Capítulo 5

Sofia salió a caminar con el fin de buscar las plantas que necesitaría para crear sus perfumes, en su recorrido encontró jazmines, rosas y gardenias, las cuales posteriormente se dedicaría a cultivar, ya que no puede estar saliendo a buscar al campo cada que se le acaben.

*Sofia*

Con estas plantas que encontré podre empezar a crear algunos perfumes y a medida que se vendan voy buscando más para tener una gran variedad de perfumes.

Cuando llegué a casa mi nana y la señora Celia tenía listo el almuerzo, después de comer salí a buscar lo que me faltaba para empezar la producción de los perfumes, una vez tuve todo lo necesario regrese, cenamos y nos fuimos a descansar.

Apenas salió la luz del sol me levanté con el firme propósito de comenzar mis creaciones, para ello adaptamos el huerto y pusimos una mesa donde se pudiera trabajar libremente, además es inspirador crear cosas nuevas en medio de la naturaleza.

Cuando estuvo listo les pedí que no me interrumpan mientras trabajo, ya que necesito de mucha concentración, ellas accedieron y se marcharon, cuando estuve sola comencé utilizando los jazmines, son flores realmente hermosas, cuando tuve lista la primera mezcla debía dejarla por un tiempo para que se fermente y extraiga el olor de la flor, lo mismo hice con las otras dos dejando todo listo, solo se debía esperar un poco y agregar unos cuentos productos para finalizar.

Utilice todas las flores que recolecte para saber cuantos perfumes salen de la cantidad de flores que recogí, cuando salí de la huerta ya estaba oscuro, lo que significa que no almorcé y por el ruido de mi estómago no me equivoco, entre a la casa y comimos las tres juntas mientras conversábamos de cosas triviales.

*Narrador*

Pasado un mes sofia ya tenía listos los perfumes para salir a vender, la huerta seguía creciendo y todo iba saliendo muy bien.

En este mes busco en la ciudad un lugar donde vender sus perfumes, pues si quiere venderlos a los más adinerados no puede simplemente venderlos en la calle, por eso busca de tienda en tienda, pero mucha gente la rechazaba y así paso varios días.

Cuando estaba por darse por vencida en una tienda un poco más pequeña que las demás donde se vendían algunos productos de belleza, una señora muy amable acepto vender sus perfumes y repartir las ganancias, la dueña de la tienda llamada Maria tendría el 30% de las ganancias por venderlas y ella el 70% restante, le pareció un trato justo y teniendo en cuenta que ya había pasada por todas las demás tiendas esa era su mejor opción.

En cuanto tuvo listos sus primeros perfumes, los llevo a la tienda de Maria, al comienzo no se vendían mucho, pero con el pasar del tiempo se iban haciendo muy conocidos, al pasar 6 meses la pequeña tienda tenía más del doble de tamaño, los perfumes eran famosos y llegaron a ser comprados por la familia imperial, pero nadie sabía quien los creaba.

Sofia decidió ocultarse para evitar el peligro, aún no descubre el misterio alrededor de su nacimiento, o bueno, el de la verdadera Sofia, lo que la mantiene en alerta todo el tiempo.

Por el momento Sofía se dedicó a hacer crecer su negocio, ya que la fama de sus perfumes llego hasta los otros reinos y decidió abrir más tiendas donde venderlos, todo esto lo hacía de manera anónima, pues cuando tuviera el poder y el dinero suficiente investigaría y volvería a devolverle a su familia un poco de todo el amor que le dieron.

Ella se fue a vivir a una mansión con su nana y la señora Celia, ya que no quería dejarla sola, además se ofreció a comprar la cabaña y remodelarla para dejarla como un lugar de descanso y la señora Celia acepto, pues Sofia demostró ser una persona responsable y además cuidaba de ella con cariño como si fuera su propia familia.

En la mansión contrato algunas personas para que las ayudaran, pues ella mantenía muy ocupada y no quería que sus queridas viejitas como las suele llamar tengan que encargarse de todo, cada empleado de la mansión se escogió cuidadosamente para evitar meter malas personas a trabajar con ellas y las personas contratadas eran más que felices, ya que las tres mujeres eran muy amables con ellos y no los trataban como basura solo por ser plebeyos.

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