capítulo 13

Alessandra se encontraba en su habitación cuando de pronto el timbre sonó. Creyó que era Michelle, por eso fue y abrió la puerta sin siquiera mirar quien era. De pronto su sonrisa se borró al ver a Fabricio para en su puerta y este mirándola de pies a cabeza dijo.

- Así que tú eres la nueva amante de mi hermano.

Bea miró al hombre con frialdad pero respondió tranquilamente.

- Su novia. Si soy yo.

Fabricio sonrió y dijo.

- ¿Novia? Pensé que su novia era Bella. Lo siento, es que él cambia de mujer a cada rato, tal vez por eso es la confusión.

- ¿Bella? No, no me suena. Debe ser una más del montón, pero como dije ahora la novia de su hermano soy yo. Vaya al grano señor ¿qué quiere?

-Vine a advertirte que te alejes de Michelle si no quieres que algo malo te pase, Bella es una buena amiga y odiaría verla sufrir...

Bea sonrió y luego estalló en una carcajada.

- Perdón, perdón... ¿Eso fue una amenaza? - dijo con burla.

Fabricio la miro con su ceño fruncido y está continúo hablando.

- ¿Ella lo envío? Si es así dígale que deje de actuar como una niña caprichosa y venga a decirme que quiere a mi hombre en mi cara. Yo no necesito enviar mensajeros, pero ya que le gusta hacer los recados le pediré que le haga llegar está información. Yo no me dejó intimidar y si sigue en esta postura me veré obligada a usar otros métodos para que me deje de fastidiar.

Bea hablaba de forma fría y distante, pero su sonrisa en ningún momento abandono su rostro. La mujer parecía no tenerle miedo así que Fabricio la empujó y entro a la fuerza a la habitación.

- Escúchame tú a mí, zorra, no creas que por qué eres la amante de turno de mi hermano podrás hacer lo que quieras, no eres más que una simple modelucha sin importancia...

Sin que se lo esperara Bea levantó su pierna y golpeó con su pie directamente su rostro. Fabricio que no se esperaba esto se tambaleó, pero antes de poder recobrar la compostura Bea volvió a golpear sus costillas haciendo que el joven cayera al suelo, se acercó rápidamente al tomo su cabeza y apretando con sus brazos su cuello dijo de manera escalofriante.

- Vuelve a insultarme y cortaré tu lengua. No me vuelva a provocar porque no respondo de mí. ¿Queda claro?

Fabricio intentó levantarse, pero la chica parecía tener una fuerza sobrehumana. De pronto la figura de Michelle se hizo visible en la entrada y con una sonrisa dijo.

- ¿Ya se están haciendo amigos?

Fabricio sentía que en cualquier momento se iba a desmayar por la falta de aire, pero Bea decidió soltarlo y luego de levantarse camino hasta llegar a Michelle.

- Algo así, le decía que no soy muy buena cuando la gente me insulta y me amenaza.

- Lo sé linda.

Fabricio miró a su hermano y a la mujer con algo de terror, ya que ambos parecían estar locos, luego de recobrar su aliento se levantó y saco su arma para apuntar a Alessandra, pero está mi siguiera se inmutó.

- Maldita perra quien te crees que eres para...

- Eso no es un juguete, si no quiere salir herido será mejor que lo guarde.

Fabricio sonrió y se acercó un poco más a ella con su arma, pero Alessandra de acero a él, tomo el cañón del arma y descargo la bala de la recámara y saco el cargador en segundos. Con su codo golpeó su nariz que al instante empezó a sangrar y una vez desarmado dijo

- Vuélveme a provocar y dejarás de respirar.

Michelle se acercó a su hermano y también le dio un golpe de en su cara y dijo furioso.

- Te vuelvo a ver cerca de mi mujer y te mato. ¿Queda claro?

Fabricio parando su nariz con su mano dijo

- Esto no se quedará así le diré a padre...

- Dile, y yo le mostraré las pruebas que tengo del auto que tú me regalaste. El auto fue manipulado y casualmente hay registro de que tú estuviste en el garage ese mismo día por mucho tiempo, solo con los autos.

Fabricio miró a su hermano furioso, pero no podía hacer nada, si su padre se enteraba de eso tal vez no lo dejaría ir y lo castigaría por intentar matarlo.

Alessandra sonrió y dijo.

- Déjalo que le cuente como una simple modelucha sin importancia le pateó el trasero. Que vergüenza creí que los hombres de aquí era fuertes, pero veo que solamente es pura fachada.

Fabricio sin querer oírlos más salió de la habitación, pero volteo a ver a Bea y dijo.

- Cuida tus espaldas...

Alessandra sonrió malvada y dijo.

- Cuida la tuya, está vez te estoy dejando ir ileso, tal vez la próxima vez no corras con tanta suerte.

Fabricio salió de allí furioso y cuando las puertas del ascensor se abrieron su madre vio a su hijo lastimado, Alicia salió del ascensor y dijo.

- ¿Qué te paso? ¿Quién te hizo esto?

- La zorra de Michelle me atacó y él no hizo nada para detenerla...

Alicia enfureció y camino por el pasillo hasta llegar a la habitación de Bea, al llegar vio la puerta abierta aún y Michelle abrazándola. Alicia miró a su hijo con enojo y dijo

- ¿Cómo puedes consolar a la mujer que acaba de agredir a tu hermano?

Tanto Alessandra cómo Michelle voltearon a ver a la mujer y este dijo.

- Por qué su hijo a punto con un arma a mi mujer. No contaba con que Alesna supiera defenderse.

Alicia miró a su hijo de reojo y dijo

- Eso es mentira, Fabricio jamás haría algo así. Está mujer lo único que quiere es escalar alto, pero yo no lo permitiré.

Alessandra miro a la mujer seriamente y dijo.

- Señora soy una modelo reconocida, tengo mi propia marca de ropa y los contratos me llueven ¿por qué dice que quiero escalar cuando es claro que yo no necesito ayuda financiera? Estoy con Michelle por qué así ambos lo queremos y solo me alejaré de él, si él me lo pide. Ahora la invitó a retirarse de mi habitación.

- Ja este es mi hotel como te atreves a...

- Se equivoca señora, este hotel es mío y mi padre me dijo que yo soy dueño de decidir quien puede y no entera en él. Les voy a pedir que no regresen o la próxima vez los mandaré a sacar con mis hombres de seguridad.

Alicia caminó hasta Michelle y le dio una bofetada para luego decir furiosa.

- ¿Como te atreves a echar a tu madre de...?

La mujer intentó darle otra cachetada, pero su mano fue atajada por la de Michelle.

- Me vuelve a levantar la mano y se la corto.

Michelle tenía un aura intimidante y en sus ojos solamente se podía ver desprecio y furia. Antes de que alguno pudiera decir nada más el señor Lucchese se hizo presente y dijo con voz fuerte.

- ¿Qué está pasando aquí?...

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