Capítulo 13

Damián hizo una cita médica para el próximo domingo, el cual es su día libre para poder ir al hospital.

Cuando ya comenzó el día lunes la agenda de Damián ya estaba muy apretada, trabajando, estudiando para el examen, por suerte algunas cosas se le hacían fácil.

Por lo que no hubo descanso, toda la semana la paso ocupado de muchas maneras, porque si no es el trabajo son los estudios, además que no se podía sentir muy bien con algunos de los productos de limpieza que tiene un olor un poco más dominante.

Eso le causaba ganas de vomitar y mareos repentinos. Por lo que tuvo que ponerse mascarilla, pero aun así el olor persistía.

Lo cual causó pequeños accidentes que por suerte no llegaron tan lejos.

Algunas veces vómito por suerte si pudo llegar al baño a tiempo, por lo que después tuvo que limpiarlo lo que mancho.

Algunos de los compañeros de Damián que iban de limpiezas a las casas que se le encargaban se sentían incómodos cuando lo veía ir sé al baño a vomitar, por lo que algunas personas se quejaron con la persona a cargo sobre el comportamiento de Damián.

Esto hizo que el día sábado llamaran Damián a la oficina del supervisor de ellos.

Por lo que cuando apenas llegó vio a un hombre de unos cuarenta años con una cara sería sentado en un escritorio.

"Siéntese señor Bell". 

Damián se sintió algo incómodo con el Bell en este momento, aunque está acostumbrado a este nombre la persona que lo pronunció parecía fría y juzgador.

"Sí".

Damián tomó asiento mirando de cerca al supervisor que aún lo miraba. Esto hizo que Damián sintiera un gran escalofrío, pero se pregunta el porqué está aquí.

"Señor Bell, iré directo al grano. Muchos de sus compañeros de trabajo se han estado quejando de usted".

Damián no sintió nada extraño siendo regañado, porque ha estado vomitando dentro del inodoro o en el lavabo de las casas en las que trabaja para limpiar.

Sabe que es un error lo que hizo, pero no puede evitarlo, aunque toma pastillas para las náuseas o mareos casi no hace mucho efecto.

"Lo siento, no volverá a ocurrir". Damián lo prometió, aunque no estaba muy seguro porque no lo puede controlar.

"Eso espero, puede irse que en poco ya tiene que ir con otro grupo a trabajar".

Asintió saliendo de la oficina.

'Parece que si sigo así no podré trabajar aquí'. Damián suspiró un poco cansado.

Damián fue al grupo que se le dio esta semana, esta vez le tocaba limpiar una casa por los suburbios.

 En todo el trabajo se esforzó para no molestar a sus compañeros por su afección. Por lo que se sintió muy incómodo, aun tomando las pastillas.

Ya a las siete de la noche que había salido del trabajo, se desvió de la calle para ir a comprar algo para la comida de hoy. Entró en una tienda de conveniencia sacando un carrito para elegir qué comprar.

Fue a varios pasillos en los que escogió, carne, botella de condimento, un paquete de fideo instantáneo, una botella de jugo de naranja helado, tres cajitas de leche chocolatada, tres de vainilla…

Damián pensó un minuto mirando la funda de arroz en el estante, cuando ya recordó no la recogió. '... Arroz aún hay'.

Después siguió con productos enlatados que están en oferta.

Cuando salió tenía dos fundas un tanto llenas.

'Esto será suficiente para mis próximos días, así también no tendré que salir hasta después'.

Damián está muy satisfecho por las compras, por lo que en el camino de regreso a su departamento pequeño estaba silbando. Con el ritmo de una canción que no se haya conocido.

Las calles están iluminadas por los faroles, dando a ver con claridad las calles en las que pasaba. 

Había personas que pasaban e iban de un lado a otro.

Damián se fue entre la multitud por el camino que debe de recorrer para llegar a su hogar.

Al llegar deja las cosas en la cocina.

"Por fin". Se estiró para ir a darse una ducha en la que no tardó mucho, se secó y se puso su ropa limpia.

Fue a la cocina a sacar las cosas que había comprado, las ordenó en su sitio. 

En los minutos en el que estaba en la cocina, Damián preparó de comida carne frita, con arroz, ensalada, en un vaso estaba servido jugo de naranja.

 En el momento de terminar fue a comer de manera tranquila.

Pensando que mañana es la cita médica para saber que tiene.

"Espero que sí sea un tumor pequeño, porque si es grande no sabré si podré vivir mucho". Se puso a pensar Damián que hacer si tiene algún tumor.

Se puso serio porque se debe de necesitar mucho dinero dependiendo el tipo de tumor y la necesidad médica debe ser mayor al igual que los gastos que vienen. 

"Si eso es verdad, tendría que tener un empleo más para pagar los gastos médicos".

Se levantó caminando de un lado a otro, un poco frustrado por saber el resultado de mañana.

"Ah. ¿Qué puedo hacer?. Aún no sé lo que tengo, pero estoy preocupado".

Recordó que también los síntomas pueden ser de otras cosas.

"Puede que en realidad no sea un tumor, solo una simple fatiga… u otra cosa".

Damián no es doctor, pero aun así quiere pensar algo positivo aunque tenga la cabeza con truenos de negatividad al máximo.

"Despejemos la mente, mañana se sabrá el resultado".

Se fue a la cama tratando de dormir para no tener que esperar para mañana

Aunque no es muy fácil tratar de dormir ahora.

Suspirar.

Miro el techo el cual tenía el color un poco opaco, pero no tanto.

"Contemos gatito".

Damián comenzó a contar gatitos en voz alta. 

"Un gatito, dos gatitos, tres gatitos, cuatro gatitos, cinco gatitos, seis gatitos, siete gatitos…"

Siguió contando gatitos por unos minutos más, aun así no podía dormir aún.

Cuando llegó al gatito 90 no sentía nada de sueño.

No tenía ganas de estudiar esta vez, así que Damián sacó el teléfono que siempre deja cerca de la almohada para jugar.

"A jugar a la serpiente".

Damián encendió el teléfono para jugar, al estar jugando la serpiente no se da cuenta de que poco a poco los minutos se van rápido.

Por lo que al momento de dejar el teléfono se sorprende al ver que son las doce de la noche y él aún no está dormido.

"Aunque antes no podía dormir por los trabajos de mi compañía, ahora es distinto".

Puso el teléfono a cargar, para acostarse a la cama envuelta con la colcha para tratar de dormir.

"Duerme".

"Duerme".

No dijo ninguna palabra, mirando lo oscuro que está todo, pero aun si no puede dormir.

En el momento en el que por fin cerró los ojos para dormir no lo supo.

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