AMOR... Una Simple Transacción.
Me encontraba en la iglesia, haciendo mis oraciones para que todo saliera bien en cuanto a que mi enamorado pudiera hablar con mis padres sobre nuestra relación, quizá mi madre era la que mas me preocupaba debido a que nunca aceptaría a un hombre que no tenga un apellido y mucho menos propiedades, siempre el apellido Beristain Curiel tenía que estar en lo mas alto y claro mi padre al haber dejado el ejercito con un alto grado de Coronel, era no menos que mi madre desearía para mi.
-Niña, no se puede demorar- Me dijo asustada Jacinta, ella siempre me acompañaba donde fuera a estar, mi madre nunca me permitía salir sola por los revuelos que daban los soldados y la mismas personas tratando de demostrar que ellos siempre podían mas que cualquier cosa.
-No te preocupes, mi madre sabe que vine a la iglesia- Le dije sonriendo… La preocupación de Jacinta siempre era el miedo tan grande hacia mi madre. Mi madre era una mujer muy dura y segura de si misma, le tenía sumo respeto, pero habían cosas que de igual manera me preocupan, sabía que tarde que temprano al no tener novio mi madre podría empezar arreglar mi matrimonio que como siempre me lo había echado en cara, mis amistades ya estaban casadas y con familia mientras que yo estaba aun soltera, pero mis padres no sabía que estaba saliendo a escondidas con un soldado militar que era el hombre mas increíble de mi vida, esperando que por fin los conozcan y lo acepten.
-Ahora regreso, Alejandro ya debe estar en el kiosko- Me levanté persignando para salir apresurada ya que era la hora de encontrarme con él.
Apresuré mi paso, tenía que llegar donde estuviera esperando, miraba por todos lados con el miedo de que podía ser vista por alguien conocido e irían rápidamente para avisar a mi madre y lo que menos quería es que le llegaran los chismes a mi madre sin siquiera darme la oportunidad de hablar con ellos.
Desde lejos miré una sonrisa encantadora que me miraba con desesperación para tenerme cerca…
Alejandro: ¡Romina!
Me acerqué haciendo señal de silencio.
Romina: Tranquilo, nos pueden ver y escuchar. ¿Hoy hablarás con mis padres, verdad?
Alejandro: Mi amor, hemos hablado del tema, tus padres no me van aceptar, no tengo un apellido que lo respalde propiedades y mucho menos una fortuna…
Romina: Entonces… ¿No lo intentarás si quiera?
Alejandro: Si, solo que por ahora no es el momento. Además quería infórmate que parto esta tarde, para el norte.
Romina: ¿Qué dices?
Alejandro: Mi capitán me indicó que tenemos un enfrentamiento y tengo que asistir, pero en dos semanas estaría aquí y entonces hablaré con tus padres.
Mis ojos se llenaron de lagrimas, solo pensar que estaría de nuevo en un enfrentamiento me entraba el miedo de perderlo por una o por otra razón. Mis lagrimas empezaron a rodar por mis mejillas. Él sonrió negando con la cabeza. Me tomó de la barbilla levantando mi rostro para que lo mirara hacia los ojos.
Alejandro: Sabes que me muero sin ti, mi amor, lo eres todo para mi. Regresaré y hablaremos con tus padres.
Asentí con la cabeza, mientras él tomó mi pañuelo para secar mis lagrimas, besó el pañuelo, guardando en su bolsillo de su uniforme…
Me tomó de los brazos, levantándome con él, me atrajo a su cuerpo, juntando nuestros labios. Un beso que decía muchos sentimientos, un beso que movía todo mi ser, un beso lleno de amor y de muchos sentimientos que tocaban cada parte de mi cuerpo, un calor inundaba mi cuerpo sabiendo el deseo que tenía por él y él por mi. Nos apartamos para tomar un poco de aire, rosó sus dedos suavemente sobre mi rostro.
Alejandro: Prometo estar en contracto contigo.
Romina: Por favor, cuídate.
Alejandro: Lo haré.
Me dejó un beso en la frente alejándose para marcharse al campamento de los soldados, me senté de nuevo dejando caer mis lagrimas, Jacinta que me apoyaba se me acercó abrazándome con fuerza.
Jacinta: Mi niña, si la señora se entera, usted sufrirá mucho y de paso yo también.
Negué con la cabeza, no quería que mi madre nos llamara la atención así que le indiqué que era hora de marcharnos para la casa que nos estaban esperando de seguro preocupadas.
Madre de Romina:
Miraba el reloj una y otra vez, sabiendo que de seguro nuevamente Romina se había ido con Sofía su amiga sin mi permiso.
Roberta: Cuando llegué Romina me va a escuchar.
Rebeca: Hay Roberta, siempre andas regañando a Romina.
Roberta: Su padre, como siempre la anda consintiendo de todos sus caprichos y le ha estado dando demasiada libertad, no me obedece, le dije que llegara temprano, ahora que despierte su padre a ver… va ser lo primero que pregunte.
Negué con la cabeza, miraba a mi marido, que tomaba una pequeña siesta por el medicamento que tomaba, se veía demasiado enfermo y ya su enfermedad del corazón lo estaba consumiendo sin remedio.
Escuché la puerta abrirse escuchando las voces de Jacinta y de Romina que venían muy platicadoras, miré cuando pasó Jacinta hasta la cocina mientras que Romina entró con su hermosa sonrisa. No cabe duda que mi hija es tan hermosa que aun no entiendo por que no ha encontrado novio.
Romina: ya llegué.
Roberta: ¿Se puede saber donde te andabas?… ¿por que te tardaste tanto?
Romina: Estuve en la iglesia pidiendo por la salud de mi padre, luego me encontré con Sofía que nos pusimos a platicar y se me pasó el día volando. ¿Cómo sigue mi padre?
Roberta: Se quejaba de un fuerte dolor en el corazón. A lo mejor se lo causa en no saber para cuando vas a decir tener novio y casarte.
Romina me miró de manera que sabía que me diría la misma cantaleta de siempre, que no le ha llegado la persona que ella quiera y ame. Pero no me la dejaría montar por mi propia hija, esas salidas que ha tenido muy seguidas con mucha tardanza me estaba dando que pensar.
Romina: Madre, te he dicho que cuando llegue el hombre indicado sin duda que tendré que casarme, pero ahora pienso que él hombre indicado llegará a mi vida lo mas pronto posible, quizá en un día que no nos imaginamos.
Mi hermana y yo nos miramos sorprendidas de sus palabras, como bien dije esas salidas me daban que pensar, Romina es una chica muy hermosa y joven y mi pesar sería que se fijara en un muerto de hambre sin oficio ni beneficio, y no quiero que nuestro apellido este por toda la ciudad a costa de las habladurías por parte de mi propia hija para que luego sea mas difícil conseguir marido.
Roberta: Eso espero Romina y que estas salidas que haces tan tardadas no sea por que nadas por allí viendo que hacer y en que perder tu tiempo.
Me levanté dejando solas a mi hermana y a Romina…
Romina:
Negué con la cabeza al ver a mi madre marcharse de donde nos encontrábamos, ella siempre hacía ese tipo de comentarios para hacerme sentir mal sin importarle que lo que dijera me ofende…
Romina: Por que mi madre siempre me hace esos comentarios.
Rebeca: Bueno hija, es que has estado saliendo mucho y además tu madre piensa que ya es hora que debas tener un esposo.
Romina: Lo voy a tener, pero no es con quien ella quiera, sino con el hombre que yo decida.
Rebeca: Bueno, hija entonces hazlo, conoces a tu madre y cuando ella decide no hay poder de Dios que la haga cambiar de parecer.
Romina: ¿Y por que solo yo?. ¿Por que tampoco le han buscado esposa a Roberto?… ¿Por que solo a mi me quiere casar y siempre me dice lo mismo?.
Rebeca: Mi amor, tu hermano es hombre, él es quien escoge esposa, Mi cielo, sabes lo mucho que te quiero pero la verdad no hagas que tu madre arregle tu matrimonio.
Negué con la cabeza sintiendo un dolor terrible por la incomprensión de mi madre, sabía que ella tarde que temprano tomaría decisiones por mi y lo que menos quería era pensar en el simple hecho que mi madre me imponga un marido cuando lo único que quiero es que se me dé la oportunidad de hacer mi vida a mi manera sin tener que aceptar las decisiones de mi madre.
Romina: Mi padre esta de acuerdo que sea quien decida sobre el hombre que quiero en vida y como esposo.
Rebeca: hazlo mi hijita, pero de ya. Si tu madre habla con tu padre y deciden los dos por ti, entonces ya no habrá nada que hacer.
Miré a mi tía, ella siempre que me decía algo era por que mi madre de seguro ya le había dicho algo y estaba en conocimiento de lo que mi madre quería para mi vida.
Romina: Hablare con mi padre.
Tomé mis cosas saliendo de la sala donde nos encontrábamos, la única solución sin duda era hablar con mi padre que él si me entendería en todo momento.
***Hola amigos lectores, espero contar con el apoyo de ustedes para esta nueva novela que les presento...
Contaremos con el instagram de las novelas
@lucymomhistorias
donde compartiremos avances de la novelas y sobretodo los capítulos que por regla no se pueden compartir en la aplicación.
Espero que logremos como siempre manejar todo con mucho respeto.
No se les olvide dar me gusta y seguirnos para mas capítulos. Esta comunidad apenas empieza arrancando desde cero***.
Romina
Alejandro
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 170 Episodes
Comments
Lucy Nelly Olivares
mi querida Lucy mie*ntras tú actualizas la novela *entregando vidas* me incorporo a buscar otras novelas tuya q me encanta ahora leo amor...una simple transacción
2024-02-11
3
Yarlenis Orozco
Comenzando a leer tus historias escritora. Gracias
2023-09-23
1
MARY GONZALEZ
Por aquí comenzando a leer, siguiendo las recomendaciones de la escritora.
De primer plano, ya m encanto esta novela, como tus otras novelas.
Aquí seguimos lucy. Saludos.
2023-09-16
1