Puedo estar a la altura.

Sabía que tarde o temprano tendría que ir América a tomar el lugar que supuestamente me corresponde, pero no esperaba que fuera tan pronto durante mucho tiempo me tuvieron alejado de ese continente y de la noche a la mañana ya querían que regresara, por favor. Bueno está bien lo aceptaré.

Pero antes de irme tendría que hacer pagar a una idiota por lo que me hizo.

-          Kenji vámonos.

-          Pero acabo de empezar a jugar, ( estaba sentado en un sillón jugando Xbox)

-          Vámonos(le grité)

Tomo su mochila y me siguió.

-          ¿A dónde vamos?

-          Vamos a ver a la puta de Reiko

-          ¿Por qué la tratas así es tu novia?

-          La estúpida me ha estado viendo la cara todo este tiempo y voy a hacer que pague.

-          ¿Qué te hizo?

Tome mi mochila y saque las fotos, se las di mientras caminaba detrás de mí.

-          Desgraciada, y conmigo no quiso acostarse.

Me detuve me volteé para verlo, él se quedó parado y agacho la cabeza, lo tomé del cuello de su camisa e hice que me mirara a los ojos.

-          ¿Qué dijiste?

-          Ángel, estaba borracho, tus nos dejaste solos y en la borrachera nos empezamos a besar pero ya no quiso seguir.

-          Y tú te atreviste a besarla sabiendo que era mi novia.

-          Amigo.

Con toda mi fuerza le di un puñetazo haciendo que se cayera y en el suelo le di una patada.

-          Espera Ángel. (Me agache para quedar a su altura levante su cara e hice que me mirara)

-          Levante y vámonos, y cuando se te ocurra otra vez volver a emborracharte y tomar algo que sea mío solamente acuérdate que te puedo matar de una manera horrible. Vámonos

Se levantó y tomándose de su estómago me siguió.

-          Ana- ¿vas a salir otra vez?

-          Ángel- si madre(se me acerco y me dijo)

-          Vuelves a llegar borracho haciendo el espectáculo que hiciste anoche y te juro que are que te den de latigazos en tu espalda(me miró fría se dirigió a mí y me dio un beso), lárgate.

-          Ángel- vámonos Kenji.

Salimos, subimos a mi auto y nos dirigimos al bar que siempre frecuentamos.

-          Tu mamá me da  miedo.

-          Mi mamá es una santa a comparación de mi hermana.

-          Lili es una niña.

-          Yo no estoy hablando de ella, yo estoy hablando de mi hermana Estefany.

-          Nose, no la conozco.( lo miré le hice un leve gesto y regrese la mirada al camino)

-          Ángel, ¿quién te dio esas fotos?

-          Mi padre

-          ¿Cómo las consiguió?

-          No lose, me voy América.( me miró sorprendido)

-          No te puedes ir, no me puedes dejar.

-          Kenji pareses marica rogándome.

-          Tu sabes que no tengo a nadie, desde que mis padres murieron solo te tengo a ti.

-          Ya lose por eso te vienes conmigo.

Al tarado de Kenji lo conocí cuando eran un niño, yo apenas había llegado a Japón y no conocía a nadie; y el maldito idioma se me dificultaba y el me ayudó a incorporarme a este país. Y aunque yo no he pasado por momentos difíciles el si, pero he estado con el cuando más me ha necesitado como por ejemplo el día que murieron sus padres en un accidente.

Sus padres no eran ricos pero tampoco pobres, cuando murieron le dejaron un pequeño departamento y una cuanta en el banco para que pudiera subsistir por lo menos hasta que terminara la universidad.

-          Gracias amigo, por eso eres.

-          Cállate si, que aún estoy molesto contigo.

Llegamos al bar entramos y busqué a Reiko, estaba como siempre en la barra esperándome como todas las noches.

-          Ángel, amor mío.(la mire con desagrado le di un beso y le susurre al oído)

-          Vámonos, quiero estar contigo.

Salimos del bar, y nos dirigimos al departamento de Kenji, entramos empezó a besarme, la tome de los brazos y me separe de ella de forma brusca la mire a los ojos, le di una cachetada.

-          ¿Qué te pasa?

-          ¿Qué me pasa? Estúpida(la aventé a la cama y saque las fotos) eso me pasa (sé las aventé ellas las tomo y empezó a llorar)

-          Nose que es esto.(me acerque a ella la tome de su cabello)

-          ¿No sabes?. Estúpida eres tú saliendo de hoteles con todos esos hombres

-          Ángel déjame explicarte.

-          Eres tu, las fotos están muy claras. Pensé que eras diferente, pero eres una perra asquerosa.

-          Suéltame (aún la tomaba de su cabello, mientras lloraba) yo te amo ellos no son nadie.

-          No son nadie, solo son los hombres con los que te revolcabas.

-          Suéltame me estas lastimando. ( solté y la tome de su barbilla)

-          No te quiero volver a ver

-          No, Ángel yo te amo (la solté y ella se arrodilló)

-          No se te ocurra buscarme por que el día que lo hagas hare que te arrepientas.

La volvía a tomar de su cabello, mientras la jalaba para sacarla del departamento, ella lloraba y se quejaba. La saque y me quede solo, por unos momentos me quede parado a asimilando todo lo que había pasado hasta que entro Kenji.

-          Vi a Reiko, estaba muy mal.( hice un leve gesto de dolor)

-          ¿Dónde está el licor?

-          En la alacena

-          Bien.

Empezamos a tomar hasta que se hizo de día. Me quedé dormido hasta que mi teléfono empezó a sonar.

-          ¿Quién habla?( conteste de mala gana)

-          Espero que tengas una buena escusa para no llegar a dormir (me levante de forma sorpresiva, demonios era mi padre) quiero que pongas tu maldito trasero en la casa ya ( me colgó)

-          Kenji, mi padre habló( le di un golpe en la cara)

-          Bien, déjame dormir.

Tome mis cosas y me fui a mi casa, demonios mi madre se ha deber aquejado por que casi todas las noches regresaba borracho.

Entre lentamente esperando no encontrarme con mi padre.

-          ¿Dónde diablos te metiste? (Me dio una cachetada)

-          Estaba con Kenji

-          Idiota tu tío está aquí y quiere verte. Date un baño que apesta alcohol.

-          Si (lo que faltaba)

Fui a mi cuarto me di el baño rápido y bajé a ver a mi tío, entre al despacho y lo vi, como siempre tan imponente.

-          Víctor- Ángel no te quedes parado pasa.

Mi padre estaba sentado en su escritorio y Víctor estaba un el sillón con un vaso de whisky en la mano.

-          Tío buenas tardes.

-          Stefan- pienso que aún no está listo.

-          Víctor- y ¿Cuándo lo va a estar?. Sofía ya empezó hacer pequeñas entregas en América y el todavía no está listo (lo dijo con cierta arrogancia)

-          Stefan- te lo dije Víctor él no quiere dedicarse al negocio.

Se levantó y se dirigió a mi, aún estaba de pie.

-          No estás listo Ángel

-          Tío, yo me quiero quedar aquí, pienso que puedo manejar Asia como lo hace mi mamá.

-          Y te vas a conformar con solo manejar un mercado cuando puedes manejar los 3 continentes. Escúcheme bien Ángel, eres el único hombre de la generación que nos sucede. Y tienes que estar a la altura junto con Sofía.

-          Tío (me miró directo a los ojos)

-          Eres un cobarde, tu madre y tu hermana están esperando que reacciones a la altura. Así como lo está haciendo Sofía.

-          Yo no soy como ella (conteste y le alce la voz)

-          No, eres un cobarde.

-          Usted piensa que no puedo, bueno entonces le voy a demostrar que soy mejor que su hija.

-          Bien demuestrsme que puedes.

-          Póngame a prueba.

-          Stefan tengo entendido que se entregara un pedido a los Wang en china.

-          Stefan-  si, pero ese pedido es importante. No lo podemos mandar.

-          Víctor- haber niño tonto yo a tu edad ya traficaba cantidades más grandes vamos a ver si tu puedes.

-          Les voy a demostrar a los dos que puedo hacerlo.

-          Víctor- empieza a idear como la llevaras, Stefan entregarle las rutas y quiero escuchar como diablos le va a hacer, tienes hasta mañana a las 8:00. Ahora lárgate.

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