Wendy

Wendy, Wendy - Una señora de unos 45 años entro en la habitación - vamos niña levántate

la joven se enrollo más en las suaves sábanas de su cama, no tenía intención de levantarse

- Mamá, no quiero - susurro aferrándose a una almohada

- cariño, la universidad tienes que asistir a clases

- Odio los lunes - Wendy hizo un puchero, y se sentó en la espaciosa cama

- Vamos no seas perezosa - Paula se cruzó se brazo, se aguantaba las ganas de reír al ver a su hija actuando como una niña de 5 años - tienes que terminar la carrera

- si, si mama lo sé - Wendy suspiro y al no tener más opción se levantó.

Arrastró su cuerpo hacia el baño, se cepillo los dientes, peino su cabello e hizo su rutina facial, algo que no podía faltar en el día. Al salir del baño su madre todavía estaba en su habitación, sentada en la cama

- Ahhh - grito Wendy haciendo que su madre se sobresalté

- por Dios niña - Paula se sujeto el pecho - ¿por qué tienes que gritar de esa manera?

- Tienes la culpa mamá, pensé que ya te habías ido - respondió en su defensa - es raro que te quedes aquí, si ya me has levantado

- Solo quería decirte algo - Su voz se volvió sería, ya no tenía esa sonrisa en su rostro

Wendy se preocupo, y un presentimiento en su corazón la ha estremecido

- Madre ¿que pasa? no me asustes ¡por favor! - pidió y la tomo de las manos, le dió besos y la miro - dime ?que tienes?

- Tranquila mi niña, tampoco quiero que te alarmes tanto, es solo para recordarte que hoy tengo la cita con el doctor

- Oh por Dios, perdóname - Wendy se soltó y se coloco las manos en su rostro - lo olvide - hizo un puchero - ¿cómo pide olvidar algo así?

- Tranquila mi pequeña Wendy - Paula le palmeo el hombro no le gustaba ver a su hija que se preocupara tanto - es que tal vez hoy no almorcemos juntas ¿no te molesta?

- Madre, pero tienes que escribirme en cuanto salgas, hoy también estaré ocupada - dijo Wendy al recordar lo que debía estudiar de una materia - también te lo iba a comentar que no almorzariamos juntas

- no te preocupes, mi niña ya que Carmen irá conmigo y quiere que demos un paseo - Paula sonrió

- saber eso me deja más tranquila - Wendy suspiro aliviada - iré a cambiarme no quiero llegar tarde

- El desayuno está listo, te espero abajo - respondió Paula

Wendy asintió y corrió a su armario en busca de la ropa, su madre antes de salir de la habitación la llamo

- Wendy

- ¿si? - ella detuvo sus acciones y la miro

- Recuerda siempre, primero los estudios y luego todo lo demás

- claro mamá, no lo olvido y más si me lo recuerdes todos los días - Wendy bromeó alegre haciendo que su madre sonriera

Paula no dijo nada más, ella era una mujer que había quedado sola con su hija, cuando está solo apenas tenía 12 años, su esposo había muerto en una misión que tuvo estando en la marina. Lo que más le preocupaba era que su hija no logrará terminar su carrera, estaba estudiando Bioquímica y quería ejercer su carrera. Wendy apenas tenía 20 años y estaba en su tercer año. Era una muchacha de tez blanca, sus ojos grises y el cabello color castaño con mechones rubios. Muy alegre y positiva a la hora de cualquier problema que se presente.

Para Paula, su amada hija era su única familia más cercana y ya que sus familiares eran lejanos y no tenía muchos contactos con ellos, debido a que nunca aceptaron su matrimonio con su amado Rodrigo, asi que eso la llevo a vivir en un país extranjero y una ciudad totalmente desconocida, lo que también incluía el idioma.

Al morir su esposo fue el dolor más grande que había experimentado en toda su vida, pero tenía que reunir las fuerzas necesarias para salir adelante no solo por ella sino también por esa pequeña que había quedado sin padre.

Paula creyó que el dolor de la muerte de un ser amado era el dolor más insoportable que experimento, pero lastimosamente se había equivocado, al principio no se preocupa tanto ya que sabía que Rodrigo tenía una pequeña riqueza que de seguro ella la heredaría y con eso bastaría para cubrir los gastos de ambas. Nunca estuvo más equivocada que ese día cuando ese pensamiento se le cruzó por la mente.

Un año después de la muerte de Rodrigo se enteró que él nunca murió en una misión de la marina, más bien el día de su muerte andaba con su amante. A Paula se le desgarro el corazón ante esa noticia, pero las pruebas estaban claras, su amado Rodrigo siempre le fue infiel y nunca valoro cómo esposa.

El abogado le había notificado de la lectura del testamento, pero era necesario que tres personas más tenían que estar presentes de lo contrario no se le daría lectura. Y así pasaron los años.

Justo cuando está pasando por un problema de salud, el abogado la contacta para decirle que la lectura del testamento se haría.

Wendy por su parte estaba ajena a todo lo que su madre, soportaba aunque tenía la corazonada que algo andaba mal, no lograba saber que era.

Nunca ha tenido algún novio, ya que su madre siempre la ha aconsejado una y mil veces que primero son los estudios, su carrera y que luego los demás, Wendy no la quiere defraudar, es la mujer que me ha dado la vida y se ha esforzado tanto por darle lo mejor.

¿pero que pasaría si la vida decide jugarle una mala pasada? ¿que pasaría si cuando tú torre de fortaleza se derrumba y ya no está más? ¿a qué estaría dispuesta nuestra querida Wendy?.

Está es su historia y veamos cómo ella logra afrontar todos los obstáculos, solo para llegar a la cumbre de la victoria.

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Feliz noche mis queridas lectoras, aquí de nuevo con una nueva historia, espero que la disfruten la comparto con todo mi corazón. Cualquier consejo en cuanto a escritura y ortografía están bien recibidos.

Por los momentos no estaré actualizando tan seguido, pero me esforzaré para que no sean tantos días sin un capítulo.

De antemano gracias por el apoyo que me dan.

las quiero mucho.

Adai 💜

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