Capítulo 15

Esa noche, la señora Brenda regresó a casa con el rostro ensombrecido. Se dejó caer en el sofá de la sala de estar y arrojó su bolso sin más preámbulos.

"¿Qué te pasa, mamá?" preguntó Griselle, frunciendo ligeramente el ceño. La niña se acercó rápidamente y se sentó junto a su madre.

"Estoy muy enojada", gruñó la señora Brenda.

"Sí, ya lo noté, mamá. Pero, ¿por qué estás enojada?" preguntó Griselle de nuevo.

"Sofía. Cuando estaba de compras, la encontré en la tienda con dos de sus amigos. Me rodearon y me empujaron hasta que caí al suelo", explicó la señora Brenda, señalando sus rodillas enrojecidas.

"¿Cómo te empujaron, mamá?" preguntó Griselle sin entender. Durante mucho tiempo, había creído que era su madre la que atacaba a Sofía, no al revés.

"Hicieron cosas inapropiadas conmigo. Uno de los hombres me empujó tan fuerte que caí al suelo. Ahora mira esto, mis rodillas están muy dolorosas", explicó la señora Brenda, mostrando sus rodillas lastimadas.

Griselle abrió los ojos sorprendida al escuchar eso.

"¿Y por qué no hiciste nada, mamá? ¿No solías ser valiente ante Sofía? ¿No intentaste luchar o defenderte?" preguntó Griselle con una voz mucho más alta y clara que antes. Claramente, la niña no podía entender por qué su madre había permitido que eso sucediera.

"¿Cómo pretendes que responda? Hay dos hombres que intentan proteger a la mujer. Parece sentirse orgullosa de estar rodeada por más de un hombre y está actuando de manera patética. Es una mujer sin moral," dijo la señora Brenda irritada.

Antonio y Valeria, recién bajados del segundo piso, escuchan las quejas de la señora Brenda. Se miran brevemente y luego se acercan a la mujer de mediana edad.

"¿Qué pasa, mamá?" pregunta Antonio.

La señora Brenda frunce el ceño al ver a Antonio y luego resopla, como una niña haciendo berrinche, porque algo no salió como ella quería.

"Esa maldita mujer es cada vez más desvergonzada. ¿Cómo se atreve a atacarme frente a tanta gente?" dice con desdén.

Antonio suspira. Sin necesidad de mencionar el nombre, ya sabe que su madre se refiere a Sofía, su ex esposa. Pero también sabe que Sofía no es el tipo de persona que provocaría a alguien primero.

"¿Qué ha hecho exactamente Sofía contra mamá?" pregunta Antonio en respuesta a la queja de su madre.

La señora Brenda cuenta su desafortunado encuentro en la tienda de ropa, por supuesto, exagerándolo un poco para que suene más dramático. También cuenta la historia desde su propio punto de vista, sin tener en cuenta los sentimientos de Sofía cuando recibió insultos y burlas de ella primero.

Una vez más, Antonio suspiró. Él ya sospechaba que su madre había provocado a Sofía.

"Deja de molestar a Sofía, mamá. Ya estamos divorciados y nuestra familia no tiene ninguna relación con ella, por lo que sería mejor que no la molestaras para que no se produzcan conflictos innecesarios", dijo Antonio.

"¿Por qué me estás culpando? preguntó la Sra. Brenda enojada. Ella pensó que su hijo debería defenderla a su madre en lugar de defender a su ex esposa.

"No te estoy culpando, pero sería mejor que no provocaras a Sofía si se encontraran en algún lugar", respondió Antonio.

"Todavía me estás culpando. ¿Quieres decir que Sofía actuó así solo porque yo la provoqué?" La Sra. Brenda seguía sin aceptar la situación.

"De hecho, esa es la realidad, ¿verdad? Antes, cuando ella vivía aquí, nunca se comportó mal contigo, aunque tú la molestabas mucho". Antonio respondió nuevamente.

La Sra. Brenda se enojó mucho al escuchar que Antonio la estaba acusando. En realidad, Antonio no estaba tratando de defender a Sofía. Solo estaba hablando de lo que había visto durante los últimos seis años. De hecho, su madre había intimidado a Sofía muchas veces y, sin embargo, ella nunca se había resistido ni había respondido.

Valeria intervino entre Antonio y la Señora Brenda. En realidad, ella tampoco estaba contenta con el hecho de que Antonio defendía a Sofía tan enérgicamente. Pero Valeria sabía que no era el momento de demostrar su desagrado.

"Mami, Antonio y yo queremos visitar a la abuela. Escuché que estaba enferma y acaba de salir del hospital", dijo Valeria, cambiando de tema. Ahora ella se dirigía a la Señora Brenda como su madre, como la mujer quería ser llamada.

"¿Quieren visitar a la abuela?" repitió la Señora Brenda. Su expresión facial cambió, suavizándose un poco.

Valeria asintió. Se podía ver que en sus manos llevaba algo que parecía un regalo para la abuela de Antonio.

La Señora Brenda terminó su ataque de ira y permitió que Valeria y Antonio fueran a visitar a su abuela. El drama de esa tarde se resolvió por sí solo cuando Antonio y Valeria se fueron a la casa de la Abuela Amy.

Después de un rato, Antonio llegó a la casa de su abuela, llevando de la mano a Valeria. En su corazón había una preocupación por haber traído a Valeria aquí. Su abuela no conocía con su novia y no sabía si Valeria sería bien recibida o no. Además, para la Abuela Amy, solo Sofía era la mejor mujer del mundo, ninguna otra mujer podía compararse con ella, incluyendo a Valeria, por supuesto.

"Abuela, te presento a Valeria", presentó Antonio a su novia a la abuela Amy.

La reacción de la abuela Amy pareció sencilla. No le dio la bienvenida a Valeria ni tuvo una conversación con ella, ni tampoco la saludó amablemente.

"Abuela, he traído un jarabe de hierbas medicinales excelentes que ayudaran a que tu cuerpo se recupera. La he preparado personalmente para ti", dijo Valeria mientras colocaba algo sobre la mesa en la sala de estar justo frente a la abuela Amy.

La abuela Amy echó un vistazo al paquete que Valeria le había entregado y luego miró a la joven con una mirada afilada.

"Eres muy amable, señorita. Pero lo siento, no me atrevo a tomar qeu recibo de alguien que no conozco", respondió la abuela Amy con frialdad.

Valeria quedó paralizada al escuchar la respuesta de la anciana, mientras que Antonio parecía estar abriendo sus ojos, no muy contento.

"Abuela, ¿qué está diciendo? Valeria no es una extraña, es mi futura esposa", dijo Antonio.

"¿Tu futura esposa?", preguntó la abuela Amy con una voz que todavía sonaba fría.

"Sí, Valeria y yo nos casaremos pronto. Sé que puedes estar un poco sorprendida porque aún no conoces a Valeria muy bien y no sabes qué tipo de persona es. Pero, ¿por qué deberías hacer que se sienta mal así?", dijo Antonio defendiendo a Valeria.

La abuela Amy pareció sonreír a su nieto, pero su sonrisa pareció estar llena de burla.

"¿Acaso no pareces ser un hombre lleno de amor y cariño, Antonio? Pero ¿por qué nunca has mostrado ni un poco de atención a tu esposa en estos seis años? Hablas como si fueras una persona con corazón. Si es verdad, ¿por qué empujaste a mi nieta a irse tan cruelmente?" La abuela Amy habló con dureza y sarcasmo, haciendo que Antonio se sobresaltara al escucharla.

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