Golpe de Realidad.

Capitulo 4

Brenda

Debo reconocer que he cometido muchos errores, y todos por no saber manejar mis emociones. Guarde en mi corazón lo que sucedió entre Daniel y Brenda, y lo que nunca le dije a nadie, fue que Barry me mandó el vídeo de ese día, donde mi marido y mi mejor amiga se devoraban en esa cama. Ver eso me destruyó, ver como el la besaba y le hacía el amor con tanta pasión, puedo decir que se veía más apasionado que cuando lo hacía conmigo.

Escucharla gemir de placer por lo que mi marido le estaba haciendo, me hacía arder de celos, y solo quería matarla, pero lo que más me amargó la existencia, es el que Barry me dijera un tiempo después, de que a lo mejor Salma tenía un hijo de Daniel, que existía esa posibilidad, que quizás ella le habría dado los gemelos que yo no.

Cada palabra de esas me destruyó, juro que nunca dejé que Barry acabará conmigo, pero al final lo logró. Fué esa misma rabia y frustración las que me llevaron a ver a Daniel como mi enemigo y estar en su contra en todo. No quise que educara a mi hijo, porque me parecía que era muy duro y Miguel solo era un niño. Pero en realidad es que no lo podía perdonar, estaba enojada con él, y quería que sintiera mi enojo, que supiera que estaba molesta, y sin darme cuenta pasaron tantos años.

El abandono de Daniel no me hizo recapacitar, todo lo contrario, me lleno más de rabia y dolor, ahora encima de engañada e imaginar que tenía un hijo fuera, me dejaba. Sabia que ya no me soportaba, pero imaginar que estaría con otras mujeres, más me torturó.

Ahora aparecía, y el furor de mi corazón reapareció, ver qué estaba tan guapo, e imaginar que podría estar con alguien más, me ganó más que la emoción de verlo. Por eso lo insulte y le peleé como siempre. Pero él ya no me escuchaba, era como si lo que yo le decía no le importara ya. Y lo peor vino cuando con un tono de cansancio, él me pidió el divorcio.

Después de casi 16 años juntos. Aqui fue donde me detuve, y sentí como me golpeó la realidad, sus palabras tocaron mi alma, y descubrí en ese momento que lo amaba y que no lo quería perder. El dijo con mucha firmeza que nos divorciariamos, eso me dejó muy mal. Tanto que no pude refutarlo.

Se fué y yo me quedé allí, de pie en la calle, no sentía ni frío ni calor, porque de repente es como si el mundo se hubiera detenido para mí.

Conocía a Daniel, sabía que si había dicho esas palabras, no cambiaría de opinión, había decidido divorciarse de mi, él ya lo había pensado y de seguro ya me habia sacado de su corazón. Un día me dijo que mientras me amara, siempre se mantendría firme a mi lado a pesar de mi mal comportamiento, pero que el día que se le acabara el amor, se iría y no miraría hacia atrás.

En estos dos años que no estuvo aquí, me consolaba el hecho de que seguíamos casados, saber que seguía siendo su esposa, me daba garantía de que aún me amaba, que regresaría tarde o temprano. Pero ahora... Entiendo que se fue lejos con el propósito de olvidarme, de sacarme de su vida y poder tomar está decisión. Pero no lo voy a perder, lo tengo que recuperar.

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Gianna

— ¿Que te dijo? — Me preguntó Fernando cuando entré.

— Ella fue a pedirme ayuda, quiere que tú hables con Daniel para que no se divorcie de ella, además dijo que va a tratar de reconquistarlo porque lo ama. Es increíble que tuvieran que llegar a esto para que reaccionara.

— Umm entiendo, pero la verdad creo que es tarde para ella, todos estos años que mi hermano lucho e intento, ella solo se negó. Así que no creo que mi hermano de marcha atrás, lo conozco, sonó muy decidido y creo que Brenda no tiene oportunidad.

— ¿Tu crees?

— Si, estoy seguro, mi hermano es alguien firme en sus convicciones, no va a retroceder.

— Que mal, me da mucha pena esa situación.

— A mí también, pero es mi hermano y quiero que sea feliz, soy testigo de que hizo todo lo posible por su matrimonio, así que considero que es su derecho buscar su libertad, aún puede encontrar quien lo valore.

— Tienes razón, me da pesar con Brenda.

— Ni modos, mejor dejemos ese tema y repíteme lo que me decías anoche.

— Fernando deja de ser tan glotón.

— ¿Quien es glotón? Yo solo lo soy contigo, tú me enciendes.

Era medio día cuando decidimos volver, la verdad es que había sido una muy buena idea sacar tiempo para nosotros dos. Amo a Fernando, amo mi familia y no cambiaría esto por nada.

............

Brenda

— Buenas noches, la habitación del señor Daniel Frederick por favor.

— ¿Quien le busca?

— Su esposa.

— Ya la anuncio.

— No, quisiera darle una sorpresa a mi esposo.

Me hicieron todo un protocolo de seguridad, y al final me dieron el número de habitación y me dirigí hasta allí, toque la puerta con el corazón a mil, y cuando el abrió me quedé embobada.

— ¿Brenda? ¿Que haces aquí?

— Hola, yo solo quiero hablar contigo, puedo?

— Claro pasa, déjame me cambio y ya estoy contigo.

El acababa de salir de la ducha, tenía puesto un albornoz y se veía tan sexi. Un rato después salió con una sudadera, y como es que no ví antes a este hombre, soy una tonta.

— Y dime, ¿Qué es lo que quieres hablar?

— Quiero que hablemos del divorcio. //

— Brenda...

— Daniel, escúchame por favor, se que me equivoqué, que te lastimé y que fui una tonta amargada, todo por algo que no fue tu culpa, te hice responsable de mi dolor y eche a perder todos estos años, pero te suplico que me des una oportunidad. Voy a cambiar, quiero intentar ser de nuevo esa mujer de la que te enamoraste, estuve perdida todo este tiempo y no deje que te acercaras a mi ni a nuestro hijo, pero te amo Daniel y no quiero perderte.

El no dijo nada, solo me miraba fijamente, mientras yo no sabía cómo suplicarle que no me deje.

— Brenda, estás aquí ahora diciendo todo esto porque te pedí el divorcio. ¿Porqué no lo hiciste antes? Como cuando me fuí de la casa por ejemplo. No sabes los días en que desee que fueras a buscarme y me dijeras todo esto, o al menos que me llamaras.

— Daniel por favor, se que tienes razón, fui una tonta y egoísta todos estos años, pero estoy aquí mi amor, soy yo. Sé que no me reconociste por mucho tiempo, pero sigo siendo esa mujer de la que te enamoraste. Soy tu Brenda, y estoy aquí, perdoname mi amor y dame una oportunidad.

— No, no puedo, esto no se arregla solo con que te aparezcas aquí y supliques perdón. ¿Tú actitud de todos estos años pretendes que la perdone en cuestión de minutos? He sufrido en este matrimonio por años, y no vas a cambiarlo todo ahora, solo porque te pedí el divorcio, resulta que te hiciste consiente de repente. ¿Y las noches dónde lloré sintiéndome tan miserable? ¿O cuando comí solo en las noches la cena fría en la oscuridad? ¿O como cuando te fuiste de vacaciones con nuestro hijo muchas veces dejándome solo en casa? ¿O cuando me mandaste al cuarto de invitados porque no soportabas dormir con un traidor? ¿O como cuando descubrí ese armario en el desvan, lleno con todos los regalos que te daba y que nunca abriste? ¿O cuando mire las flores que te mandé con todo mi amor en la basura?. Eso me convertí para ti, en basura, asi que no pretendas arreglarlo todo con un perdón.

— Lo siento Daniel, te juro que quisiera devolver el tiempo, es que no se como hacer para pedirte que me perdones, lo único que sé, es que no quiero perderte, no quiero divorciarme de tí.

— No, porque esto no se trata de perdón, es mucho más, y ya no hay mucho que hacer, mi amor por tí se murió, ya no está. Ahora lo único que quiero es romper el vínculo que nos une, porque para mí ya no tiene sentido.

— No, tú no puedes hablar en serio, no puedes haberme dejado de amar, tú mismo me lo dijiste un día, que el amor nunca deja de ser, no lo acepto.

— ¿Que es exactamente lo que no puedes aceptar? Que ya no te ame, o que ya no vaya a seguir allí. Siempre hablo muy en serio y te estoy diciendo la verdad. Eso que dices estar sintiendo ahora, es lo mismo que yo sentí por años, es lo mismo que yo sufrí. Pero para mí fue mucho peor, porque yo no merecía tu desprecio, siempre me pregunté ¿Porqué? Y el no poder darme una respuesta a mí mismo me llevo casi a la muerte. ¿Sabes cuántas veces fui al hospital después de intentar matarme? Aquella vez que me dijiste que te provocaba asco el solo hecho de pensar acostarte conmigo, me desaparecí casi dos semanas. Esa noche quise suicidarme, el dolor que sentía era tanto que no quería seguir viviendo, pero al final me arrepentí, y lo hice por mi hermano, estuve hospitalizado diez días, en los 3 primeros estuve grave, y fue Lennox quien me saco de ese estado. También el día que me sacaste de nuestra habitación, que te suplique de rodillas y solo te fuiste fríamente, yo me quedé allí de rodillas toda la noche. No era consiente de mí y al final colapse, es obvio que tampoco te enteraste que fue Lennox quien me saco de la casa y me llevo al hospital, pase más de 3 días fuera. Y como esas te puedo decir muchas cosas que tuve que pasar y vivir por todo el estrés y la ansiedad que me causo tu desamor, no tienes idea de todo lo que me ha costado reponerme un poco para encontrar el valor de decirte ya no más. Así que no quieras arreglarlo pidiendo perdón.

Estaba totalmente en shock, nunca supe nada de esas cosas.

— ¿Cómo que te intentaste suicidar? Me mientes para hacerme sentir peor verdad? Me quieres castigar y por eso me dices estas cosas?

— Me da lo mismo si me crees o no, ya no me importa, así que si ya terminaste de decir lo que querías puedes irte.

— Daniel por favor...

— Vete Brenda. Mañana temprano hablaré con el abogado y te mandaré la propuesta de divorcio, espero que no vayas a poner trabas, no quiero ir a un pleito legal contigo.

Ahora mismo sabía que no iba a sacar nada de Daniel, era un hombre de carácter, cuando tomaba una decisión no la cambiaba. Dijo que quería el divorcio y lo obtendría. Desconcertada por lo que me dijo me fuí, iría a la clínica de Lennox y le preguntaría todo.

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