Noche 4: El Silencio de la Muerte Parte 2

Cada noche mi padre me contaba historias de terror, aun siendo pequeña me gustaban mucho, me contaba historias sobre Slenderman o sobre Bloddy Mary, si, aunque no lo creas hasta en esa época existían historias de Slenderman. A cualquier niño le hubieran asustado esas historias, pero a mí solo me hacían sonreír, a veces era algo rara y asustaba a mis amigos por esto. Esa noche, quise que me contara sobre una historia en particular que me llamaba mucho la atención, una que recién habían estado contando algunas señoras del barrio.

-Papi, ¿me podrías contar la historia de "no solo los perros lamen", por favor?-esa historia siempre había sido mi favorita, y más cuando supe que a otros niños se las habían contado, para que veas que éramos un pueblo pequeño y que todo se sabía tarde o temprano, desde quien se comió el último pudin de la familia Olsen hasta quien se maquillo con las pinturas de su madre en la casa Becker. El solo me sonrió como siempre.

-Veo que no tengo otra opción, ¿verdad?-se sentó a mi lado y me dio otra gran sonrisa-bueno empezare, recuerda que solo es una historia, hace tiempo una niña pequeña vivía con sus padres al igual que tú, ella siempre era muy feliz y tranquila, nada la hacía temer puesto que tenía a sus padres que la cuidaban mucho. Un día, sus padres le regalaron un perro para que la protegiera de cualquier cosa en el mundo, era como una medida de seguridad si estos no estaban en la casa. Pasaron los años y el perro creció junto con ella, los dos eran inseparables, no había nada que no hicieran juntos, era su mejor amigo en todo el mundo, y bueno, un día sus padres salieron a una fiesta y dejaron a la niña al cuidado del perro, claro está, si este era el que debía proteger a la pequeña frente a todo, los padres se despidieron de esta para irse a la fiesta y la pequeña se fue a recostar en su cama y su perro se metió debajo de esta de manera rápida, siempre lo hacía en cuanto ella se dormía, era el lugar donde este podía vigilar mejor a su amiga claro está.

-Guau, ese perro es increíble, me gustaría tener un perro así-todo me sorprendía en ese tiempo, hasta ver los comerciales me hacía saltar de la alegría, Papá solo se rio y siguió la historia entregándome la misma sonrisa que me hacía tan feliz.

-Bueno, esa noche, a las 2:30 de la madrugada para ser más exactos, la niña se despertó muy asustada por una pesadilla que había tenido, se sentía demasiado nerviosa para volver a dormir, entonces puso su mano para que el perro la lamiera, era como un sistema que tenían los dos para hacerle saber a ella que estaba a salvo y que nada le iba pasar, entonces sintió la lamida y con esto pudo volver a dormir tranquilamente olvidándose por completo de la pesadilla que había tenido-la historia ya estaba llegando a su clímax, o eso es lo que me mostraba mi padre con su mirada, y era lo que más me impacientaba, era como esas ansias de saber qué es lo que iba a pasar y me pequeña cabecita quería saberlo, aunque ahora me arrepiento de haber esperado ese momento con tanta alegría-a la mañana siguiente, la pequeña se despertó y se movió lentamente hasta quedar sentada y fue cuando vio horrorizada que su perro, su mejor amigo, su protector, estaba crucificado con todas sus tripas esparramadas por casi todo el cuarto, los gritos de la niña fueron tales que se pudieron escuchar hasta la casa de junto, pero esto no fue lo peor, vio que con la sangre de su pobre mascota alguien había escrito en el espejo de esta la frase de "No solo los perros lamen" haciendo que la pobre pequeña se asustara más y más, aun con ese miedo y trauma se preguntaba con mucho miedo "¿Qué me lamió entonces en la noche?", esto causo que la niña gritara mucho más fuerte y fue cuando los padres hicieron acto de presencia para ver a su pequeña llorando en su cama, la niña nunca volvió a ser la misma después de ese momento, algunas personas dicen que la niña se volvió loca y fue metida en un psiquiátrico por ver tanta sangre y ver a su pobre perrito desangrado, otro dicen que se mudó y que no pudo volver a dormir de nuevo, pero algo es seguro, nunca se supo que fue lo que la lamió esa noche y se dice que la criatura aun ronda por los alrededores.