Episode 13

Preparando el Contraataque

A a las afueras del reino hacia el sur, entre El Bosque de la Gran Tranquilidad y el campamento del ejército Espartano, se encontraba derribado y mal herido; Ares, el temible dios de la guerra, que apenas lograba ver como se marchaban sus enemigos, y con una gran sonrisa en su rostro vio al rey que lo había atacado y dejado en el suelo, también fue afectado por su ataque.

Ares: Perfecto, esto es perfecto acabo de dejar fuera de combate al rey de los dragones ja, ja, ja, ja, ja, ja, esto no puede estar mejor.

    Mientras el dios se mofaba de la situación en la que había puesto a los dragones un soldado espartano se acercó a él.

Soldado Espartano: Mi señor ¿Se encuentra bien?

Ares: Si, creo que si ¿Cuantos soldados quedan?

Soldado Espartano: únicamente quedan los que no se vieron involucrados en este combate y los que recientemente desembarcaron.

Ares: ¿Cúantos son?

Soldado Espartano: Por lo menos unos ciento setenta mil soldados.

Ares: Que se preparen todos los soldados, atacaremos el reino y acabaremos con esa escoria de una vez por todas.

Soldado Espartano: ¿Ahora señor? ¿Está seguro de eso?

Ares: Totalmente.

     Más tarde, ahora en el castillo. Dastan ya había despertado y un curandero había tratado sus heridas se reunieron en el salón del trono Helena, Herio, Berphomet y el rey, para idear una estrategia para afrontar la terrible batalla que se aproximaba, lamentablemente los dragones desconocían del poder del ejército enemigo pero tampoco se lo jugarán todo a la suerte, otra vez no.

Berphomet: Ya he cubierto el sur del muro exterior con infantería si se aproxima el enemigo lo afrontaremos y no lo dejaremos atravesar nuestras defensas.

Dastan: Berphomet, olvidalo, no funcionara; abandonemos la muralla exterior que sirva como retraso.

Berphomet: ¿Está hablando en serio? Mi rey yo...

Dastan: No podemos subestimar la fuerza de los Espartanos, a pesar de que he acabado con bastantes en el bosque, desconocemos el el máximo de su poder, no le daré todo a la suerte, no me arriesgare a sufrir pérdidas de ese tamaño nuevamente.

Herio: Entonces ¿Qué sugiere que hagamos mi rey?

Dastan: Concentren todo el ejército alrededor de la muralla, no sabemos por donde llegara el enemigo, así que debemos estar preparados para lo que venga.

Herio y Berphomet: Si señor.

Dastan: Berphomet estarás a cargo del ejército por la zona sur, Herio tú te vas a encargar de ir hacia el muro exterior y descubrir por donde llegara el enemigo.

    Estos dos asienten sin ninguna objeción.

Dastan: Por último Helena comandara el ejército de la zona norte.

Helena: ¿Que?

Dastan: ¿Pasas algo, Helena?

Helena: Bueno, es q... que y...yo no p...

Dastan: No ¿Qué? ¿No crees poder? ¿Acaso quieres desertar ahora que la situación se ha vuelto critica?

    Helena no pronuncia ni una sola palabra, estaba muda ante la situacion en la que se habia involucrado.

Dastan: Herio, Berphomet, vayan y avisen a todo el ejército y a los herreros, no tenemos mucho tiempo, y Helena tu quedate.

    Ambos dragones se retiran a cumplir con su deber mientras que Helena y Dastan se quedan solos en el salon del trono.

Dastan: Ahora que ya se han marchado ¿Me puedes decir que es lo que sucede? en ocasiones anteriores querías que te diera importancia, querías demostrar tu valor, luchar por el reino ¿Qué te paso?

Helena: No lo sé, quizás no estoy lista para llevar tantas responsabilidades, y al ver cómo el escuadrón que me fue encomendado murió por mis malas decisiones, no creo que pueda seguir haciendo ésto.

Dastan: Helena, se cómo te sientes, el hecho de estar a cargo de tantas vidas y si fallas en algo y vidas se pierden, es responsabilidad tuya pero en esta situación no debés dejar que ésas estúpidas ideas tuyas sobre desertar y abandonar tu puesto, o es que prefieres que las muertes de aquellos que se sacrificaron por tí sean inútiles; simplemente no es el momento para eso. Estarás en el ejercito que liderará Berphomet, no me falles otra vez; ya puedes retirarte.

Sin más que decir o argumentar Helena se levantó se dio media vuelta y salió del castillo con una lágrima que caía a través de su mejilla, sabiendo que la persona que más la entendería y apoyaría acababa de darle la espalda, desesperanzada aceptó su destino de luchar nuevamente contra aquel ser que acabo con su escuadrón y con sus deseos de luchar.

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