Noche 4: El Silencio de la Muerte

Había pasado una noche desde que Sally llego a la comisaría cercana al pueblo de Tankbird, esto porque Peter había preferido no presionarla para que le contara la historia sobre su pasado, prefirió esperar a que ella estuviera lista para decir cualquier cosa. Peter, como hacía con todos los reclusos, fue a las celdas para ver a Sally y ver si se encontraba despierta o algo, pero para su sorpresa está aún seguía acostada en la misma posición en que este la había dejado la noche anterior, fue cuando Peter prefirió volver a su puesto cuando la voz de esta lo detuvo.

-Increíble como el sueño te hace dormir como si fuera un siglo, hace mucho que no dormía así de bien-Sally se levantó estirándose con fuerza mientras volteaba la mirada a donde estaba Peter-señor Rain, que sorpresa tenerlo por aquí, ¿acaso ha venido a escuchar mi historia de vida?

-Desde esa noche en la que te conocí he estado ansioso por saber más acerca de ti y preguntarte sobre muchas cosas-Peter estaba demasiado ansioso por saber sobre la historia de Sally y de cómo termino cazando criaturas extrañas, pero se sentía algo angustiado por el hecho de que esta no era muy cooperativa-entiendo que no me conoces lo suficiente como para querer contarme tu historia, pero es que yo...

-Está bien oficial, si usted insiste le voy a contar la historia de cómo me volví la persona que soy hoy en día, pero le advierto que todo lo que digo o exprese en esta historia es real, no omitiré ningún detalle, ¿está claro?-Sally se sentó en lo que suponía ser su cama, mientras Peter asentía con la cabeza y traía una silla para sentarse-espero que todo lo que diga despeje sus dudas.

-Veremos si lo logra, estoy listo-Peter acerco una silla que estaba cerca y se cruzó de brazos mirando cada cosa que Sally hacía, fue cuando esta dio un fuerte suspiro.

-Veamos, ¿por dónde empiezo?-Sally miro a su ventanilla y vio la enorme luna que la iluminaba mientras daba una leve sonrisa-todo comenzó cuando yo solo tenía 8 años de edad, cuando aún era una chica feliz, por decirlo de alguna manera...

"Vivía con mis padres en un pequeño pueblito a las afueras de París, se llamaba New Moon, suena ridículo, creo que eso explica porque me gusta tanto mirar la luna llena. Todo era muy tranquilo, recuerdo que siempre iba a la plaza a jugar con mis padres y algunos amigos que tenía en ese entonces. Antes de ser Sally Hunters, antes de que todo lo malo pasara, mi verdadero nombre era Rebeca Priest y era una niña feliz que se sentía muy afortunada de tener la vida que tenía, fuera de todo peligro.

-Rebeca no corras muy rápido, te puede caer y hacer daño-siempre mi madre trataba de protegerme, hasta en las situaciones más ridículas, aprecio todo lo que ella se preocupaba por mí la verdad.

-Tranquila querida, deja que Rebeca juegue, no la prives tanto, ¿no es así pequeña?-mi padre siempre me hacía reír con su sonrisa, me llenaba el corazón de alegría.