dias

...Emiliano:...

Después de que él se fuera, entre de nuevo a la cabaña donde ya John dejo listo mi equipaje antes de irse.

Si será eficaz este chico.

Pido a las doncellas que lo saquen y lo acomoden en el carruaje sigo cansado así que descansase un poco antes de llegar, no me quedaré pues aquí ya no queda nada para mí.

Después de dos días llego a mi palacio.

Pueda darme cuenta de la falta que me hacen mis hijos, pues ellos son los que me esperan cuando salgo.

Pero dejan a su sombra, David esta ay parado esperándome, con una sonrisa como siempre.

Bajo del caballo y el cómo siempre ase dos reverencias bastante exageradas como es su costumbre.

David: empezaba a creer que usted no vendría nunca jefecito.

Dice con una sonrisa burlona en su cara

Emiliano: tenía que venir, este reino no se gobernara solo

David: me ofende jefe es como si dijera que yo no sé hacer mi trabajo

Pone su mejor cara de chico ofendido con la mano en el pecho y asiendo un puchero, sinceramente me hace reír se ve bastante tierno, desde que llego aquí se ha ganado mi respeto y cariño, es como un niño pequeño, a veces siento que es como un hijo, a mía hijos los deje de lado mucho tiempo, asta que ellos me dieron una lección, se presentaron ante mí siendo unos adolescentes, se comportan ante todos como unos adultos, pero cuando estamos solos son unos niños.

Le revuelvo el cabello

Emiliano: no digo que no sepas hacer tu trabajo, pero eres un chico demasiado enamoradizo y a veces te distraes por andar de coqueto con las nobles que entran aquí.

David: se vale soñar jefe, y yo tengo mi corazoncito.

Dice suspirando

Emiliano: porque ese suspiro, ay alguien ay en tu corazón

David: pues para qué le digo que no, si, si, me gusta la hija del Márquez Rivas, ella es una noble su padre es un hombre muy rico y ella es su única hija, después de que su esposa murió no se volvió a casar, y yo, bueno yo soy un plebeyo que tuvo suerte de haber sido rescatado por los príncipes, pero no lo malentienda, amo mi trabajo y mi deber de protegerlo no es un deber para mí, yo doy mi vida por la sangre real de este país, si es necesario yo lo veo como un honor hacerlo.

Este chico si sabe como hacerme llorar.

David: porque llora jefecito

Emiliano: David para mí eres como un hijo, no eres un simple plebeyo, oíste

David: gracias jefe porque créanme que para mi son mi familia, pero bueno sé que quisas usted quiera descansar, pero tenemos mucho trabajo y usted tiene mucho que firmar, yo ya revise que todo estuviera en orden y lo está, solo tiene que firmar.

Yo asiento

Después de eso, pongo manos a la obra.

Confió mucho en él, así que sin miedo empiezo con lo que me toca.

Después él entra con una taza de té y un pedazo de pastel.

David: le traje algo porque no salió a merendar.

Pruebo el pastel.

Emiliano: este pastel sabe como los que Max hace

David: si le pedí la receta porque sé que a usted le gustan así que yo mismo lo hice al pie de la letra, pues me pidió no dar su receta, espero que le haya gustado.

Emiliano: está rico.

David: yo creo que debería ir a descansar jefe no se vaya a tener un colapso.

Yo asiento

Emiliano: as que preparen mi bañera y ya después puedes ir a descansar, yo me quedaré solo firmando estos últimos documentos y poner mi sello y ya voy.

Él sonríe y sale.

Después de revisar un poco mas, me gano la pereza y fui a mi habitación.

Al estar ay me bañé, y salí al balcón.

A lo lejos pude ver el jardín secreto que mi hijo tanto cuida, y pude ver ami secretario darle una rosa a una chica de cabello rojizo, está la toma, después él le deja un beso en su mejilla.

Se ve que está enamorado y la chica le corresponde, entro nuevamente a mi habitación, espero esa chica en serio lo quiera y no le vaya a romper el corazón.

Los días han ido pasando, los meses se vienen encima y ya casi vuelven mis hijos, dentro de 2 meses será su cumpleaños y la fiesta de compromiso de mi hija.

Que rápido crecen los hijos.

Con ese pensamiento viene como un rayo uno mas.

Freía

¿Donde estará? Sé que quisas no la ame, pero si la quise, ella siempre estuvo esperando por mí con los brazos abiertos brindándome una sonrisa siempre.

¿Como estará mi hijo?

¿Habra sido un barón o una niña?

Ese ser pequeño ser que no pidió venir al mundo y, sin embargo, llego, para después desaparecer en la nada.

David: en que tanto piensa jefecito como para estar suspirando y no hacer su trabajo.

Emiliano: no as dado con ella

David: no jefe, he mandado a nuestra gente a todas partes del reino, no he dado con ella, han buscado asta por debajo de las piedras y nada, está usted seguro que quisas esté en otro país.

Emiliano: eso puede ser, pero el problema que no sé si poder enviar gente a buscarla a Criztar o a Silver sabes que ellos solo buscaran cualquier escusa para atacarnos.

David: quizás, pero empecemos con el imperio de Diamantino, y ya de ay buscamos la forma de seguir.

Emiliano: tienes razón, as lo ok.

David: enseguida jefe.

No sé si decirle de esto a Uriel, sé que él no se molestara mi pasado, pero, sin embargo, como le diré que la sigo buscando.

Y si la encuentro tendré que darle la cara a ella, pero quiero saber que fue de mi hijo.

David: jefe aquí le traigo una carta de su amor

Dice sonriendo de manera pícara.

Emiliano: ok gracias.

Sonrió y abro la carta, pero levanto mi cara y lo veo ay sonriendo todavía como tonto

Emiliano: que pasa

David: que si en lo que usted mira su carta y le contesta, me podrá dar media horita de descanso, le prometo terminar mis pendientes después de eso

Emiliano: ok vez.

Sale feliz de la vida, asta brincando.

David: gracias jefecito.

Ya se a donde va, solo espero que la chica no juegue con él.

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