6 años han transcurrido desde que Arkon recupero sus recuerdos y este día iniciaría un nuevo año en la academia, uno que tendría un encuentro... especial.
La Academia Lostia fundada dos años después de la victoria contra los Demonios. Tiene el propósito de entrenar a jóvenes con aptitudes para la magia y convertirlos en grandes magos que algún día tendrán el honor de servir a su reina Diance.
En la entrada de la academia, varios carruajes se detenían para dejar bajar a sus pasajeros que eran hijos de familias de la nobleza.
Esperando en la entrada, se hallaba un joven de gran belleza; su cabello era plateado y lacio amarrado en una cola y un flequillo que cubría toda su frente; sus ojos podían igualarse a los rubíes; su cuerpo no era tan fornido pero no demuestra ser débil físicamente; irradiaba un aura llena de sabiduría, elegancia y misterio.
Aquel joven captaba la atención de la gran mayoría, sobre todo la de las mujeres.
— es el "prodigio silencioso" — murmuró un chico.
— sigue siendo tan atractivo. — dijo una chica ruborizada.
— espero estar en la misma clase que él. — dijo otra chica
— espero que Arkon me dirija la palabra algún día. — dijo otra chica.
Arkon ignoraba todos los comentarios, ya que estaba esperando la llegada de un carruaje en específico hasta que uno se detuvo frente a la entrada y de él bajo una chica de cabello verde largo.
— ¡Arkon! — grito la chica que inmediatamente bajo del carruaje y fue directo a él.
— ¿tuviste un buen viaje, Nami? — le pregunto Arkon con cierta inexpresividad en su voz.
— solo unos baches nada más. — respondió Nami y luego miro el carruaje.— creo que necesitaré ayuda para mover mis maletas a mi habitación.
— olvídalo, los hombres no podemos entrar a los dormitorios de las mujeres. — dijo Arkon sabiendo lo que le iba a pedir.
Nami hizo un puchero e inmediatamente le agarro del brazo.
— no seas así, siempre que tú llevas las maletas lo haces más rápido que los sirvientes. Aunque sea déjalas en la entrada de los dormitorios — insistió Nami
Arkon suspiro pesadamente y termino accediendo a regañadientes a llevar las maletas de Nami hasta la entrada de los dormitorios de las chicas usando su magia psíquica.
Mientras tanto cruzando por la entrada se hallaba una chica de cabello azul claro y de ojos verdes.
— finalmente estoy aquí. — dijo la chica a sí misma. — aún no puedo creer que la reina me permitiera estudiar aquí.
< gracias a que soy patrocinada por la reina puedo estar aquí. Este lugar es más grande de lo que imagine. Espero poder hacer muchos amigos aquí >
Emocionada levanto con dificultad sus dos maletas debido al peso y se dispuso a ir a su dormitorio.
Al principio se hallaba perdida así que intento preguntarle a otro estudiante, pero casa vez que lo hacía la ignoraban o le daban respuestas como: "por allá" "más adelante" "aquí no es". Y así terminó en cualquier lugar de la academia menos en los dormitorios.
< esto es imposible. No creí que la gente de la capital fuera tan maleducada. Por suerte parece que al fin he llegado. > pensó ella aguantándose las lágrimas de alegría
Cuando pensó que todo había acabado la entrada de los dormitorios estaba obstruida por docenas de chicas que observaban emocionadas a algo o alguien.
<¡oh no! ¿Ahora que?> grito interiormente.
— él es más guapo de lo que recordaba. — dijo una chica.
— escuche que sigue soltero. —
— su silencio y misterio son su mayor encanto. —
— le tengo mucha envidia a Nami. —
< tal parece que hay un chico muy atractivo por aquí. >
La chica miró una hoja que tenía en su bolsillo.
< no puede ser... mi habitación está al otro lado cruzando la multitud de chicas enamoradas. Si intento cruzar voy a morir por aplastamiento>
Aun con esos pensamientos, tomo valor y levantó sus maletas para adentrarse en la multitud. No fue hasta los cinco segundos que empezó a recibir los empujones de todas las presentes.
< debo salir de aquí ahora mismo. >
Empezó a poner más resistencia y fuerza para poder salir de esta turba de admiradoras, pero puso tanta fuerza que cuando salió al otro lado se tropezó y estaba a punto de caer sobre alguien.
Sin embargo, cuando a se dio cuenta ella se encontraba flotando. Vio que frente a ella se hallaba un chico de gran belleza que la miraba fijamente con una mirada inexpresiva.
— supongo que ya es hora de irme — dijo el chico que con un chasquido bajo a la chica y la dejo sentada en el suelo.
Aquel joven se fue de los dormitorios pasando sin ningún problema entre todas las chicas.
Una vez que se fue las chicas comenzaron a quejarse
— ¿Arkon ya se va? —
— que mal. —
— y todo por esa chica —
Ante el último comentario todas vieron fijamente a la chica de cabello azul con una mirada asesina.
— ¿vieron como se tropezó para caer en los brazos de Arkon? —
— que atrevida. —
— creo que la odio. —
< adiós a mi deseo de tener amigos. > pensó mientras lloraba internamente
— ya basta todas ustedes. — interrumpió Nami acercándose a la chica de cabello azul para ayudarla a levantarse. — debes ser nueva, siempre es difícil encajar al primer día, si quieres podemos ser amigas.
< ¿se preocupa por mí? Ella puede ser mi primera amiga. >
— pero... — La mirada de Nami se volvió sombría y su sonrisa parecía la de un villano. — si descubro que quieres ligar con mi primo, prepárate para tener una archienemiga
Al decir eso, la expresión de Nami volvió a ser la de siempre
— deberías darte prisa en ir a tu habitación, ya que pronto será la ceremonia de admisión. — dijo Nami antes de regresar a su habitación como si nada hubiera pasado.
< ¿ella quiere ser mi amiga o mi enemiga? >
No obstante, Arkon que iba de camino al auditorio para la ceremonia de admisión, pero su mente se hallaba en otra cosa.
< cuando recordé mi pasado pensé que había la posibilidad de que todos en la batalla reencarnaran... >
Se detuvo en medio pasillo y desvío su mirada a la ventana.
< Esa chica... era la viva imagen de la paladín de la Aguamarina >
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