Llévame a dar un paseo.

Yulexi se levantó de la mesa para irse pero la detuve.

— Te mostraré que no miento.

La llevé escaleras arriba y cerré la habitación. Mis empleados aquí son humanos, no puedo mostrarme cómo un lobo enfrente de ellos Mañana los despidire, traeré lobos y brujas. Con ellos será más fácil la convivencia ahora que estoy con mi luna.

— ¿Qué me vas a mostrar.? — Preguntó ella y yo me empecé a quitar la ropa.

— Oye, ¿que haces.? — Intentó irse pero la detuve y la senté en la cama.

—Tranquila, debido a que eres humana no puedo forzarte, si fueras loba o vampira tu ropa no estaría en tú cuerpo desde el día que te encontré.

— Déjame decirte que estoy más tranquila. — Dijo con sarcasmo.

— Me alegra que lo estés.

...Yulexi....

Ese depravado me asustó. Mirá que quitarse la ropa enfrente mío. Intenté escapar pero me detuvo. Por un momento pensé que me haría lo que mi padre le hizo a mi madre.

El piensa que soy humana, estaré a salvo por unos días. Tal vez por eso Bianca me dijo que ocultara mis poderes en cuánto ellos aparecieran. Pero las sirenas no ven el futuro. ¿Entonces porque me dijo eso.? ¿Cómo sabe ella que yo lo iba a necesitar después.?

Seguía perdida en mis pensamientos cuándo Javier se transformó en un lobo negro con los ojos azules profundos.

Nunca ví a un lobo más hermoso que el. Y eso que durante vários años estuve en peleas y veía cómo ellos se transforman. Todos eran cafés, blancos, rojizos pero nunca ví a uno negro y con ojos tan hermosos.

Javier empezó a caminar hacía mí y me olfateó.

— Hey, aléjate de mí.— Me subí a la cama para poner distancia y así fingir que estaba asustanda. Nunca tuve amigos lobos. Sólo brujos. Aristeo y Guillermo, ahora no se que fue de sus vidas. Ojalá estén bien.

Javier volvió a su forma humana. Estaba completamente desnudo. Es la primera vez que veo a un hombre desnudo. Por cierto, que buen cuerpo tiene.

Yulexi. Me regañé mentalmente. Nos debo poner atención en cosas así. Eres una mente sucia.

— Pensé que te ibas a desmayar pero parece que tienes una mentalidad fuerte. — Dijo Javier.

Cierto debí desmayarme, cualquier humana lo habría echo. Soy una descuidada. ¿Así es cómo finges ser humana.? No vas a engañar a nadie.

— Mejor cambiate. — Le aventé lo primero que encontré para que se cubriera el cuerpo.

— Eres tímida, ¿cuántos años tienes.? — Empezó a cambiarse. Si le digo que 209 años pensará que miento, ningún humano se conserva así a está edad.

- 29. — Me estoy quitando bastantes años.

Javier se acercó y me olfateo de nuevo. Me preguntó si todos los lobos hacen ésto con sus parejas. No quiero saberlo. Javier no será mi pareja de todos modos.

— No tienes un olor de haber estado con nadie. ¿Eres virgen?

Qué pregunta tan estúpida, y fuera de lugar. ¿En estos tiempos todavía importa eso.? Supongo que haya cosas que nunca cambian. Pero ¿con quien se supone que iba a perder mi virginidad?, estuve encerrada el el triángulo de las bermudas y no había un sólo vampiro, brujo o lobo a mi alcance.

— Qué te importa. — Respondí molesta.

— No necesito que respondas, sólo con olerte se que lo eres. Hubiera matado a quien se atreviera a tocarte antes que yo.

Y yo que siempre quise un Alfa, son unos malditos celosos, la pregunta es: ¿Porque la diosa luna me dió otro maté?, ¿porqué aunque me parece guapo no siento lo que sentí con el imbécil de Victoriano?, ¿y cómo salgo de está casa?, por ahora debo seguir fingiendo que soy una frágil humana. Así estaré a salvó.

— Ya entendí que tú eres un lobo, ¿pero porque no puedo irme?

— Porqué eres mía, debes estar a mi lado por toda la eternidad. — Toda la eternidad si claro. Búscate a otra. Estoy segura de que muchas lobas querrán tenerte.

— ¿Qué pasa si no quiero?, ¿hay alguna forma de que alguien más me reemplace.? — Yo sé que la hay, puedo romper la unión, claro que ahora soy una humana, así que se supone no sé nada sobre el tema.

Seguía perdida en mis pensamientos cuando sentí que me agarraban de los brazos con mucha fuerza.

— No hay, aunque no quieras vas a estar conmigo, ¿te quedó claro.? Esperé demasiadas décadas por tí. No puedes simplemente irte asi cómo así. — Sus ojos se pusieron rojos.

— Me estás lastimando, suéltame.— Con está fuerza que ahora tengo no iba a lograr nada.

— Di que te quedarás, di que estarás conmigo.— Parecía una orden más que una petición. ¿Todos los lobos son así.? ¿O será que este tipo es un Alfa.?

— Me quedaré. Pero por favor ya déjame. — Mis brazos me empezaron a doler.

Javier me soltó, pero ya sentía que mis brazos no me respondían.

— Lo siento. ¿Te duele.?

— Claro que me duele animal, me agarraste con mucha fuerza.

— Perdón, es que llevó mucho tiempo esperando por ti, no sabes las veces que soñé tenerte a mi lado.

— Pues no se nota. Eres una bestia.

— Perdóname. No sé que me pasó. — Tocó mis brazos y yo retrocedi.— No te haré daño. Sólo quiero curarlos.

— ¿Cómo.? ¿Haces magia también.?

— No pero puedo ayudarte. — Dió un leve masaje sobre ellos y el dolor fue disminuyendo. Mi coraje también.

— ¿Cuántos años tienes?

— 189. — Wow. Le llevó 20 años. Creó que es un poco joven para mí.

— De verdad eres viejo.— Intenté molestarlo.

— No soy tan viejo.

— Debería darte vergüenza, podrías ser mi bisabuelo. — A la que debería darle vergüenza es a mí. El podría ser mi hijo si me hubiera casado con Victoriano.

— No soy tu bisabuelo, soy tu maté, además no me veo de esa edad.

Eso no te lo discuto, te vez muy bueno, digo muy bello.

— Vamos a cenar mi luna. — ¿Mi luna.? Ja. Seguro que la diosa luna cometió un error. Seguro que el se está equivocando de maté.

— Mi nombre es Yulexi.

— Claro, Yulexi, ¿que te gustaría comer?

— ¿Qué sería bueno?, quiero algo con mucha carné. — Tengo que alimentarme muy bien, hace décadas que no cómo rico.

— .andaré a pedirlo. — El bajó y yo aproveche para asomarme por la ventana. Todo lo que vi a mi alrededor es bosque. ¿Dónde rayos estaré?

— ¿Quieres hacer algo mientras preparan la cena.? — Si quiero escapar debo conocer el lugar.

— Si. Llévame a dar un paseo.

— Pensé que querrías hacer algo más ... — Se acercó a mi. — Interesante.— Esa mirada que le está echando a mis labios no me gusta. Su manzana de Adán sube y baja muy rápido.

— Un paseó me parece interesante.— Me alejé de él.

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