Te cuidare

Sé perfectamente de qué va a hablar ahora mismo, sé que se molestó cuando le dije que compraría la pastilla. Una parte de mí quiere decirle que dejaré que pase lo que tenga que pasar, que no importa, porque él es el hombre del que estoy enamorada desde niña y eso es más que suficiente para que quiera que sea el padre de mis hijos. Pero, ¿cómo decirle que estoy profundamente lastimada? Que cuando me miro al espejo veo a una mujer débil, a una mujer que no sabe cómo enfrentarse al mundo y que finjo ser fuerte con quien creo que puedo, pero que no soy más que una mujer asustada con mil inseguridades. ¿Cómo decirle que cuando camino siento como si fuera por un túnel oscuro donde soy yo solamente?

Mientras miro sus hermosos ojos, puedo sentir mucho miedo, miedo a perderla. Qué estúpido como pude enojarme por una tontería. Es verdad, ella no está segura. Puedo ver mucho miedo en ella, miedo a que la vuelvan a lastimar. Oh, pequeña, aunque tratas de ser una mujer fuerte, puedo notar el gran miedo que sientes y lo herida que estás. Aunque sé que las has vendado, aún duelen y te provocan inseguridad. Pero mi amor, te prometo que viviré para ti y haré lo que tú quieras, pienso mientras tomo sus manos para decirle lo siguiente:

—Hermosa, sabes que nos conocimos de tiempo atrás. Claro, yo fui en aquel tiempo un pequeño patán —ríe—. Quiero que sepas que cuando dijiste que te cuidarías para no tener bebés, algo en mí pasó. Sabes, me molestó porque yo quiero vivir contigo de ahora en adelante por siempre, y no me importaría tener un bebé contigo. Lo cuidaría porque viene de ti, de ambos, de la pasión y amor que sentimos. Siento que no hice las cosas bien al molestarme, pero si eso te hace querer regresar con tus padres, lo entenderé —mientras baja su cabeza.

—Amor —mientras levanta su cabeza—, siento mucho que llegáramos a este momento, pero igual nos sirve para conocernos, ya que no somos personas perfectas. Antes de ti, yo viví en mi habitación y, la verdad, te seré sincera, no tenía ganas de vivir hasta que te volví a ver, aun sin saber quién eras. Sentí algo que me hizo sentir en calma, es como si volviera a sentir aliento de vida. No te prometo que seré la mejor mujer para ti, ya que con el pasar del tiempo voy a agarrar experiencia o, mejor dicho, aprender a ser la mejor mujer para ti —mientras lágrimas recorren su mejilla.

—Cielo, mi amor, estaremos bien. Ven acá. -Mientras la abraza, toca la ventanilla del auto.

—¿Quién es?

—Amor, quédate en el auto. Es mi padre. Ahora regreso.

—¿Qué? ¿Por qué? -Digo mientras él baja del auto.

—Papá, ¿qué haces aquí? -Mientras siento un fuerte puñetazo en la cara.

—Te crees tan especial y así le pagas a tu familia dejándolos en vergüenza en la boda. Así fue como tu abuelo te educó.

—Aun cuando yo te explicara, tú nunca me creerías. Además, ya estoy grande para tomar mis propias decisiones. -Digo mientras son interrumpidos por Jade.

—Amor, ¿estás bien? -Corro a ver si se encuentra bien, ya que mientras estaba en el auto vi cómo su padre lo golpeaba.

—¿Esta quién?

—Ella es mi mujer. -Digo con firmeza.

—¿Qué estupidez estás diciendo, Uriel? ¿Acaso te volviste loco? Dejaste a esa belleza de Valentina por esta. -Mientras mira a Jade de pie a cabeza.

—Esta tiene su nombre, papá. Se llama Jade y es la mujer a quien quiero.

—Ja, ja, ja. Sabes, hijo, había escuchado de hombres que dejan a su mujer, pero cuando le preguntas entonces por quién dejó a su esposa, es entonces cuando dicen "por ella" y cuando volteas, ves a una chica espectacularmente hermosa, como si fuera modelo de alta costura. Pero tú, hijo mío, sí que te manchaste, cabrón. -Riendo.

—Usted qué sabe de amor, si nunca ha amado y mucho menos lo han amado. Valentina es un asco de mujer. La encontré horas antes de la boda con otro tipo en la cama y sabes que, papá, fue lo mejor, porque gracias a ello conocí a esta hermosa y magnífica mujer. Y no me voy a separar de ella. Y si no te gusta, pues ni modo, papá, pero yo de ella no me alejo. -Digo mientras lo miro a los ojos fijamente.

—Como quieras, pero debes saber que de mí no vas a tener ni un solo peso.

—Por favor, papá. ¿Tú crees que yo dependía de ello? Si hay algo que le tengo que agradecer a mi abuelo es el hecho de que me enseñó a hacer dinero.

—Ya veremos si un día no vienes a suplicarme de rodillas que te apoye. Y sabes que, hijo, si te apoyaré siempre y cuando no estés ya con esta chica. -Los mira fijamente mientras se va.

—"Amor, por favor, discúlpame. No te diré nada bueno de mi padre. Él siempre ha sido así, un canalla, desde que triunfó en sus empresas. El cambio fue completo. Amor, no tomes en cuenta las cosas que te dijo, por favor."

—"No, no te preocupes, entiendo y créeme, he recibido insultos peores", ríe.

—"Mi amor, mi hermosa compañera, no dejaré que nadie te haga daño, ¿ok?" mientras le acaricia la cara para después besarla.

—"Lo sé, cariño", sonríe.

—"Ven, entremos a nuestra casa."

—"Sí, claro."

—"Amor, quiero que me digas si no te sientes cómodo en esta casa. Podemos buscar una más grande. No importa si es más costosa. Tengo muchos contratos en camino y podremos pagarla sin problemas."

—"¡Qué! Claro que no. Esta casa es mucho más grande que la de mis padres. No necesito una más grande, bebé."

—"Je, je, je, muy bien mi amor, bien. Pues, bienvenida", mientras abre la puerta y extiende sus manos enseñando la casa.

—"Wow, tienes una casa muy hermosa."

—"Oh, no, no, corrección. Ahora es también tu casa", levanta una ceja mientras sonríe.

—"Lo sé, mi amor. Muchas gracias. Eres tan lindo."

—"Y si soy tan lindo, merezco un besito o más que un besito."

—"Mmm, pues sí, pero después de ponerte hielo en esa mejilla. Y además, tienes que cenar algo."

—"Ok, amor, pero hay un problema."

—"¿Cuál?" mira seria.

—"No desayuno aquí ni como ni nada por el estilo. Es por eso que no encontrarás nada en la cocina."

—"Oh, bueno, para eso está Uber. Aún no son las diez, así que podemos pedir cena y algunas cosas para el desayuno por la mañana."

—"Mi cielo, creo que mi vida va a cambiar mucho contigo a mi lado", mientras la tomo por atrás y la abrazo, dando pequeños besos desde su hombro hasta su cuello. Después, la volteo hacia mí y la beso profundamente, tomando su cabeza con mis manos, mientras la beso apasionadamente. En ese momento, el timbre suena.

—"Oh, lo siento, tocan. Iré a abrir", mientras lame sus labios.

—"Sí, amor, ve. Pero continuaremos donde nos quedamos, ¿eh?" mientras se quita el saco para colocarlo en el sofá.

-"Si grito mientras voy pensando que rápido ha llegado el Uber, al abrir la puerta vi a una mujer alta con cabello castaño, quien me mira de pies a cabeza, haciéndome a un lado para entrar a la casa.

—Dile a tu jefe que estoy aquí —mientras se queda esperando una respuesta.

—¿Quién es usted? —pregunto mientras escucho la voz de Uriel al fondo— ¿Valentina?"

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