le quedó salada, algunas veces dulce o no se podía comer.

No sabía cómo limpiar bien.

El dinero lo ganaba haciendo trabajos ocasionales como desyerbar, recoger… 

No era bueno en saber que se necesitaba.

Por lo que los primeros tres meses fueron difíciles, la vecina de alado le enseñó algunas cosas para que no muriera.

Gracias a algunas cosas que le enseñaron pudo sobrevivir solo. Damián sabía que no era el deber de ellos cuidarlo.

Además, el mismo Damián se había resistido a la idea de ser enviado a un orfanato.

Por esa razón aceptó su ayuda para aprender a vivir solo.

Poco a poco se acostumbró a la vida de una persona… aunque en realidad muchas veces tenía la ilusión de que un día todo volviera a como era antes, pero eso jamás paso, por lo que tuvo que aceptar la realidad.

Mientras otros tenían una familia, Damián se tenía él solo.

"Recuerdos malos".

Damián posa su mano en su vientre que está un poco abultado, pero no se nota casi nada, solo si alguien le pone más atención, tocando pensado uno que subió de peso.

"¿Si me quedo contigo, nunca me dejarás?". Damián lo dijo de manera inconsciente, pero pronto se dio cuenta de que nadie le respondería jamás en ese momento.

De manera irónica levantó los labios. "Es verdad que puedes decir".

 "Sería mejor abortarte si aún no has crecido, además que es mejor estar solo".

"Nunca he sido una buena influencia".

Damián suspiró con tristeza y melancolía. "Lo siento… lo siento". Lo dijo mientras su voz comenzaba a quebrarse.

Damián sacó su teléfono, hace solo unos días había pedido el número del doctor que le había revisado.

Dio una pequeña respiración para calmarse.

"Damián, sabes que no puedes criar a un niño en este momento. Aunque es una vida… el pequeño no debe de sufrir contigo en este mundo, si lo tienes debes de tener el dinero suficiente para todo. Más aún para el desarrollo del niño". Se dijo Damián a sí mismo.

Llamo sin más pretexto.

El teléfono comenzó a sonar, esperé unos pocos segundos hasta que contestaron.

"Hospital A.D.H. habla con el Dr. Ann Writer ¿En qué puedo atenderle?".

Damián quería hablar, pero sentía que su garganta estaba seca como si no pudiera decir ninguna palabra.

Comenzó a respirar para calmarse un poco.

Desde el otro lado del teléfono, el doctor Ann podía oír la respiración de una persona. 

Cuando por fin sintió que ya podía hablar, frunció un poco los labios para decirlo. 

"Y-yo… soy el paciente que fue con usted, casi dos semanas atrás…".

El doctor se rascó un poco la cabeza para recordar qué paciente es, porque hace dos semanas tuvo muchos pacientes.

"Lo siento, pero mi memoria puede ser mala. Me podría ayudar a saber quien es".

Siento que era lo lógico, además que es un médico que ve todos los días a pacientes, por lo que no podría reconocerlo.

"Soy Damián con el caso de embarazo".

El doctor le dio un clic en su memoria al recordar que Damián es el primer hombre en su hospital que viene con un caso de embarazo masculino.

"Sí recuerdo. ¿Qué sucede Sr. Damián?".

Al principio titubeó… con cómo decirlo…

Por lo que dijo en susurro que no se podía oír aunque tuviera un teléfono.

"¿Eh?, ¿Qué dijo Sr. Damián? No pude escuchar lo que decía.

"Yo… aborto…".

De nuevo repite.

"Quiero hacer una cita para abortar".

Al otro lado del teléfono no se oía ningún sonido.

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