Las Sombras De Lo Que Fui
Mi nombre, mi nombre no importa, no soy nadie, no represento nada, la sociedad me convirtió en la basura humana que soy, solo quedan las sombras de lo que fui.
Soy Lucas, Lucas Toctaguano condenado por un crimen que no cometí, mi único error fue amarla, no ser parte de su clase social. Mis padres, mis pobres padres que trabajan de sol a sol, acabando con sus cuerpos, acabando con sus vidas por darme un trozo de pan y agua para comer, no importo si nuestro trabajo era honesto nunca fuimos
suficientes por no tener dinero, por la plata baila el perro dicen y tenían razón, aquí los perros son los guías penitenciarios y mucha gente la cual no puedo mencionar.
Solo quiero salir de este lugar y acabar con la vida del maldito, del patrón, de aquel que tantas veces me humillo, nos humillo, a mí, a mis padres, a mis hermanos, por ser podres, por ser morenos, por ser mestizos, por no ser blancos como la leche, no acabo solo con mi vida, también con toda mi familia.
Todo ocurrió el 26/ 09/ 2002 mi querida, mi amada, mi vida, mi todo, mi Lucia, mi Lucia tu
amor, nuestro amor me condeno a este horrible lugar, lugar de sombras y de dolor, de vicios que tiene un olor constante a muerte, muerte que nos rodea, cada día, minuto y segundo, aquí la vida no vale nada o si vale depende del dinero que tengas.
Mis padres trabajaban en la hacienda “La dolorosa”, mi madre, mi madrecita, la Rosita como le dicen los allegados, es ella el motivo de mis llantos y suplicas, aquella mujer que me dio la vida, que sacrificaba todo por mí y mis hermanos, no importaba el cansancio o el dolor de su cuerpo llegaba siempre a la casa con una sonrisa que ese maldito acabo, mi madre rogo por mi libertad, se arrodillo,
lloro, suplico, pero nada fue suficiente. Era mi confidente fue la primera en enterarse de mi relación con Lucia, Lucia Almería la hija menor del patrón, no entiendo como alguien tan dulce puede compartir la sangre con aquel viejo cascarrabias, con ese inmundo. Cuando mi madrecita supo de nuestra relación me suplico que la deje.
- Mi guagua, papito – lo toma de las manos y se sientan frente a la candela-. No te metas con la patroncita, si su padre se entera nos despiden y a ti te matan, mi vida yo no quiero ir a visitarte en el cementerio.
Preferiría la muerte que pagar esta condena. No escuche a mi Rosita, mi Rosita del alma, no me importo mantuvimos una relación a escondidas, cuantas mentiras tuvo que inventar Lucia para estar a mi lado, solo para vernos 5 minutos, aquel día todo era diferente, sus padres no estaban la familia había salido a visitar a unos parientes en la capital, tardarían horas en volver, Lucia invento que estaba enferma, nada grave, tras su partida me busco en los establos y me convenció de ir a la casa de los patrones, ahí por fin consumamos nuestro amor, todavía
siento nuestros últimos besos, nuestras primeras caricias intimas, su cuerpo junto al mío, su olor invadiendo todo mi ser, tanto fue nuestro deseo y amor que las horas pasaron rápido, no escuchamos ni el sonido del auto cuando llegaron sus padres. Su madre una vieja insípida subió corriendo las gradas,
abrió la puerta de golpe y me encontró en su habitación, enseguida grito ¡Roberto! Como pude me levanté y me puse el pantalón y la camiseta, la cara de la doña estaba roja por el coraje. Enseguida llego el patrón y me vio intentado ponerme las botas, no me dejo. Me agarro por el cuello y me saco.
- ¡Infeliz! ¡Bestia! ¡Escoria! Pagaras por esto animal – lo detiene afuera de la casa y llama a otro trabajador -. ¡José! Muévete, agarra a este animal, no dejes que se vaya voy a llamar a la policía.
Todavía recuerdo el rostro de José asombrado, dudoso, temeroso era como un tío para mí, me crió fue tan difícil para él seguir las órdenes del patrón, algunas lágrimas cayeron de su rostro mientras me sostenían, su hija María vio todo y corrió a la casa de mis padres, para informar de la situación a mi madre y hermanos, mi padre no estaba se fue para el monte en busca del ganado bravo. Mientras esperaba, vi como desesperada Lucia salía cubierta solo con una sábana escapando del agarre de su madre, de rodillas suplico a su padre.
- Papásuéltalo por favor, no me vuelvo acercar a él, me voy del país, hago lo que quieras, solo deja que se vaya.
Fue callada de una cachetada, humillada en el suelo, insultada y arrastrada por su madre para la casa, escuchaba su llanto y no pude resistir, me solté y le di un golpe al viejo, rápidamente José me agarro y mi familia llego, mi madrecita suplico, mis hermanas pedían perdón, nada funciono, solo recibieron insultos, ¡insultos! Por los que debe pagar con su vida. La policía por primera vez llego rápido, claro quien no acudiría al llamado del gran Roberto Almería, enseguida hablaron y me subieron a la patrulla, no hubo vuelta atrás, mi Rosita, mis guagüitas lloraban y no me soltaban, fueron maltratadas. Yo no entendía de que me acusaban, les juro que no hice nada para terminar en ese lugar.
En menos de 10 minutos estaba en Machachi, enseguida me metieron a un cuarto donde estuve sentado por horas, ahí me dijeron.
- Te vas a la cárcel del jabonero, el que no cae resbala y vos muchacho, resbalaste y bien bonito – se burlan -. Te acusan de violación, ahí te vas a quedar unos años.
Yo trate, trate de explicar, de decirles que no hice nada “soy inocente” gritaba, me mandaron a callar de un puñetazo.
- No nos interesa que seas inocente o no, el patrón ya pago para que vayas allá. No te pegamos porque allá te darán una buena bienvenida.
¡Ignorante!, burro, inocente no dije nada, calle esperando que todo sea una broma, una broma de mal gusto. Que venga mi taita y mi mamá a rescatarme, lo único que hacía era
rezar buscando la misericordia de Dios nunca la encontré, nunca obtuve ninguna respuesta de él. Pronto fui llevado a la capital iba a caer la noche cuando llegué, rápido preguntaban ¿tienes plata? No decía, fue la única pregunta y respuesta que escuche aquella noche.
A penas puse un pie en aquel lugar me limpié las lágrimas, entrar provocaba una sensación de miedo, hicieron una rápida revisión, parecía que iba hacia la muerte, algunos pasillos son luz otros sin luz, pasillos fríos y húmedos, me llevaron al Pabellón B en una celda con 18 PPL gente sin dinero ni familia, ahí me soltaron. Que me arregle como pueda me dijeron, aquel frío de Quito era terrible, sin zapatos y medias rápidamente me sentí en el infierno. Todas las personas del lugar me miraban, no decían nada esa noche no dormí, igual no tenía un lugar donde hacerlo 20 dólares costaba un lugar para dormir, no tenía ni un centavo, de pie pase la mayor parte de la noche, cuando llego la madrugada un hombre de nombre Manuel se acercó y me dio un espacio donde sentarme, no cerré los ojos esa noche, solo quería llorar, no iba hacerlo ante esos hombres, no podía por
miedo, aunque parezca insólito, en la cárcel canto un gallo que hizo que ese lugar comenzara a tener vida. No una vida cualquiera, el olor a cigarrillos y comida se hizo presente.
Manuel al verme sin nada, con algo de frío me dio unas medias sin par, un saco, la verdad aquel saco tenía un olor algo desagradable, no tenía opciones, rápidamente me lo puse
y agradecí.
- ¿Qué hiciste? – preguntó Manuel y rápidamente la atención estaba en mi -. Aquí la vida es complicada.
- Nada – respondí -. Soy inocente, me acusan de una violación, pero juro que no hice nada, estuve con ella porque los dos queríamos, nos amamos, no la obligue, sus padres nos descubrieron y me mandaron para acá.
Vamos – dijo Manuel y me dio unas chanclas -. Hay que desayunar, hay que formarse rápido tal vez tengamos suerte y desayunemos. De lo contrario hay que aguantarse el hambre.
....
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Comments
Maryelin Leon
hay por Dios verdaderamente lastima porque eso pasa en la vida real.
2023-06-21
1
Elvira Fretes
que viejo desagradable, pobre chico
2022-11-16
4
Neyda Mijares
viejo desgraciado todo lo q hace el dinero
2022-10-16
2