Flashback...
Valentina llega muy enojada a su casa por las palabras de Jade y Uriel que la hicieron explotar. Empieza a idear un plan.
Cuando llega la mañana, sube a su auto de niña rica y mimada y monta guardia a las afueras de la casa de Uriel y Jade, esperando que Jade quede sola para entrar a confrontarla. Mientras vigila, observa cómo Uriel parte en su coche y Jade lo acompaña. Se queda parada en la acera de su casa observando cómo el auto de Uriel se aleja. Después se da la vuelta y cuando está a punto de subir los escalones de su casa, siente un jalón del pelo y de inmediato reconoce la voz.
Fin de flashback...
- Suéltame Valentina, qué bajo has caído -grito mientras trato de sacarme de ella.
- Cállate, gorda asquerosa.
- Te lo pediré a las buenas, suéltame -grito.
- ¿Qué está pasando aquí?
- ¿Uriel? -
Parado en el semáforo, volteo a ver a una señora que vende unas hermosas rosas rojas. No puedo evitar pensar en mi Jade, y mientras espero que cambie el color, la señora se me acerca ofreciéndome sus flores, las cuales no dudo ni un segundo en comprar. Pero después pienso que no tiene caso ir a la oficina y cargar todo el día las flores, así que doy la vuelta y cuando llego a casa, lo primero que veo es a Valentina agrediendo a Jade, lo que me hace gritar de inmediato y así hago que Valentina suelte a Jade.
- Amor, esta mujer vino a nuestra casa a agredirme -digo mientras acomodo mi cabello.
- ¿Qué es lo que has hecho Valentina? ¿Cómo te atreves a venir a mi casa y agredir a mi mujer?
- Por ti, porque no voy a aceptar que estés con esta que conmigo, mírame -se señala.
- Ja, ja, ja, por Dios, si sabes que puedes ir a la cárcel por estar aquí ahora mismo.
- Sé que tú no te atreverías -mientras acaricia con su dedo la mejilla.
- Él quizás no se atreva, pero yo sí. ¿Qué te pasa, estúpida? ¿Crees que puedes venir aquí, hacer tu show e irte como si nada? Pues te equivocas porque me la vas a pagar -le doy una bofetada que la hace caer al suelo raspando su rodilla, pues cargaba una falda.
- Ves, Uriel, ella me agredió. Es ella quien merece que la policía se la lleve.
- Cállate, Valentina. No sé mucho de asuntos legales, pero estoy muy seguro de que quien saldría muy perjudicada serías tú - le digo mientras extiendo mi mano para ayudarla a levantarse, pues soy un caballero.
- Bueno, sí, pero no es para tanto - hace pucheros.
- Qué sínica eres, mujer. Lárgate de nuestra casa ahora mismo - señalando con el dedo hacia la calle.
- Me iré, pero créeme, Uriel, que cuando te digo que cometes un gran error al estar con esta gorda, hablo en serio. Está bien, no me hagas caso a mí, pero nuestras familias no se quedarán de brazos cruzados y tú mejor que nadie lo sabe.
- No, no tienes que preocuparte por mí. Resuelve tus propios asuntos. A mí déjame fuera.
- Ya oíste, flacucha. Ahora vete.
Qué rabia he sentido por esta mujer. Lo bueno de todo esto es que le di su buena cachetada. Me tiene harta. ¿Será una piedra en el zapato? No niego que sentí mucha pena por ella. El buscar a un hombre de esa manera es caer muy bajo. El verla partir volteando a ver atrás, toda fría, se ve que nunca ha recibido amor sincero. ¿Tal vez lo tuvo con Uriel?
- ¿Amor, estás bien? Una disculpa, cielo - la abrazo ayudando a que suba las escaleras.
- Estoy bien, cariño, pero no tienes por qué disculparte, ya que no es tu culpa. Aún no sé cómo fue que duraste tanto con esa mujer.
- Ya sé, cielo, pero ella no era así. Pero sabes, me alegro de saber quién es ahora. Además, gracias a su comportamiento es como te conocí - digo mientras cierro la puerta.
- Está bien, amor, no te preocupes. ¿Pero dime, a qué has regresado a casa?
- Oh sí, espera, ahora vuelvo - recuerdo las flores.
- ¿A dónde vas? - grito.
- Al auto - grito.
Me dirijo al auto bajando los escalones muy rápido, pues con toda esta situación he olvidado las flores. Cuando me acerco, noto que ya están un poco marchitas, ya que es una mañana bastante calorosa aquí en Jalisco. Me detengo un poco a pensar mientras miro hacia la puerta, preguntándome si le he de dar las flores a mi amada.
Estoy un poco nerviosa porque Uriel ha ido al auto, supongo que se le olvidó algo y por eso ha regresado. Mientras me apoyo en la silla del comedor, miro a qué hora regresará. No puedo evitar caminar hacia la puerta para asomarme y ver qué es lo que está haciendo. Para mi sorpresa, está con un ramo de flores en la mano, las cuales parecen un poco maltratadas. Él está mirando el suelo con una mano en la cintura, muy pensativo. A lo cual le silbo y él levanta su cabeza, me mira y camina muy despacio hacia mí.
-¿Y eso? -le pregunto mientras le sonrío muy coqueta.
-A ver, amor, vi estas hermosas flores y pensé en ti. Es por eso que regresé para dártelas. Pero, pues ya sabes, me encontré con la escena de esa mujer -digo tartamudeando.
-Cariño, qué bello detalle. Nunca antes nadie me dio flores -mientras las tomo y las huelo.
-Sí, amor, pero están por morir. Si quieres, dámelas. ¿Cuándo regrese te puedo traer unas frescas? -estiro mis manos para tomarlas.
-Oye, no, no me las quites si me gustan, amor -las abrazo y sonrío.
-Qué hermosa sonrisa. Hace que quiera comerte a besos -pongo mis manos en su cintura para besarla.
-Yo también quiero besarte, ya que ayer cuando salí del baño te vi dormido. Yo pensé que íbamos a tener una noche muy agitada -le digo mientras lo tomo de la corbata y rozo mi nariz con la suya.
-Sabes que, preciosa, el trabajo puede esperar -la tomo hacia mí y le empiezo a dar besos profundos y fuertes para poco a poco guiarla hacia el sofá donde la recuesto colocándome arriba. Empiezo a desabotonar su blusa y a besar su cuerpo para después hacer la mía.
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Comments
Estrella Guadalupe Martinez Vera
Esa zorra les va a causar muchos pero muchos problemas y espero que no aparezca el tarado del ex de Jade
2024-04-15
1
Marita Araya
caballero y todo;!!! pero eso no se hace Uriel, ella es simplemente una perra, debes de dejarla en el suelo como la basura que es, ella agredió a tu mujer...
2023-12-30
2
Aranithaa
Que románticos.
2023-09-25
4