Noche 4: El Silencio de la Muerte Parte 4

Estuve en cama por casi una eternidad, no sabría decirte específicamente que horas era, solo puedo decirte que diría que era pasada la medianoche, aun puedo recordar cuando me desperté casi de golpe como si hubiese tenido alguna especie de pesadilla, algo muy poco común en mí, lo peor es que no podía dejar de pensar en lo que le había pasado a mis vecinos, era algo que aún no podía explicar, ni siquiera fue por ver los cuerpos de mi amigo sino que fue por escuchar esa maldita frase de "No solo los perros lamen". Fue en ese momento en que pude escuchar a mis padres gritando ferozmente en el piso de debajo de la casa, cerca de las escaleras, aunque para serte franca creo que se escuchaban desde la entrada de mi casa y me entro de nuevo el pánico por oír esos fuertes gritos, no solo por el miedo de saber lo que había abajo, sino que por no saber que les pasaba a mis padres. Aun siendo una niña, no podía quedarme de brazos cruzados escuchando como mis padres estaban en problemas, así que traté de moverme a toda prisa por la escalera para poder llegar rápido a la entrada y poder hacer algo por mis padres, pero desgraciadamente, para mi maldita suerte, mis padres estaban siendo asesinados por una cosa completamente fuera de todo lo que yo conocía hasta ese entonces, era una criatura de color blanco y con una enorme lengua que pasaba por los cuerpos de mis padres lamiendo la sangre que salía de los orificios que el mismo había abierto, yo no podía creer lo que estaba viendo en ese instante, no sabía si era solo una pesadilla de la que no podía despertar o una broma pesada de mis padres para que se me quitara el miedo por la puta historia de mierda, eso hubiera sido lo mejor. Por desgracia, mis suposiciones fueron destruidas cuando la criatura, luego de lamer parte de la sangre de mis padres como si fueran paletas de helado, se levantó y comenzó a oler a oler por todos lados, hasta que al fin detecto mi presencia y me miró fijamente, me miro con sus ojos huecos y negros, casi parecidos a los de The Rake, pero lo peor fue cuando comenzó a tratar de hablar.

-No... solo... los perros... lamen...-en cuanto dijo esa frase, con ese tono como entrecortado por la sangre que le caía de la boca, mis ojos se pusieron a llorar casi por inercia, mis piernas no querían responderme, no podía moverme para poder escapar del lugar, sentía como si todo mi cuerpo se hubiera paralizado por completo y lo único que podía mover eran mis ojos para ver como la cosa se acercaba a mí lentamente por la escalera, sentía que ese iba a ser mi último momento para salvarme y reuní todas las fuerzas que me quedaban para comenzar a correr de vuelta por la escalera y así poder esconderme de la criatura, pero al subir me tropecé con la alfombra que había desordenado antes al bajar a toda velocidad para ver a mis padres, no tuve más opción que comenzar a arrastrarme para que la criatura no me alcanzara, a cada paso que me arrastraba miraba para atrás y veía como esa cosa se acercaba más y más hasta donde yo me encontraba, pude ver con horror como toda la sangre de mis padres estaba esparcida por todo su cuerpo, era algo asqueroso, horrible y me daba una impotencia enorme al saber que ya no podría ver a mis padres nunca más por culpa de esa cosa del demonio.

-No te acerques... aléjate... déjame en paz-las palabras salían casi a la fuerza de mí boca, como si con ella pudiese detener a la criatura de alguna forma, pero esa cosa no las oía y seguía acercándose a mí con el deseo de verme muerta.

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