Capítulo 11

*Sofia*

Debo pensar bien las cosas, si bien necesito el título, casarme ya es demasiado, además debo proteger mi dinero, no sea que el dichoso duque quiera quitármelo alegando que es mi esposo.

Ya sé, si no hay más opción, podemos hacer una especie de acuerdo prematrimonial en donde se estipule que cada uno manejará su dinero y propiedades, así lo firmamos delante del emperador y protejo mi dinero y obtengo el título que necesito, además si llegamos a un acuerdo deberá ser una boda sencilla, no quiero que mi maravillosa familia se entere de mi posible matrimonio y quieran sacar ventaja de todo esto.

Bueno, teniendo eso claro, hablaré mañana con el Duque y si todo sale bien podre comenzar con mi venganza muy pronto.

*Esteban*

Estos días evito lo que más puedo a mi madre, me urge que la emperatriz me ayude, por eso hoy fui a verla, pero de camino me la encontré a ella de nuevo, como siempre va distraída y no me ve, así termina chocando conmigo y como ya es costumbre terminamos discutiendo, parece que así será cada vez que nos encontremos.

Cuando llegue al estudio la emperatriz me recibe con una pregunta que no entiendo

- ¿Qué te pareció?

- ¿Qué me pareció qué?

- Pues la señorita con la que posiblemente te vas a casar

- ¿Cómo voy a dar mi opinión si no la he visto?

- Como vas a preguntar eso si los acabe de ver hablando juntos

- No me digas (sonrió sin darme cuenta\, parece que la veré más seguido de lo que me imaginaba)

- Quita esa sonrisa tonta de tu cara y dime que te parece

Me pongo serio de inmediato

- ¿Ella aceptó?

- Aún no\, se supone que vendrá mañana a conocerte\, así que tú tendrás que convencerla para que acepte

- Pero se supone que me ibas a ayudar

- Encontré la novia\, ¿qué más quieres que haga\, me caso con ella también?

- No es eso\, es que no le caigo muy bien

- Pues ese es tu problema\, yo ya hice lo que te prometí\, mañana cuando ella llegue terminaré mi tarea y ya todo dependerá de ti.

- ¿Por qué se lo pediste a ella?

- Ella quiere un título\, pero no quería casarse\, así que le ofrecí casarse contigo\, ya que tú necesitas una esposa y ella un título\, los dos saldrían ganando\, además ninguno quiere casarse\, así que se utilizaran mutuamente.

- Bien\, me parece una buena idea

- Lo es\, yo siempre tengo buenas ideas

- Bueno\, si eres la mejor\, ¿contenta?

- Claro que si

- Jajaja pareces una niña\, ¿sabías?

- Pero aun así me buscas para resolver tus problemas

- Y por eso eres la mejor emperatriz del mundo

- Bueno\, ya no exageres y vete que tengo cosas que hacer

- Bien\, no me tienes que correr\, ya me voy

- No olvides venir mañana

- Si ya lo sé\, no faltaré

Salgo del palacio a resolver algunos problemas, al parecer hay bandidos aún no entienden que no se pueden meter con la gente de mi ducado y tengo que recordárselos.

*Sofia*

Al abrir los ojos me encuentro en una habitación muy oscura, una niña está en el suelo llorando con la espalda llena de sangre, su rostro se me hace familiar.

- ¿Qué te pasa pequeña porque estás así?

Le hablo, pero no obtengo respuesta, es como si no me escuchara, la intento tocar y tampoco puedo

- ¿Qué carajos está pasando?

Escucho que se abre la puerta y entra la condesa

Condesa: ¿Ahora si entiendes?, nunca debes levantarle la voz a Sandra y menos humillarla en frente de todo el mundo.

Niña: Pero madre, yo jamás le levanté la voz, te lo juro, debes creerme por favor. (le decía la niña entre lágrimas, en ese momento me di cuenta de que la niña es sofia)

Condesa: CÁLLATE (Paf), parece que aún no entiendes que no debes hablar, tú simplemente te callas y aceptas todo sin decir nada, ¿entendiste?

Le grita y la jala del cabello mientras la sigue golpeando y yo trato de detenerla, pero no puedo hacer nada, ni siquiera sé qué está pasando.

Niña S: Pero madre..

Antes de terminar de hablar recibe más golpes de la condesa, yo grito y busco la manera de ayudar, pero nada funciona, sofia está muy malherida y la sigue golpeando sin compasión, que clase de persona es.

Condesa: Eso te servirá para que aprendas a respetar, no hablas a menos que se te indique y si se te ordena algo lo debes hacer, no es una opción, espero que así te quede claro.

Veo que voltea y pienso que se va a ir, pero no, busca en un cajón y saca un látigo, mi corazón late muy rápido ¿qué demonios va a hacer?

Condesa: Espero que con esto aprendas de una buena vez cuál es tu lugar.

Niña S: No madre, por favor, te juro que no lo haré de nuevo.

Condesa: ¡Que te calles, maldita sea!

Le decía mientras la golpeaba, yo solo gritaba, cada vez que la golpeaba era como si el látigo también me golpeara a mí.

Sofia: ¡DETÉNGASE, YA NO MÁS!

Gritaba con todas mis fuerzas, pero nadie me escuchaba

Sofia: ¡NO MÁS GOLPES POR FAVOR!

Por más que rogara no pasaba nada, me estaba quedando sin voz, lágrimas salían de mis ojos sin poder detenerlas, esto es inhumano.

En un momento sentí unos brazos alrededor mío y escuché a mi nana

- Mi niña\, despierta que te pasa

Cierro los ojos y los vuelvo a abrir lentamente, me encuentro a mi nana abrazándome y la señora Celia a su lado, ambas me miran con preocupación y yo solo me pongo a llorar, lo que vi fue horrible, quisiera que fuera una pesadilla, pero no es así, es solo una parte del infierno que vivió sofia con esa familia, es el recuerdo del porqué debo vengarme, esos monstruos deben pagar por todo lo que han hecho, por todo el daño físico, mental y emocional al que vivió sometida por su culpa.

- Ya mi niña\, todo va a estar bien.

Quisiera que las palabras de mi nana fueran un consuelo, pero lo único que podrá aliviar mi corazón es la venganza, todo el dolor que ella vivió, ellos lo vivirán mil veces más, no tendré piedad con nadie, todos pagaran por el sufrimiento de Sofia.

Ya en la mañana me levanté más tranquila, pero muy cansada, después de lo que paso no pude volver a conciliar el sueño, eso sumado a que amanecí disfónica, al parecer grite tanto que lastime mis cuerdas vocales.

Cuando llego al comedor ya me están esperando mi nana y a señora Cecilia

- Buenos días mi niña\, ¿Cómo te encuentras?

- Ya mejor nana no te preocupes

- Sabes que estamos para lo que necesites\, no te tienes que guardar todo para ti sola.

- Lo sé señora Celia y de corazón se los agradezco

- No tienes nada que agradecer mi niña\, lo hacemos porque te amamos y queremos que estés bien.

Lo único bueno en la vida de Sofia fue Ana, no he conocido una persona de corazón más noble que el de ella, es la única que realmente amo y cuido a la verdadera Sofia.

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