Capítulo 2

Por fin me quedé sola, se habían ido y yo al fin podría matar la curiosidad, caminé directo a mi cuarto de pintar

En el caballete se quedaron las dos pinturas que Bell había conseguido, destapé una a una y me quedé maravillada

-Es una pasada… ¿Cómo has podido conseguir esto Bell?- hablé en voz alta, debieron costar muchísimo

Una de las pinturas definitivamente llamó mi atención, le suplicaría con pucheros si era necesario con tal de tenerla

La pintura era totalmente diferente, podría usarla para ambas carreras, trabajaría en la historia de la pintura y en el arte con el que fue realizada

Era extraño de cierta forma que la vendieran con marco, generalmente estás pinturas estaban envueltas como un gran pergamino, pues pocas veces las colgaban

Sin duda, era una gran obra de arte, las escrituras el borde de la pintura estaban en griego, significaba el gobierno de los demonios por Salomón

Al leer aquella frase, los vellos de mi piel se erizaron

-Esto es absolutamente emocionante, pero mañana terminaré de revisar, las pastillas ya me dieron sueño

Por un momento olvidé la lesión en mi tobillo y al girar perdí el equilibrio cuando sentí un dolor punzante

-Aaaah!- grité sentir como mi cuerpo en fracciones de segundo, caía al suelo

-Mierda mierda! La pintura

Cómo pude me arrastré hacia un lado, por suerte no había dañado la pintura, pero al caer, el marco de la pintura se despegó cayendo por separado

-Ay dios! Bell me va a matar

Tomé el marco del cuadro con mi mano funcionante y lo deje a un lado, la pintura se levantó, era extraño

Generalmente las pinturas enmarcadas van bien fijadas al soporte, está no era el caso, la bota que llevaba para proteger la movilidad de mi tobillo me ayudaba bastante, cómo pude me apoyé en el escritorio y alcé mi cuerpo para incorporarme

Estaba sudando con esos pocos esfuerzos. Mi cuerpo era delgado, no era gorda pero tampoco extremadamente flaca

Tomé la pintura y me senté en uno de mis bancos

Con los dedos de mi mano enyesada soporte el escaso peso de la pintura y con la otra termine de separarla de la delgada madera que servía de soporte

Ante mis ojos, párrafos escritos en griego antigüo se encontraban desordenados

-Cuando el arcángel Miguel me concedió su anillo mágico, encerré a los ángeles caídos, demonios que merecían ser sellados en las puertas de la oscuridad

Uhmm qué extraño, pensé. Mejor seguiré leyendo esto mañana, necesito dormir, ya mi mente no coordina lo que lee, mañana me ocuparé de investigar la historia de estas pinturas junto a Bell

Apoyada de la pared caminé hacía mi habitación, Bell tenía razón, apoyar demasiado mi tobillo detonaría el dolor

Tomé dos píldoras de las que me recetó el doctor y las tomé con dos tragos de agua. Con calma quité la bota de apoyó, subí mi pierna enyesada a la cama y busqué la posición más cómoda dentro de las limitaciones

Encendí el aire acondicionado, sentía la temperatura caliente de pronto así que después de aclimatar mi habitación, me quedé profundamente dormida

… Corría tanto que sentía como si mis pulmones ardieran, el aire era escaso, me sentía asfixiada, la niebla no me dejaba ver bien y las ramas de los árboles rasguñaba mi rostro

Choqué con algo duro, se escuchó el estruendo, no me di cuenta en qué momento empecé a llorar

-No tienes escapatoria- una voz profunda y masculina me susurró al oído, mi cuerpo se erizó de miedo

-Déjala que corra más, igual será nuestra- No podía ver de dónde venía aquella voz. Una tercera voz se escuchó

-Ya, suéltenla, cuando llegue el momento la buscaremos, no me gusta jugar con niñas

El comentario de aquella voz de origen desconocido me hizo percatar que mi cuerpo era pequeño, era una niña de nuevo, llevaba una ropa que no recuerdo haber tenido, un vestido azul claro, mis rodillas raspadas y mis manos con cortadas que ardían profundamente sangrando poco a poco

-Por favor ayúdenme a salvar a mis papitos…- Lloraba con un dolor profundo

Las voces solo se escucharon carcajear y entonces, desperté…

-Lirio, lirio, despierta

Bell me agitaba por los hombros, me sentía sudorosa y agotada, fue una pesadilla extraña y lamentable que me hizo extrañar enormemente a mis padres

-Bell, tuve una pesadilla espantosa- Limpié mi nariz en su camiseta y sorbí mis mocos- Extraño tanto a mis padres

-Esta bien, ya no llores, sé que los extrañas muchos… No dejaré que vuelvas a soñar con un monstruo que te comía así- Empezó a hacerme cosquillas picándome las costillas, sabía mi debilidad

Estaba doblada de la risa, Bell era la mejor para consolarme siempre

La señora Ernestina entró al cuarto luego de tocar la puerta- Señoritas, el desayuno está listo y servido, vengan a comer

-Ya vamos- contestamos al unísono

Bell me llevó al baño, me cepille, ayudó a peinarme y me ayudó a vestir con un pantaloncillo holgado y una camiseta sin mangas

-Eres cómo mi novio con esa ropa

-Ya quisieras bebé

Caminamos juntas al comedor, desayunamos delicioso, la señora Ernestina definitivamente sabía cocinar

-Vayamos de compras- Bell me hacía pucheros para tratar de convencerme

-Bell, estoy inmovilizada ¿cómo crees que andaré probandome ropa?

-Yo me la pruebo por ti y los pantalones una talla más grande para que tú culazo entre

-Jaja ridícula

-Está bien, prometo que si veo algo lindísimo, lo compraré para ti

-Está bien, en realidad… deberías comprarme algunas cosas para el regreso a la uni

-Okis, prometo comprarte cosas lindas- Casi sentía miedo por aquello que decía, ella era una extrema compradora compulsiva

Una hora después, estaba sola, le había pedido a Ernestina que se marchara luego de dejar la comida lista, la cena la pediría por delivery

Caminé con ayuda de la muleta hacia mi cuarto de arte y me senté en el banco, está vez no tenía sueño y quería terminar de leer los párrafos que había descubierto

No me había percatado del clima, la lluvia empezaba a caer

-Genial, con lo que me gustan los truenos- Fruncí el ceño e ignoré la ventana

Uhmm esto es extraño, pensé, estoy segura de lo que leí ayer

No encontraba el párrafo que había leído anoche. Sin darle tanta importancia, leí el siguiente párrafo

-Descubrí que los demonios subían a la tierra con permiso de la soberbia, Lucifer, este demonio parece ser el jefe de todos… sin embargo, él era diferente, se esparcía por el mundo sin mostrarse

-Los 6 demonios restantes eran responsables de la gula, avaricia, lujuria, irá, y envidia… estos eran personificados en sus seguidores, aquellos cuya personalidad se regían por su pecado

Era demasiado interesante, con mi teléfono abrí la cámara para tomar una foto de aquellos párrafos

Revise la cámara trasera y delantera, la foto no captaba los párrafos, era algo demasiado extraño

-Este maldito teléfono no sirve, probaré con una selfie

Cambié a cámara delantera y cuando ví la pantalla, juraría que había alguien detrás de mí, era un hombre cuyo rostro no pude detallar

Grité de miedo e impresión, solté el teléfono del susto, al girarme no ví a nadie

-Qué carajos…

El corazón parecía que se saldría por mi boca, me sentía demasiado asustada

Dejé la insistencia con la foto, tomé la pintura y la dejé en mi mesa de dibujo, la tablilla la dejé en el caballete

-Mañana pegaré el marco y me olvidaré de estos párrafos que quién sabe quién escribió

Salí del cuarto de arte y me recosté en mi cama, los dedos se hinchan cuando no tenía el brazo hacia arriba

Encendí mi MacBook y comencé a investigar la historia de Salomón, sin embargo, mis nervios no disminuían

-Uhmm… así que selló a los demonios, no puedo creer que los del templo hayan vendido esas pinturas sin revisarlas al menos

El tiempo pasó volando mientras leía el testamento de Salomón, mis ojos se sentían agotados por lo que decidí dejar mi laptop y dormir, no sin antes cerrar la puerta y la ventana con seguro, además dejé todas las luces encendidas, el susto que me había llevado con la selfie no pasaba

En la cama me abrigue con la cobija, dejé abierta la ventana por lo que el frío viento se colaba, congelando mis pies

Esa noche no hubo pesadillas

Habían pasado unos cuantos días desde que me espanté en el cuarto de arte. Desperté más temprano de lo normal. Fui al baño con cuidado, ya más acostumbrada al yeso y la bota, me cepillé, lave y puse una bata de tiras para vestirme con facilidad

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Comments

Martha Mena Wong

Martha Mena Wong

Ohhh por dios lis demonios saldrán de la pintura que miedo felucidades autora esta excelente tu novela estoy atrapada con la trama

2024-08-09

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