Capítulo 13

Pov. Carlotta.

Desde que era muy pequeña, tuve que enfrentar muchas cosas, en la mayoría desagradables, desde el día que vino la pareja que nos adoptó a mi hermana y a mi, nuestra infancia se basó todo en abusos, de forma verbal, golpes, descuidos, como la señora que no protegía en aquella casa murió, quedamos completamente desprotegidas, por eso tomé el lugar de ser la que recibía los golpes, no quería que mi hermana sufriera, no quería que la única persona que tengo pasara por eso, así es en todo el mundo solo nos teníamos a nosotras, dos niñas que luchaban por sobrevivir en el oscuro mundo, donde teníamos que aguantar, aguantar y aguantar. Siempre veíamos como otros niños vivían felices, al cuidado de sus padres, alguna vez mi hermana y yo tuvimos muchos celos, siempre me preguntaba ¿ Por qué, por qué a nosotras? Acaso lastimarnos a alguien, acaso no nos merecemos al menos un poco de cariño, de cuidado, acaso no la merecíamos.

Cuando conocimos a los Cardozo, me sentí envidiosa y a la vez avergonzada, ellos eran una familia muy unida, cariñosa y además amable, como me hubiera gustado tener una familia así, pero mi realidad era otra, ni siquiera se nos permitía soñar con eso, creí que eso sería la primera y la última vez que los vería, pero... no se si los cielos haya escuchado nuestras súplicas o que, aunque tuve que pasar por una situación difícil y dolorosa, al fin nos habíamos liberado del hombre que tanto nos ha maltratado,  todavía recuerdo aquel día, el había llegado borracho, y muy alterado, intentó pegarle a Catherine, pero no lo permití, terminé recibiendo sus golpes, mientras mi hermana, gritaba pidiendo ayuda, pero nadie hacía caso a las súplicas, era como si ni siquiera lo escucharan o simplemente no les importaba.

Después de eso, el salió de la casa, yo estaba tirada en el piso, me dolía mucho, pero lo soporté, lo soporté para tranquilizar a Catherine, salimos juntas para ir al hospital, debido a las súplicas de mi hermana nos fuimos, hasta ahora no recuerdo ni como llegue, pero después de ingresar al hospital perdí el conocimiento, a pesar de que Catherine me pedía, no me rogaba que no la abandonara, a pesar de que me negaba a cerrar los ojos, no aguanté, creí que haber muerto, pero extrañamente, a pesar de estar flotando en el aire lo que veía era diferente a lo que debería.

Exactamente estaba en el cementerio, había dos tumbas, dos tumbas con el nombre de Catherine y mía, y también había un hombre que repetía una y otra vez "perdónenme, perdónenme, perdónenme por no llegar a tiempo" esas eran sus palabras, yo no comprendía nada, vi que se levantaba y se iba, pero a mitad de camino se detiene y se voltea, con una triste sonrisa dijo:

- Espero verlas pronto mis pequeñas hermanitas- con esas últimas palabras se retiró del lugar.

Si comprender nada, me traslado a otro lugar, estaba en una habitación, sencilla pero muy ordenada y limpia, en el lugar había una señora que abrazaba un retrato mientra lloraba desconsoladamente, extramatrimonial repetía lo mismo que el hombre, "perdón, perdón, perdón" esas eran sus palabras, mientras que otro hombre la trataba de levantar del suelo y otro que parecía se el hijo de los dos, retiraba el retrato, ahí pude ver, el retrato de una joven muy hermosa, pero tenía una leve cicatriz en el rostro, me impresionó lograr reconocer el parecido que tenía con la chica de la foto.

El marco del retrato estaba roto a a mitad, ese joven que tenía alguna similitud con la chica cambió su expresión al ver que esto.

- Quien, quien lo hizo- susurró, mientras que apretaba, miraba el retrato con diferentes emociones en el rostro.

Era extraño, se notaba que la chica en el retrato era muy preciada, pero viendo su habitación con el resto de la casa, no parece ser el caso. Salieron de ahí uno estaba furioso mientras que los otros dos estaban desconsolados, llegaron a la sala, y llamaron a todos los empleados o eso creo, estos llegaron, uno de ellos pregunto el motivo de haberlos llamado, la pregunta se le fue respondida.

- Quiero saber, quien demonios fue el que entro en la habitación de mi hermana, quiero saber, quien rompió la foto? - pregunto el hombre, reprimiendo el enojo que tenía.

Una de las empleadas, con una sonrisa salió y admitió haber sido la que había arrojado el retrato, yo no entendía nada, pero aún así me  sentí decepcionada, dolida. Solo me dediqué a ver desde el otro lado lo que pasaba.

- jajaja, así que tu lo hiciste- dijo el hombre riéndose, aunque esa risa me causó mos escalofríos, momentos después, vi como agarraba de cuello a aquella empleada- tú, quien te crees que eres, quien te dio derecho a tocar las preciadas cosas de mi hermana.

El lugar volvió a cambiar, justo después de que  el hombre terminara sus palabras, ahora estaba en otro lugar, estaba en mismo orfanato en el que habíamos vivido antes de ser adoptadas, ahí se encontraba una familia completa, por lo que parece son ricos, pero al igual que la otra familia que había visto en ellos también se veía una gran tristeza mezclado de arrepentimientos.

- Haremos esta donación, pero no a nuestro nombre- hablo el hombre más joven.

- Será a nombre de Carlotta y  Catherine- dijo la señora, aunque se notaba lo difícil que era para ella decir las dos nombres.

- Oh! A nombre de ellas- dijo el encargado como si recordara algo- Carlotta Sandoval y Catherine Lombardi?- Pregunto de nuevo el hombre.

- Si ellas- dijo el señor.

- Como han estado ellas- pregunta de nuevo el encargado- hace mucho que no las veo, antes hacían donaciones cada vez que podía- sonrío el encargado recordando- esas dos, a pesar de lo que tuvieron que pasar siempre han sido muy amables y cariñosas, todos aquí las aprecian mucho.

El que estaba más callado respondió, como si aún no estuviera seguro de lo que salía de su boca- Están muertas- su voz salía un poco temblorosa.

Esas fueron las últimas palabras que escuché antes de desaparecer, y volví a despertar estaba en una cama de hospital y la persona que me acompañaba era la señora Cardozo, y sus palabras fueron:

- Cariño, despertaste- la miré aturdida, no entendí lo que había pasado, así que supuse que solo era un sueño extraño que tuve mientras estaba en el hospital.

Ignore todo eso  y comencé a disfrutar de mi nueva familia, me emocioné mucho cuando dijeron que nos adoptarían, al fin teníamos personas que se preocupan de nosotras, que nos protegerá en cualquier momento.

Pero, cuando más felices estábamos, la pequeña Fernanda cayo muy enferma, estaba tan preocupada, llorando fui con mi nueva madre, pidiendo perdón, le pedí perdón porque, creía que nosotras éramos las que habíamos traído la mala suerte, que Fer estaba enferma por su culpa, estas fueron las palabras de ella:

- Escúchame bien, Carlotta, tu y Catherine no tienen nada que ver con la enfermedad de Fernanda, no se de donde hayas escuchado eso, no quiero que vuelvas a decir eso, ustedes dos son nuestras estrellas de la suerte,  estoy segura que Fernanda mejorará pronto, así que ya no llores mi niña preciosa- me dijo mientras me abrazaba- ya has pasado por mucho, no tienes que torturarte por esas cosas.

Poco después, papá volvió con buenas noticias, aunque tuvimos que irnos, era lo de menos,  ahí pasamos 4 años y por fin habíamos regresado.

Cuando fuimos a conocer al nuevo socio de papá, esa vez fue la primera vez en mucho tiempo que volví a recordar aquel extraño sueño, y fue justamente en el momento en que volvió a ver el mismo rostro pero un poco más joven.

No lo tome muy enserio, quizás solo sea una coincidencia, eso es lo que pensé hasta que vi, a la segunda persona que se parecía exactamente al de mi sueño y ese era Patrick Sandoval.

No entendí y sigo sin entender nada de eso, pero de algo estoy segura, no permitiré que nada le pase a Catherine  ni a ningun integrante de mi familia, lo prometo.

- Estas bien Cariño- me pregunto mi padre, entonces me di cuenta que todos en la mesa me miraban con preocupación.

- No es nada- les respondí- solo pensé que soy muy feliz de tenerlos como mi familia- dije.

- Y nosotros muy afortunados por tenerlos a ustedes como nuestros hij@s.- dijo mi mamá con una sonrisa.

- Y, yo por ser la mayor entre todos- dijo Fernanda.

- Por tu tamaño hasta yo puedo decir que soy el mayor- le respondió Isaac, y todos terminamos riéndonos por estos dos, aveces parecer ser niños pequeños todavía, solo tengo que tomar la responsabilidad de cuidar a mis hermanos doctores.

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Fernanda Cabo

Fernanda Cabo

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2022-08-11

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