U 2

...Uriel:...

Hasta la edad de 12 años que un doctor por fin nos dio un pronóstico diferente

Su corazón.

Su corazón era débil.

Decidimos someter aun tratamiento a nuestra hija, tratamiento que la debilitaba.

A mí me dolía verla sufrir, pero más me dolía ver que mi esposa no le importaba, ella estaba siempre detrás de nuestro hijo, siempre cuidándolo, con el paso de los años ella cambió demasiado, se volvió fría y distante, cada que quería recibir mimos de ella, se molestaba y ni hablar de tener intimidad.

Sus deberes como emperatriz los hizo a un lado, a mí me hizo a un lado y todo porque.

Quería que Leonardo fuera apto para el trono, no quería que ni una de las concubinas tuviera algún hijo mío y hubiera un heredero más con el cual competir el trono.

Y ahí las concubinas volvieron, jóvenes y bellas, como yo las quería.

A ella eso no le importo, pero se encargó de hacerles llegar un te para arruinar las posibilidades de que ellas algún día pudieran tener hijos, las hizo estériles.

No dije ni hice nada, para que, tenía la confianza y la fe de que mi hija sobreviviría y ella sería una gran gobernante.

Cuando mis hijos cumplieron 16 años, Leonardo decidió irse al país vecino, a estudiar el instituto, estaba harto de las oscilaciones de su madre y no lo culpaba.

Ella se había vuelto, todo lo contrario a lo que era antes, pero estaba demasiado ocupado con los deberes de ambos que lo deje pasar.

Mis concubinas me hacían compañía siempre, ya que ella se había mudado al palacio de la emperatriz, palacio el cual jamás pensé que usaría, porque ella vivía conmigo en mi palacio.

Después de que Leonardo se fuera, todo se quedó en tranquilidad, me dedicaba a mimar a mi hija aunque esta no quisiera, tenía ya 16 años, el tiempo de vida máxima que tenía era asta los 25 años, sus doctores personales no había dado ninguna noticia favorable y eso le preocupaba.

Los meses iban pasando y me empezaron a llegar cartas de Leonardo, todo era bueno, el tenía un compañero de habitación el cual, era el príncipe hijo de él, leer eso removieron recuerdos en mí, recuerdos que hacía mucho tiempo había olvidado.

16 años

16 años de los cuales pareciéramos desconocidos, 16 años los cuales se había llevado todos esos recuerdos y sentimientos que creí extintos, 16 años los cuales, jamás volví a recibir una sola carta de él, y yo jamás envíe una.

Ahora nuestros hijos eran compañero de habitación. Por lo que mi hijo decía en sus cartas el príncipe Maximiliano como así se llama es un chico agradable, humilde, pero muy descortés y directo, eso me gusto del chico a demás de que los hermanos eran muy unidos, parecían mellizos, lo que me empezó a dar mala espina eran ya muchas cartas que enviaba y en todas hablaba de él.

Se habría enamorado?

Si es así, y el chico corresponde a sus sentimientos entonces lo apoyaré, una tarde mi hija desapareció y sus guardias que la vigilaban en las sombras me dijeron donde estaba, una semana después apareció con una cara de niña enamorada.

Me platico lo mucho que le había gustado, pero que no era la única, ya que Leonardo estaba en las mismas

Suspire con frustración.

Para las vacaciones de invierno mis hijos pidieron permiso para poder ir al reino de Golden al baile de invierno.

Volverían apenas y terminará a pasar el resto de los días aquí.

Pero cuando volvieron, mi hija dijo lo mucho que bailó con el joven.

Estaba feliz así que le pregunte si podría pedir un matrimonio.

La idea de volverlo a ver asía estragos en mí.

El tiempo pasó y el cumpleaños de mis hijos número 17 se hizo presente. La idea era un gran banquete le enviaría una invitación para que ellos vinieran era lo que yo pretendía, pero el día del banquete me dijo mi secretario que ellos no habían asistido, ya que dicha invitación no fue extendida.

Estába molesto, me había lucido para hacer el mejor banquete con muchos de los platillos que a él le gustaban, pero la cosa no quedo ahi, un mes después recibimos la invitación para el cumpleaños de sus hijos.

Feliz le dije a mi familia quería estar lo mejor presentable posible, pensar que él había pensado en mí, aunque la noche antes de la sena mi hijo le dijo a su madre que los deberes reales de la emperatriz los llevaba a cavo el príncipe.

Me desilusioné un poco. Ya que es la emperatriz quien se encarga de las invitaciones y si fue el príncipe quien las había enviado significaba que el no estaba enterado

Pero la cara de mi hija me hizo pasar el rato, ella estaba ilusionada de ver al joven.

Así que ya con el plan echo y todas nuestras cosas listas, emprendimos el viaje para ir al reino de Golden.

Verlo después de 17 años era una maravilla, se veía lo bien formado que estaba. A sus 32 años era un manjar.

Después de que él nos esperara y nos guio al palacio de invitados, para la tarde decidí salir a recorrer un rato el palacio y recordar viejos tiempos.

Pude verlo en el jardín tomando el té con sus hijos. Se veían felices, la chica, era ya tarde y ella andaba como si nada, mientras mi hija apenas llegó y estaba con un montón de doncellas, alistándose para el baile, ellos muy felices de la vida bebiendo el té.

Él me vio y me hizo señales para acercarme después de a serlo me invito a sentarme.

Pude darme cuenta de que a pesar de que sus hijos son muy educados y tienen una excelente etiqueta, entre ellos no existen formalismos, ni honoríficos, hay mucha confianza como para contarse, sus travesuras.

Por primera vez conocí la envidia.

Él a pesar de todo, logro tener una familia perfecta aunque por lo que pude ver, en esa familia solo eran ellos tres, ni su esposa, ni su concubina metían sus narices ahí, ellos eran felices.

Y yo quería robarle un poco de esa paz que él reflejaba, también un poco de alegría, por primera vez quería algo que no me pertenecía

Lo queria A el.

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