historia de U

Hola mi nombre es Uriel Benavides.

Soy emperador de Diamantino, mis padres siempre fueron amorosos conmigo, siempre me priorizaban ami.

A la edad de 15 años me di cuenta de que estaba estúpidamente enamorado de mi mejor amigo de 10 años.

El problema es que este es hombre, aquí la gente habla, a demás era el futuro emperador, necesitaba un heredero y una esposa con quien compartir mis responsabilidades, y él era el futuro emperador de un país dos veces más grande que el mío.

No había oportunidad.

El problema es que era un joven que empezaba a descubrir su sexualidad y aunque no sabía lo que era el amor, cuando lo veía a él, mi corazón latía muy rápido, me gustaba siempre estar junto a él y cuando me quedaba en su palacio o él en el mío procuraba dormir abrasado a él.

Al cumplir los 20 años me di cuenta de que entre él y yo no iba a funcionar, él me veía como su mejor amigo, el hermano que nunca tuvo.

Yo tenía una responsabilidad, estaba por ser coronado a demás necesitaba una esposa.

Le pedí a mis padres que me buscaran una esposa, yo no tenía interés en nadie.

El día de mi coronación se llevaría a cavo y yo esperaba verlo llegar toda la noche, estaba dispuesto a confesarle el amor que sentía por él, y esperar a ser rechazado era una posibilidad, pero aun así estaría tranquilo de que al menos me confesé y no me podría arrepentir.

Pero él nunca llego tampoco apareció al otro día, esperaba una carta al menos de disculpas o felicitaciones, pero dicha carta nunca llego.

Mi madre trajo una mujer para esposa decidí a hacer la boda lo más pronto posible, no quería arrepentirme.

Dos semanas después la boda se llevó a cavo, pensando en que podría intentar ser feliz y guardar muy en el fondo de mi corazón, consume el matrimonio.

Ese día también esperaba verlo, pero él nunca llego.

Estaba acoplándome a mis deberes reales, los documentos se me había acumulado, así que decidí dejar de pensar en lo miserable que me sentía y me dedique a hacer mi trabajo.

Encontrándome con una carta debajo de todos esos archivos.

Era de él, donde me decía de la lamentable muerte de sus padres, así como lo herido que había quedado, también sobre su coronación apresurada

Me sentí como un estúpido, pensar en que él no había asistido a mi coronación, por la muerte de sus padres me hacía sentir miserable una mierda en realidad.

Revise la carta y esta había sido abierta y guardada muy en el fondo de los documentos, también encontré la invitación que iba dirigida a él, para invitarlo ami boda, esta no había sido enviada, le pregunte amis padres que porque me habían ocultado la información y ellos dijeron que tampoco sabían nada, querían ir al reino vecino a ver que había pasado, pero tenía que buscar la persona que había tenido la osadía de entrar al despacho real y abrir la carta, pero no encontré a nadie, nadie había visto nada.

Le dije amis padres que no sería bueno ir, el chico había pasado eso solo, nadie le dio un abraso o lo consolado, había hecho mi boda mientras él pasaba por su dolor y tampoco había llegado la invitación, él estaría furioso y no nos iba a permitir entrar a su reino.

Me dolía, pero era una posibilidad muy grande tampoco tenía cara para verlo de frente.

Me oculte bajo una pila de papeles por realizar, me dedique de lleno ami deber como emperador, desde esa noche no la había vuelto a pasar con Marcia mi esposa.

1 mes después se dio el anuncio de que ella estaba en cinta.

Les mentiría si les dijera que ese día fue feliz para mí.

Aunque Para mis padres si lo fue.

3 meses después, se supo de la boda de él y también de la presentación de su primera consorte, la cual ya estaba embarazada.

15 años, y ya tenía una familia echa, entonces yo también debía hacer lo mismo.

Después de eso llegaron las concubinas, mi mejor manera de ocultar mi frustración era con ellas.

Meses después Marcia dio a luz a mellizos, estos eran idénticos, ami, cabellos castaños y piel blanca, cuando abrieron sus ojos les vi ese color esmeralda color de los ojos de mi madre en ellos, ella estaba muy débil y decidí que debía cuidarla, mi deber como emperador era cuidar de todo mi país y mi familia no sería la excepción a demás de saber que mis hijos no tenían la culpa de nada.

Con el tiempo y la convivencia con ella, me di cuenta de que ella era una madre increíble, devota, y preocupada por sus pequeños, así que decidí darme una oportunidad con ella, quisas si la seguía conociendo el amor surgiría y seriamos felices tal y como estaba siendo él.

Deje de visitar mi harem, e incluso a mis concubinas las recluí en el viejo palacio, ellas seguían recibiendo sus sueldos, pero claro, ya los favores y tratos que recibían antes ya no podían ser, otras pidieron ser liberadas, y se fueron con una suma considerable para hacer su propia vida, en total había tenido 6.

Solo me dediqué a mi familia.

Mi esposa lleva en orden sus deberes como emperatriz, jamás volví a tener alguna invitación o carta del reino Golden, quisas era mejor así.

Mi hija iba a ser una gran líder, era inteligente, valiente, bondadosa, humilde, nada que ver a mi hijo, un caprichoso, berrinchudo que todo quería que se hiciera a su manera y que se saltaba las clases, él prefería estar libre sin duda un príncipe inútil.

A la edad de 12 años presentaría a mi heredero, pero cuando mis hijos cumplieron 10 años, mi hija quiso estudiar el arte de la espada y con ello empezaron los problemas.

Cada que se agitaba ella se desmayaba, las visitas de doctores de diferentes países no decían nada de lo que debiéramos preocuparnos, siempre le daban medicación nueva.

Mi esposa empezó a cambiar bastante, ella ya no había podido tener más hijos y la idea de tener otro heredero con una concubina le asustaba, empezó a obligar a mi hijo Leonardo a tomar todas y cada una de las clases de mi hija.

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