Capítulo 4

Cuando terminaron de arreglar todo, rentaron un carruaje y partieron al reino de Ilumina, el camino fue bastante largo, ya que este reino se encontraba a una semana y tuvieron que parar a acampar en las noches porque es peligroso continuar mientras está oscuro, por suerte se encontraron con un grupo de mercaderes que necesitaban llegar a la frontera y no tuvieron que continuar solas, lo que sería un gran problema porque no cuentan con guardias que cuiden de ellas.

Cuando llegaron a la frontera se despidieron amablemente de los mercaderes y siguieron su rumbo, pues les tomaría un día llegar a la cabaña que Sofia decidió rentar, pues en esta pueden tener una huerta y así obtener dinero como lo hacían en la casa de campo.

Mientras esto pasaba llegaron los condes y Sandra a la cabaña, la cual encontraron en muy malas condiciones, Sofía no se tomó la molestia de repararla, pues necesitaba todo el dinero posible para irse de ahí y esa tampoco era su casa, así que no le importaba.

El conde veía todo con enojo, por lo descuidada que estaba la casa, no podía dejar a su amada hija ahí y de Sofia no había rastro alguno, mando a buscarla por todo lado, pero no encontraron nada y parecía que se habían ido hace días por las condiciones tan deplorables del lugar.

Condesa: ¿Qué vamos a hacer ahora?, esa idiota fue capaz de escaparse y no sabemos donde está, si la llegan a encontrar será nuestro fin- le decía la condesa a su esposo mientras este se sobaba la cabeza.

Conde: Ya cállate mujer, nadie la va a encontrar, esa niña es tan inútil que no sobrevivirá mucho tiempo y vendrá rogando que la recibamos de nuevo, además para no arriesgarnos la mandaré buscar, no debe haber ido muy lejos.

Mientras los soldados del conde buscaban a Sofia ella muy campante seguía su camino, ya que había cambiado su apariencia, les sería difícil encontrarla, además el conde cree que ella no tiene nada de dinero por lo que no la buscara fuera del reino.

En la cabaña las recibió una mujer mayor muy amable, ella decidió rentar el lugar porque ya no puede cuidarlo por su avanzada edad y su marido hace poco murió, ella solo quiere que alguien cuide esa cabaña que le trae tantos buenos recuerdos y le pareció que Sofia era una buena persona, además Sofia le permitía vivir en la cabaña con ellas y el dinero de la renta le sirve para suplir sus necesidades sin tener que trabajar, pues ya no puede hacerlo.

Después de acomodarse y descansar se pusieron a construir el huerto, la señora Celia (dueña de la cabaña) les ayudaba con lo que podía, ella estaba feliz de tener compañía, así siguieron hasta que pasaron 4 meses.

El huerto iba bien, lo que vendían les daba para comprar lo necesario, pero no era mucho lo que podían ahorrar, por eso Sofia debía buscar otra manera de obtener dinero y lo que se le ocurrió fue crear perfumes a base de plantas, ya que en esa época no eran muy conocidos y le podía generar buen dinero.

Esta idea surge de la profesión que tenía cuando era Maribel, pues era científica y las investigaciones que realizaba estaban relacionadas con el estudio y uso de las plantas en diferentes productos.

Estos conocimientos adquiridos en su vida pasada le servirán para crear sus perfumes y venderlos en la ciudad a las personas de mayor estatus del reino.

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