capítulo 15

Cuando Daniel llevo a su esposa e hijos la entrada se despidió de ellos y volvió junto con su hijo. Antes de poder tomar el ascensor lo vio bajar y dijo.

- ¿A dónde vas? Tú y yo hablaremos seriamente.

Michelle miró atentamente a Daniel y dijo.

- Bien le avisaré a Alessa que ya está desocupada su habitación.

Michelle caminó sin esperar respuestas de su padre y cuando llegó al restaurante vio a Bea comiendo tranquilamente. Muchos hombres observaban en silencio a la mujer, puesto que su manera tan elegante de comer más si postura la hacía resaltar entre los demás comensales. De pronto vio como un chico se le acercaba y le dijo algo a lo que está solo sonrió. Alessandra se levantó de su asiento el chico se acercó más a ella y con su celular saco una foto.

- Muchas gracias, eres más linda en persona.

Alessandra sonrió y dijo.

- Muchas gracias.

El chico volteo y vio la mirada penetrante de Michelle quien ya estaba junto con ellos en segundos. Se apartó rápidamente y vio como Michelle se acercó a Alessa y tomándola de la cintura robó un corto besó.

Bea no era tonta, sabía perfectamente por qué él estaba haciendo eso, pero lo ignoro y dijo.

- ¿Quieres comer algo?

Michelle sonrió y negó con su cabeza.

- No solamente te venía a decir que te veré más tarde. Tengo asuntos que arreglar con el padre de este chico.

- ¿Tan mal ha ido?

- No lo sé, pero ya puse mis cartas sobre la mesa, quien no me respete, no le deberé nada. De Fabricio me encargaré luego, pero de la señora Alicia creo que tendré que soportarla. Al fin de cuentas es la madre de este joven.

- Bueno por mi parte solamente tienes que soportar a Marc, él es un buen amigo. Pero si esa señora me vuelve a provocar la pondré en su sitio, tú sabes que los Stone no dejamos pasar estás faltas.

Lucas sonrió ya que él sabía cuan despiadada podría ser Bea, eso era algo que él le encantaba de ella. Era una mujer fuerte decidida y estaba completamente loca.

Se despidió de ella y volvió junto con su padre quien ya lo esperaba en su oficina. Al ingresar Daniel habló seriamente con Michelle y le dijo que él iba a encargarse personalmente de los asuntos familiares. Luego volvió a tocar el tema de Alessandra y dijo.

- Veo que lo tuyo con esa mujer va en serio, no quiero faltarte el respeto, pero la voy a investigar.

- Haga lo que quiera, yo la conozco perfectamente y nada de lo que encuentre de ella hará que cambie de opinión. Avisalé a su esposa que muy pronto será mi esposa, que se vaya haciendo a la idea o lastimosamente perderemos contactó.- Daniel frunció su rostro y Michelle continúo.- Mi intención no es faltarles el respeto, pero ya no soy el hijo que ella recuerda. Y en cuanto a Fabricio, bueno ella ya le dio una paliza, si con eso no aprendió espero que no se meta cuando mi mujer se ponga aún más violenta. Alessa es una mujer muy dulce y buena, pero no hay que provocarla o si lado oscuro saldrá a flote.

Daniel miró a su hijo sorprendido, ya que él parecía estar muy seguro de lo que decía, no le parecía extraño que se involucrara con ese tipo de mujeres, puesto que él era temido en todo el bajo mundo.

- Muy bien, no hablaremos más del tema, con respecto a la señorita Mancini...

- Eso no está a discusión, hoy envío a dos personas diferentes a atacar a Alessa. Lo siento por tus amigos, pero yo no le diré a Alessa que se contenga. Es una lástima pudo haber vivido muchos años.

- ¿A qué te refieres? Michelle ella es como de la familia si le haces daño...

- Yo no haré nada, pero tampoco voy a interferir en los planes de mi mujer.

- Michelle tal vez no lo recuerdas, pero los Mancini son gente muy poderosa también, si deciden intervenir yo no dejaré que utilices a mi gente para proteger a esa mujer. Lo siento, pero es mucho más importante los negocios que hay entre familia que cualquier posible discordia entre esas dos mujeres.

- Y lo entiendo, espero que cuando Alessa terminé de darle una lección a Bella, su padre lo vea de la misma manera. Estás en tu derecho si quieres advertirle sobre esta situación. Cómo dije, Alessandra no necesita de mi ayuda para encargarse de sus asuntos.

Daniel no dijo nada más y solo se dedicó a hablar de otros asuntos y después de un rato se despidió.

***

En la noche Bella llamó a Alicia para saber cómo están todo y aunque trato de mantener la calma, no pudo evitar estrellar su teléfono una vez que terminó la llamada. No entendía como esa mujer se había atrevido a tanto en tan solamente un día. Frunció su rostro y llamo a uno de los hombres de su padre para hacerle un encargo, debía deshacer de la mujer lo antes posible.

Sin pensarlo más llamó al sujeto y le ordenó secuestrarla. Ella se encargaría de torturarla personalmente. Haría que se alejara de Michelle de una u otra forma.

***

Michelle se encontraba en su oficina cuando sé pronto una mujer de piernas largas entro sin siquiera tocar la puerta. Frunció su rostro, pero pronto una radiante sonrisa se reflejó en él.

- ¿Señor Lucchese no cree que ya me ha dejado mucho tiempo esperando?

Michelle sonrió y dejando a un lado los documentos que tenía en sus manos dijo.

- Lo lamento, me entretuve demasiado. ¿Quién te dijo que estaba aquí?

- El señor Risso.

Michelle se levantó de su asiento y se acercó a Bea para luego besarla.

Bea aceptó su beso gustosa, luego de separarse dijo con voz melosa.

- No vuelvas a olvidarte de mí. Necesito recuperar el tiempo perdido contigo y pienso que está vida no será suficiente.

Lucas sonrió radiante y apretándola contra su cuerpo dijo.

- ¿Y de qué manera te gustaría recuperarlo?

Alessandra sonrió y bajando su mano por su musculoso pecho, llegó hasta su zona íntima y apretando delicadamente su miembro, dijo con voz seductora.

- ¿En serio tengo que decírtelo? ¿O prefieres que te lo enseñe?

Antes de que Michelle pudiera contestar Bea lo empujó contra el escritorio y se agachó quedando a la altura de su miembro. Lentamente, desabrochó su pantalón y una vez su miembro quedó expuesto miró a Michelle directamente a los ojos antes de meterlo en su boca.

Lucas se agarró fuertemente del borde del escritorio y aunque los lentos movimientos de Bea lo estaban volviendo loco, tomo su caballo, lo hizo una cola y empezó a guiar el ritmo. Su ansiedad de más crecía a cada segundo, los ojos cristianos de Alessandra le hacía llevarse de deseo y pasión. Cuando sintió que su dulce boca no era suficiente, tomo su brazo, la levantó del suelo y la recostó en el escritorio. La ansiedad de Lucas era evidente, sin más corrió su diminuta lencería y posicionándose detrás de ella, la penetró. Pronto la oficina se llenó de sonidos obscenos y gemidos...

Al cabo de un rato ambos cayeron rendidos en el gran sofá que se encontraba en la oficina y Lucas con una sonrisa acarició el cabello de Bea.

- Podría pasarme la vida entera así contigo. No sabes las veces que soñé tenerte de esta manera a mi lado.

Bea sintió como un nudo se formaba en su garganta y dijo.

- Lo siento, yo también te amaba, pero también amaba a Santiago. No podía dejarlo...

- Bea yo elegí no compartirte. En esa época la monogamia no aplicaba en los emperadores, pero ahora estamos en un siglo diferente. Esta vez solo quiero que tengas ojos por mí, tú eres mía y solo tienes permitido amarme a mí. Esta vez el egoísta seré yo, jamás te culpe por elegirlo a él, pero en esta vida no me volveré a hacer a un lado.

- No espero que lo hagas.- Bea levantó su rostro y dijo.-Te amo y está vez vine por ti, solamente por ti.

Lucas sintió que su corazón estaba por salir de su pecho. Muchas veces había soñado con que Bea le dijera esas palabras, ella era la mujer de su vida y aunque hubo algunas otras, jamás sintió lo que ella le hacía sentir. Sin dejar de mirarla se acercó a ella y volvió a iniciar un beso que terminó por volver a entender a ambos, sin esperar Bea se volvió a subir en él y mientras meneaba sus caderas encima de él, le repitió una y otra vez que cuánto lo amaba. Así amos pasaron gran parte de la noche hasta que Michelle decidió llevar a Bea hasta su habitación...

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