Capítulo 18

Prisión de la Ciudad Xxxxx.

Cuatro personas se encontraban en la sala de recepción de visitas a prisioneros, tres hombres trajeados, con una atmósfera que podría reprimir a cualquiera, al otro lado estaba sentado un prisionero con su respectivo uniforme, que lo identificaba como criminal.

El hecho más llamativo, fue que esta persona no fue intimidado por los otros, a pesar de la atmósfera que desprendían, no le molesta para nada, es como si no le importara nada, ni nadie, solo estaba ahí sentado, observando, esperando lo que dirán estas personas.

-Como ha estado, Señor Ferreira- dijo el mayor de los otros tres.

- Pues como verán, sigo vivo- hizo una pausa- con eso creo que ya entenderán, Señor Lombardi- hablo de forma un tanto sarcástica.

- No sé porqué se queja- dijo el señor Lombardi- no es que le hayan tratado mal en este lugar, o me equivoco?

- Si dices que perder la libertad, es un buen trato, no pienso lo mismo que usted.

- Siendo sincero, creo que se merece más que solo perder la libertad- dijo el hijo mayor- después de todo lo hizo o mejor dicho lo que intentaba hac- no termino lo que iba a decir al ser interrumpido.

- Es un crimen, No?- al decir esto empezó a reír, su risa estaba cargado de furia.

Los otros tres no entendía a este hombre, ni lo que estaban tratando de decir, estaba claro el motivo por lo que fue apresado hace 9 años atrás. Pero cuando escucharon las siguientes palabras del hombre estaban más confundidos de lo que ya estaban.

- Díganme, ustedes que harían en mi lugar, espere por nueve meses el nacimiento de mi preciada hija- dijo con una profunda tristeza- pero el día que nació, me dicen que la niña estaba muerta, saben el dolor que sentía, más aún viendo como a mi esposa no le parecía importar, como si estuviera feliz de que eso haya pasado.

Cada palabra que decía, solo confundía más a los demás, pues esto no tiene nada que ver con lo que había hecho.

- Poco después, Silvia, entró en la casa de los Sandoval, me sentí tan mal, cuando la veía, con una sonrisa en la cara cada vez que veía a la pequeña- parecía que estaba recordando aquel episodio de su vida, que terminó por destruirlo por completo- en los primeros años creía que se acercaba a la niña, porque le recordaba a nuestra hija muerta, pero que equivocado estaba- dijo para después volver a reír como un loco, mientras derramaba unas cuántas lágrimas.

- Esa mujer, más había estado engañado a todos, pero por sobre todo a mí- el tenía una mirada perdida, parecía un hombre que había sufrido mucho- como me iba a imaginar, que la niña a la que tanto cuidaba, terminaría siendo nuestra propia hija, la misma hija a la que supuestamente habían enterrado cuando apenas había nacido.

Esto dejó estupefacto a los que estaban presentes, si antes estaban confundidos, ahora estaban más que confundidos, pero no lo interrumpieron, solo esperaron a que terminara de relatar su historia, una historia que en aquel entonces, no les importaba escuchar.

- Estaba tan feliz, emocionado pero por sobre todo enojado, mi preciosa hija estaba creciendo con otras personas que no tenía ninguna relación con ella- supiro- cuando fui a confrontar a mi esposa, por haber abandonado a nuestra hija, y por haber engañado no solo a mi, sino que a los Sandoval, saben lo que me dijo?- pregunto, pero no espero que le respondieran- dijo que lo había hecho por el bien de Beatriz, y de nuestra familia, que lo había hecho por amor, se lo pueden creer, donde han visto que por un acto de amor entregues a tu propia hija a extraños.

- Esta situación siguió por un año, me acerque a mi hija, me sorprendió que ella supiera que era su padre, así es ella sabia que mi esposa y yo éramos sus padres verdaderos, es increíble como la mujer que siempre fue amable fuera capaz por ambición.

después de escuchar todo esto, fue el turno de los Lombardi de hablar, bueno de preguntar.

- Como podemos saber que lo que nos estas diciendo es verdad- pregunto Frank, el hijo menor- además si lo que dices es verdad, porque no lo contaste en vez de hacer todo lo que hiciste?

- Intente decirles a los Sandoval, pero cada vez que se los iba a decir, siempre sucedía algo que me impedía decirles.

- Un punto, al cual quiero llegar es, si Beatriz es su hija, que paso con la verdadera hija de los Sandoval?- pregunto Dietrich

- No lo sé, eso es algo que Silvia nunca me contó, después de saber la verdad, le había preguntado acerca de la otra niña, pero solo evitó el tema.

- Porque al final decidiste secuestrar a Beatriz, bueno, para ser precisos, quien no aprovecharía esta situación?- pregunto el señor Lombardi, no muy convencido de su historia.

- Esa no fue mi idea- dijo con una sonrisa triste- eso fue lo que me había pedido la misma Beatriz, había dicho que era mejor vivir con su padre verdadero que con unos extraños- hizo una pausa- pero quien hubiera pensado, que su madre le había convencido, con el propósito de deshacerse de mi.

- Estas diciendo que Beatriz planeó esto con su esposa- se burló el señor Marco- acaso crees que te vamos a creer toda la estupidez que nos dijiste?

- No, no creo- dijo- después de todo, me encerraron, sin siquiera tener un juicio, así que no esperaba que lo creyeran, solo quería que lo supieran.

- Quiero saber, si tienes alguna prueba de lo que nos dijiste- pregunto Dietrich más calmado que su padre, a estas alturas no le sorprendería si fuera verdad lo que dice este hombre.

- No la tengo- dijo el hombre- pero, estoy dispuesto a hacer una prueba de ADN, para demostrar que no les e mentido.

Hubiera sido bueno si pudieran hacer esa prueba, pero sin el permiso de los Sandoval, es imposible para ellos, por lo que es algo que no podrán verificar.

- Eso es todo lo que tienes que decirnos- pregunto Frank, pues aún no han tocado el punto principal de su visita.

- Si, es todo lo que sé- dijo el hombre.

- Le quiero hacer una pregunta, espero que me respondas con la verdad- dijo el señor Marco- usted sabía que Silvia fue la culpable del secuestro de mi hija?

Al escuchar aquello, el hombre se sorprende de esto, pues aunque sabia que Silvia es muy ambiciosa, tampoco creía que haga algo así, es algo que no le traería beneficios o eso pensaba el.

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