Cap 6: primer día de clase

Tanto Arkon como Marina se quedaron mirándose en silencio.

< de todas las clases tuvo que terminar en esta. > pensó Arkon con molestia mientras miraba fijamente a Marina con su típica expresión indiferente.

Marina sentía como los ojos de aquel chico atravesaban su alma.

< parece que si me recuerdas. > pensó Marina intentando mantener una sonrisa forzada. < Muy bien Marina, esta es tu oportunidad de disculparse y tal vez así podamos ser amigos o aunque sea deje de mirarme de esa forma. >

Reunio el valor y camino directo a él quedando frente a Arkon.

— di- disculpé — empezó Marina la conversación pero no podía evitar tartamudear. — yo solo... quiero decir...

En ese momento la puerta del salón de clase se abrió con fuerza causando un gran golpe contra la pared.

— muy bien mocosos, vayan a sus asientos ahora mismo. — ordenó una mujer de mediana edad de cabello castaño amarrado en un moño y con un uniforme de maestro negro.

Era la profesora Wanda Flanigan, si alguien se fijará más de cerca notarían sus ojos enrojecidos debido a que estuvo llorando.

Apenas la profesora dio la orden, todos los estudiantes inmediatamente se sentaron en los lugares que escogieron quedando únicamente Marina de pie.

— ¿qué le pasa niña? ¿Acaso no entiendes nada de lo que te digo? — le preguntó la profesora de mala gana

— ¡lo siento mucho! — se disculpó Marina inmediatamente sentándose en el único asiento disponible

Pero aquel lugar era el que estaba detrás de Arkon.

< ¿qué carácter tiene esa profesora, al menos ahora puedo disculparme con Arkon con más calma. >

— atención todos ustedes, soy Wanda Flanigan y seré su nueva profesora durante este año escolar y el último para algunos de ustedes y digo algunos porque a juzgar por sus caras se ve que son idiotas — dijo mientras se sentaba en su escritorio

Ante lo dicho todos los alumnos mostraron gran enojo y ganas de insultar a la maestra pero se aguantaron.

Por su parte, Marina intento tocar la espalda de Arkon para así llamar su atención pero...

— ¡Aquella que se llame Marina venga al frente y preséntese ante la clase!— ordenó la profesora

Inmediatamente, Marina se levantó y fue al frente de la clase.

Podía sentir todas las miradas de los presentes sobre ella incluyendo la de Arkon aunque este la miraba con un poco de interés.

— mi nombre es Marina y este es mi primer año en esta academia. Espero llevarme bien con todos y que podamos ser muy buenos amigos. —

— ¿apellido? — pregunto la profesora

— no tengo apellido, soy huérfana...— Marina dijo lo último en voz baja esperando no ser escuchada.

Sin embargo, si fue escuchado por los de la primera fila que pasaron la noticia a los de atrás y sucesivamente hasta que todos se enteraron y comenzaron a murmurar.

— si es huérfana ¿cómo entro aquí?. —

— ¿no debería estar entrenando en grados más bajos que en el último grado? —

— debe ser buena. —

— ya es una cosa soportar a los plebeyos ahora toca aguantar a los huérfanos —

— escuche que hace un mes unos huérfanos asaltaron un carruaje y lastimaron al noble que iba dentro...—

Esta situación dejaba muy incómoda a Marina, como todos comenzaron a hablar de ella esperaba que Arkon también la juzgará pero seguía observándola con la misma expresión ignorando a todos los demás.

— cállense todos, puede que ella sea una bastarda malnacida que se las arreglo para llegar aquí, pero sigue siendo una estudiante y compañera suya. —dijo la maestra aún emborrachada

pensó Arkon.

— ¡no soy una bastarda!— grito Marina irritada por la situación. — estoy aquí porque fui patrocinada por la reina Diance

Al decir eso todos se quedaron en silencio con una expresión de sorpresa.

Pero en la mirada de Arkon no había la misma sorpresa, sino que parecía que estuviera viendo a un fantasma, rápidamente su mirada cambió a ser inexpresiva pero con un brillo de resentimiento.

Después de que Marina terminará su presentación todos los demás se presentaron y la primera clase transcurrió con normalidad.

— Arkon Argenta, escuche que eres un genio así que dime ¿qué rey fundó la torre de magia? — pregunto la profesora

— Lumbert I a los veinte años de vida — respondió Arkon

— ¿la cuarta arma del reino? —

— la lanza de luz—

— ¿el rey que se opuso al reino de Candrus?—

— Victor II —

— ¿Quién creo los fundamentos mágicos? —

— también Victor II —

La profesora Wanda arrugó su hoja con las preguntas y las respuestas, no esperaba que nadie las respondiera, ya que eran preguntas que les iba a enseñar ese día.

Quizo gritar, pero se desmayó sobre su carpeta.

Al rato el equipo de la enfermería se la llevó dejando a toda la clase con estudio libre.

— ¿por qué se desmayó? —pregunto un estudiante

— escuche que su novio rompió con ella antes de la ceremonia y como estaba deprimida quiso beber un poco, pero encontraron en su escritorio una botella grande vacía. — le respondió otro estudiante.

— entonces ¿se estaba desquitando con nosotros? —

Al terminar las clases, los alumnos se dirigieron a sus dormitorios excepto aquellos que vivían cerca y podían irse a sus casas, ese era el caso de Arkon.

Él caminaba de regreso a su casa pensativo sobre cierta chica.

< no cabe duda que ella está relacionada con la joya Aguamarina, puede que sea una reencarnación como yo o algún pariente lo cual no puedo confirmar completamente debido a que es huérfana. Además, si fue patrocinada por Diance, ella debe querer nuevamente el poder de las Joyas, pero ¿por qué? > pensó Arkon.

Se detuvo frente a una panadería y entró.

— hola mamá — saludo Arkon

Su madre Magda lo abrazo.

— Arkon ¿cómo estuvo tu primer día? —

— la maestra se ha emborrachado así que se la llevaron — respondió Arkon

— oh cielos, al menos te fue bien en el discurso ¿no? —

— salió bien — respondió Arkon sentándose en una mesa vacía — ¿necesitas ayuda?

— hoy no...— dijo Magda mirando la panadería casi vacía, entonces recordó algo — oh si, esta mañana encontraron un cadáver debajo del puente que está al otro lado de la ciudad.

— ¿un cadáver? —

— lo más extraño es que el cuerpo estaba sin una sola gota de sangre y sin órganos, según los diarios no había ni rastro de haberle abierto el estómago para sacarle sus órganos. — explico Magda preocupada — aquella víctima era un joven... Arkon, asegúrate ir directamente a casa cuando regreses de la academia.

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