Capítulo 5

Después de salir del bar, Alex se despidió para irse primero debido a otros asuntos. Luego, Theo acompañó a Sofía a casa. Ahora que Sofía ya no era la esposa de Keenan, por supuesto que no se iba a casa del hombre, sino que regresaría a la casa de su padre.

"Sofía, ¿estás bien?" preguntó Theo cuando llegaron a la entrada de la casa del padre de Sofía.

"Sí, estoy bien, solo un poco cansada", respondió Sofía.

Theo suspiró con desánimo. Sofía siempre ha sido así desde hace mucho tiempo. No importa lo caótico que esté su vida o lo duro que sean las situaciones que tenga que enfrentar, siempre intenta parecer bien frente a los demás, aunque en realidad no sea tan fuerte. Por supuesto, hay momentos en que Sofía se siente mal, incluso deprimida. Pero su personalidad no le permite molestar a los demás, por lo que se siente más cómoda guardando sus sentimientos negativos para sí misma.

"Sofía," dijo Theo mientras sostenía el brazo de Sofía, quien pretendía sujetar la manija de la puerta del auto.

"Hemos sido amigos desde la infancia, Sofía. Espero que no dudes en contarme tus dificultades. No tienes que llevar todo el peso tú sola", suplicó Theo.

Sofía miró a su amigo por un momento. Sabía muy bien que Theo era sincero en sus palabras. Sin embargo, fue esa sinceridad la que hizo que Sofía no quisiera ponerle las cosas difíciles a Theo por su culpa.

"Por supuesto. ¿A quién más le diría si no a ti?" Sofía respondió.

Una vez más, Theo suspiró. Aunque Sofía había respondido de esa manera, todavía no parecía estar siguiendo su pedido.

"Entraré primero", dijo Sofía mientras abría la puerta del auto y luego salía del auto.

Sofía hizo un gesto con la mano a Theo antes de volver a cerrar la puerta del coche. Esperó un momento hasta que Theo se alejó del lugar y luego entró en la casa.

Con un sentimiento que se convirtió en un poco de tristeza, Sofía miró alrededor de la casa donde vivía antes de casarse con Antonio. Y ahora, después de seis años, Sofía volvía de nuevo a esta casa con un millón de heridas que arrastraba por culpa de su amor no correspondido por su ex marido.

Sofía

dejó escapar un momento el aliento y entró en su dormitorio cuando aún vivía en esta casa. Sintió el ambiente familiar en cuanto entró en la habitación. Había muchos rastros de su pasado con Antonio allí dentro, incluida una foto que había expuesto en la mesilla de noche cerca de su cama. Una foto que mostraba lo encantador que era el rostro del hombre.

Después de quedarse perpleja durante bastante tiempo, Sofía caminó por la habitación y se agachó frente a una mesa. Abrió un cajón y sacó algunos objetos, entre ellos un diario. Sofía abrió el objeto donde había volcado sus pensamientos y empezó a leer algunas páginas de lo que estaba escrito en él.

Sin darse cuenta, Sofía comenzó a jadear. Podía sentir nuevamente el inmenso amor que sentía por Antonio en el pasado. Incluso con solo mirarlo desde la distancia, Sofía se sentía enamorada y muy feliz. Y, por supuesto, casarse con Antonio era algo que Sofía había anhelado profundamente en aquel entonces.

De repente, el sonido de un timbre en su teléfono móvil distrajo a Sofía de sus pensamientos. Inmediatamente comprobó su teléfono y vio que tenía una notificación de mensaje nuevo. Un mensaje que resultó ser enviado por Alex.

"Parece que todavía está usando su antiguo número", murmuró Sofía mientras abría el mensaje.

'Sofi, no sé cuál es el problema que estás enfrentando en este momento, pero parece que estás en una situación complicada. Espero que no te importe contactarme si necesitas ayuda. Haré todo lo posible para ayudarte. Sé que no quieres ser una molestia, pero considera esto como un agradecimiento por tu amistad en el pasado.'

Sofía

se sobresaltó al leer el mensaje de Alex. Unos momentos después, suspiró y cerró los ojos durante unos instantes, sintiendo que sus emociones se habían vuelto complicados. También volvió a pensar en Antonio, a quien había estado considerando anteriormente.

Sin darse cuenta, Sofía abrió la lista de contactos y llamó al número de Antonio.

Oh no, Sofía se sobresaltó al darse cuenta de que había marcado el número de su exmarido. Pero antes de que pudiera colgar, Antonio respondió a la llamada.

"Hola", se escuchó la voz de Antonio al otro lado.

Sofía se sorprendió y no supo qué decir.

"¿Sofía? ¿Qué sucede?" preguntó Antonio, haciendo que Sofía se sintiera un poco confundida.

"Ah, no hay problema. Solo quería recordarte que pasado mañana debes venir a la oficina del tribunal. Ese es nuestro horario para registrar el divorcio en la oficina del tribunal. No llegues tarde", respondió Sofía más adelante.

Al no saber qué decir, Sofía recordó a Antonio que no olvidara el proceso de divorcio.

"Solo quería comunicarte eso. Buenas noches". Sofía colgó inmediatamente antes de que Antonio pudiera decir algo. Se apresuró a calmar sus sentimientos que de repente se volvieron inciertos.

Mientras tanto, en otro lugar, específicamente en una de las habitaciones de la casa de Antonio, el mismo se veía mirando su teléfono móvil con muchas dudas. Se sentía extraño y un poco incómodo con la actitud de Sofía.

Claramente, siempre que Sofía se ponía en contacto con él era para darle atención que hacía sentir a Antonio incómodo e indispuesto. Ya fuera preguntando si Antonio había comido o si había tomado su multivitamínico o haciendo otra pregunta innecesaria. Pero esta vez, Sofía lo contactó para recordarle que no debía llegar tarde a la corte para la ceremonia de su divorcio.

Esto no alegró a Antonio, sino que lo hizo sentir incómodo. Honestamente, no estaba acostumbrado a que Sofía fuera así.

"Antonio, ¿qué te pasa?" preguntó Valeria, quien había estado sentada en la cama todo el tiempo. Valeria había sido dada de alta del hospital, y Antonio se la llevó a su casa, tal como le había dicho a Sofía anteriormente.

"No hay problema", respondió Antonio tratando de cambiar su expresión facial. "Vamos, toma tu medicamento primero". Antonio trató de desviar la conversación.

"¿Fue Sofía quien te llamó antes, verdad? ¿No me digas que ahora se arrepiente de haber pedido el divorcio y quiere volver contigo?" preguntó Valeria mientras apartaba el medicamento que Antonio le ofrecía. La mujer claramente mostró una expresión facial de desagrado.

Antonio suspiró. No sabía por qué, pero esta vez no le gustaba mucho la actitud de Valeria.

"Sofía solo nos recordó la cita en la corte, no como lo que dijiste antes. Ahora estás en proceso de recuperación, no pienses en algo que te puede estresar. Toma tu medicina ahora," dijo Antonio tranquilizando mientras le ofrecía la medicina y agua a Valeria.

"Realmente te vas a divorciar, ¿verdad?" preguntó Valeria.

Antonio se quedó en silencio por un momento y luego asintió con la cabeza. "Sí, por supuesto."

Finalmente, Valeria sonrió y aceptó la medicina que Antonio le ofrecía. Parecía feliz de que pronto Antonio sería suyo por completo.

Después de darle la medicina a Valeria y tranquilizarla una vez más, Antonio salió de la habitación y bajó al piso principal de su casa. En la sala de estar, su madre lo estaba esperando.

"¿Valeria ya tomó su medicina?" preguntó la señora Brenda a Antonio.

Antonio asintió afirmativamente.

"Antonio, Valeria aún no se ha recuperado por completo, por lo que debes cuidarla con todo tu corazón. Siempre presta atención a ella y no la hagas sentir triste. Su familia tiene una posición fuerte. Si están juntos, tendrás su apoyo. Eso será muy beneficioso para nuestra familia", dijo la señora Brenda aconsejando a su hijo.

Antonio simplemente asintió sin decir mucho. De alguna manera, el pedido de su madre para que le prestara más atención a Valeria le recordó a Sofía. Cuando Sofía aún era su esposa, cada vez que se enfermaba, nadie en esta casa se preocupaba ni la cuidaba, incluido él mismo.

De repente, un sentimiento extraño se deslizó en el corazón de Antonio. Ya sea que se diera cuenta o no, se sentía culpable hacia su ex esposa en lo más profundo de su corazón.

Pero entonces, Antonio y la señora Brenda se sorprendieron con la llegada de Lautaro, el hermano menor de Antonio. El joven llegó a casa con una expresión amarga.

"Antonio, ¿sabes lo que hace tu mujer ahí fuera?" Lautaro le preguntó a Antonio

.

Antonio frunció el ceño.

"¡La pillé pasando el tiempo con dos hombres!" agregó Lautaro con enfado.

"¿Sofía estaba con dos hombres?" preguntó Antonio.

"Sí."

Sin darse cuenta, Antonio comenzó a respirar agitado y su mirada se volvió fría.

"¿Quiénes?" preguntó Antonio de nuevo con una sensación de molestia que no pudo disimular.

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