Diego

Diego Brown un joven empresario de 26 años, Venezolano de nacimiento, proveniente de una familia adinerada. Sus padres quienes habían contraído matrimonio por arreglo, lo trajeron al mundo pero sin el amor que un niño debe tener.

Nunca estuvieron pendientes de él ni de su hermana pequeña Gema, una revoltosa que rondaba apenas en los 17 años. Ambos hermanos fueron criados y mimados por parte de su abuelo paterno, Simón Brown un anciano ya de 70 años que hasta los momentos se había salvado de una muerte inminente debido a problemas de salud. Pero ahí estaba manteniéndose fuerte como un roble.

Diego admiraba a su abuelo, y lo amaba también aunque a veces no entendiera sus reglas. Su abuelo se encargó de que fuera un hombre estudiado, a sus 26 años ya tenía dos títulos universitarios y a eso se le añadia que tenía una maestría y un doctorado en Biomedicina y Biotecnología Molecular.

Todos sus estudios fueron en el extranjero, en los mejores institutos y graduándose con los mejores honores, ya que no solo por ser hijo de adinerada, sino también a sus habilidades en conocimiento, demostrando ser el mejor.

Por órdenes de su abuelo, tuvo que regresar a Venezuela en cuanto terminó con los estudios, a regañadientes regreso no tenía más opción, no podía ni era capaz de defraudar a su abuelo.

Poseía rasgos faciales muy masculinos mandíbula cuadrada y bien definida, tanto de frente como de perfil. Pómulos marcados y en armonía con la mandíbula. Arco de la nariz recto y ancho, con contornos no muy destacados y sin giba y mentón marcado ¿que más podría pedir? estaba bendecido por poseer tales beneficios de ser joven y guapo.

Pero a pesar de todo eso era soltero, y no era por falta de mujeres ya que le llovian en abundancia pero él nunca considero el matrimonio ni nada por el estilo, él quería ser libre y disfrutar de esa juventud. De todas las mujeres que conocia ninguna le había llamado la atención ni mucho menos lo había cautivado hasta el punto de sentir su corazón latir veloz. No, no la había ni tampoco llegaría a su vida o bueno así lo creía Diego Brown.

Su familia paterna tenía una larga lista de químicos los cuales algunos eran famosos por destacarse en varias ramas de la bioquímica, dónde gracias a sus invaluables aportaciones, cambiaron el rumbo de la historia de la humanidad.

Así que se sentía dichoso de pertenecer a una familia tan prestigiosa, tenían empresas en diferentes partes del mundo, haciendo que estuvieran en la cima del imperio del mundo empresarial.

La química está involucrada en muchos más asuntos de los que normalmente imaginamos. De hecho, es una de las principales bases de la producción de las medicinas, pero también es protagonista en muchas fases de producción de electrodomésticos como los refrigeradores e, inclusive, en la industria textil y alimentaria.

La Familia Brown no solo tenía una empresa que se especificará en un solo campo, unas se dedican a varias áreas terapéuticas: diabetes, cardiovascular, gastroenterología, sistema nervioso central, ginecología y antivenenos. Otras líderes en materia de fabricación de productos farmacéuticos genéricos o biocomparables de síntesis química como anticuerpos, vacunas recombinantes, citosinas y muchos otros enfocados al tratamiento de enfermedades crónico degenerativas.

Y para terminar también tenían una empresa con emprendimiento biotecnológico en fase de crecimiento, la cual se basa en el desarrollo de un prototipo de plataforma biotecnológica para la producción de capsaicinoides, una familia de moléculas con muchas aplicaciones en alimentos y la salud.

En fin la familia Brown se había formado un gran nombre ante la sociedad. Y el dinero no les faltaba en lo absoluto. Aún así Simón se encargó y se esforzó para que sus nietos aprendieran los buenos valores y no se dejarán influir por todo lo material que poseían.

Una vez les dijo:

- Mis niños, la grandeza de una persona no se mide por el dinero, estudio o belleza, sino por la lealtad de su corazón y la humildad de su alma - Simón suspiro y añadió - el dinero no compra los valores, ni los principios

- Si abuelo lo entendemos - respondieron ambos niños

- Que bueno, así que no olviden no se impresionen por el dinero, el estatus social o el título académico de las personas, más bien impresionense por la forma en que una persona trata a los demás - les recordó con cariño.

Diego estaba agradecido con eso, porque su abuelo se preocupara de que aprendieron el enfoque correcto de la vida. Pero ahora su abuelo le pedía algo que era imposible para él.

Un hijo

Simón lo había nombrado el presidente del Grupo Brown de la sede que se encontraba en Caracas, el muy feliz tomo ese cargo, había estudiado por largos años y no era para estar jugando sino para hacer crecer las empresas. Así que lo demás era secundario en su vida.

Su abuelo estaba preocupado porque nunca le había conocido una novia, y siempre se lo reclamaba pero Diego hacia oídos sordos. No quería casarse ni siquiera una relación de un noviazgo, no eso no era para él.

Pero cuando su abuelo le dió el ultimátum no lo podía creer, había sido amenazado por un anciano de 70 años de quitarle su puesto si no le daba un nieto

¿cómo cumplir con tal petición cuando no tenía ni una esposa?

Sumido en sus pensamientos, escucho el golpe en la puerta que lo trajo a la realidad

¡toc! ¡toc! ¡toc!

- Adelante -

Un joven rubio entro en la espaciosa oficina que tenía una decoración muy moderna.

- ¿Quién se ha muerto? - Pregunto arqueando sus cejas

- ¿que tonterías hablas? - Diego dijo en tono gélido su humor no estaba bien del todo .

- Huy ¿problemas de falda? o ¿problemas de anciano? - el joven se burló

Diego lo fulmino con la mirada

- Cállate no estoy de humor para tus bromas

- jajajaja nunca - El joven no paraba de reír - pero vamos anda cuenta, tal vez te pueda ayudar - Lo miro riéndose de su amigo

Diego suspiro al parecer tenía que aguantarse la risa de su amigo

- Es mi abuelo - Dijo luego de un rato de silencio

- Aja - respondio el joven - ¿que pasa con él? o no me digas ¿tiene un matrimonio arreglado para ti, así como le hizo a tu padre?

- Ja si fuera eso tal vez la cosa seria más fácil - dijo con desgano - pero no, al viejito se le ha ocurrido la brillante idea de un bisnieto

El joven abrió sus ojos en grande, incrédulo de escuchar lo que decía Diego y sin poder aguantar se rio a carcajadas

- jajaja jajaja jaja

Diego se molestó por la reacción del rubio asi que le lanzó la lapicera que estaba en su escritorio, en fin para algo más debía servir a parte de escribir con ella

- Cállate Fabián - le gritó -

Fabián esquivo la lapicera pero no podía dejar de reír

- ¿hablas en serio? - pregunto cuando logro calmarse

- ¿me ves cara de payaso o que? - pregunto frustrado

- Creo que debes calmarte, mejor vamos por unos tragos - sugirió

- Si tienes razón me hacen falta

( la oficina de Diego)

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Feliz tarde

😘

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